Ancelotti: “Es complicado reprocharle algo al equipo esta temporada”
El entrenador italiano admite que al Madrid le faltaron ideas tras el empate y dice que este punto podría ser bueno en el global de la Liga
La hora del vermú en Vallecas dejó dos imágenes opuestas en el Madrid protagonizadas por dos familiares, dos cuñados: el gol de Joselu en el minuto tres y la expulsión de Carvajal en el descuento por doble amarilla en dos acciones distintas. Del anuncio de una tarde plácida para los blancos al cierre de un encuentro incómodo y pedregoso. “Para levantar una Liga, los partidos que no puedes ganar, no tienes que perderlos. Al final, puede ser un punto positivo”, se consoló tras el empate...
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La hora del vermú en Vallecas dejó dos imágenes opuestas en el Madrid protagonizadas por dos familiares, dos cuñados: el gol de Joselu en el minuto tres y la expulsión de Carvajal en el descuento por doble amarilla en dos acciones distintas. Del anuncio de una tarde plácida para los blancos al cierre de un encuentro incómodo y pedregoso. “Para levantar una Liga, los partidos que no puedes ganar, no tienes que perderlos. Al final, puede ser un punto positivo”, se consoló tras el empate Carlo Ancelotti, que en defensa de sus muchachos sentenció: “Es complicado reprocharle algo al equipo esta temporada”.
Ahora en el Madrid todos copian la celebración del lesionado Jude Bellingham. Vinicius, Brahim y, este domingo frente al Rayo, también Joselu. Aunque los festejos merengues en el Valle del Kas solo duraron 25 minutos, los que tardaron unas manos fuera de sitio de Camavinga en torcer el camino. Tiró Trejo dentro del área en pleno oasis madridista y el laboratorio del VAR pescó los brazos del francés rechazando a córner. Penalti, la acción clave. “Hasta ahí, todo lo hicimos muy bien. Marcamos y pudimos hacer otro. Pero luego todo cambió. Hubo más duelos, más peleas, más interrupciones. No era tan sencillo buscar ideas en un partido así”, justificó el técnico italiano, que para la próxima jornada ante el Sevilla en casa se queda sin Carvajal y también sin Camavinga, por acumulación de tarjetas.
Carletto empezó la sesión vespertina guardándose alguna pieza (Carvajal, Kroos y Rodrygo), a los que recurrió en cuanto confirmó que la tarde se le había avinagrado. Mezcló de nuevo un rato a Kroos y Modric, y a última hora recurrió al adolescente Arda Güler. Pero lo mismo dio. Durante más de una hora, el Madrid no encontró la clave para descifrar un choque revirado en la caja de Vallecas y los locales ni siquiera recurrieron a la épica para sacar algo. A la vuelta de la pausa, Dimitrievski anuló los mejores intentos blancos, de Joselu y Kroos.
“Tras el empate, fue un partido distinto que no nos gusta jugar. Al Rayo le ha salido bien interrumpir el juego. Lo debemos aceptar”, abundó el entrenador blanco, que llamó a la calma y a pensar que, después del fastidio por no llevarse tres puntos que todos daban por descontando —más si cabe con el 0-1 tan tempranero—, el empate puede ser positivo en el global de las 38 estaciones de la Liga.
El “juego más sucio” de la segunda parte
El Madrid acumula 19 encuentros sin caer en el torneo (14 triunfos y cinco empates), y el Rayo es, junto al Atlético, el rival que más le ha torpedeado. Dos igualadas ante los vallecanos, que asistieron al primer gol de Raúl de Tomás en Liga, de penalti, después de regresar al once siete jornadas después, una medida de choque del novato y debutante Iñigo Pérez para reflotar la trayectoria declinante del delantero. “Estoy orgulloso de los jugadores. No es fácil tener una destitución [de Francisco] y que venga otro a decir que hagas ciertas cosas”, argumentó el nuevo técnico local, siempre reposado en el análisis y que aceptó como un elogio que la gente “divisara algo del Rayo del Andoni [Iraola]”.
El navarro valoró el mérito de sus futbolistas de resistir con el 0-1 y admitió que en la segunda mitad no le vino mal un “juego más sucio”. “Había situaciones en las que no quería arriesgar porque cualquier error te penaliza”, apuntó el entrenador del Rayo, que en una semana ha pasado de ayudar a Iraola en la Premier desde España (no tenía los permisos para residir en Inglaterra) a dirigir por primera vez en la Liga. Al conjunto blanco lo metió en la jaula. Su siguiente apeadero, Girona.
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