Luis Enrique se juega la clasificación con el PSG: “¡A disfrutar del show!”
El equipo francés debe ganar en Dortmund, líder del Grupo F, para asegurar su pase a octavos
Luis Enrique encabezó una caravana de gente estresada este martes en Dortmund. “¿Y si quedan eliminados?”, le preguntaban insistentemente al entrenador español, que se revolvía en su silla y lanzaba miradas inflamadas a sus inquisidores, mezclando en una misma paráfrasis a Bruce Lee con Van Gaal: “¡Positivo! ¡Sé positivo mi amigo!”.
Por primera vez desde 2011, cua...
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Luis Enrique encabezó una caravana de gente estresada este martes en Dortmund. “¿Y si quedan eliminados?”, le preguntaban insistentemente al entrenador español, que se revolvía en su silla y lanzaba miradas inflamadas a sus inquisidores, mezclando en una misma paráfrasis a Bruce Lee con Van Gaal: “¡Positivo! ¡Sé positivo mi amigo!”.
Por primera vez desde 2011, cuando el fondo soberano catarí de inversiones QSI adquirió la propiedad del Paris Saint-Germain, el equipo arriesga gravemente su clasificación para los octavos de final de la Champions. Si este miércoles no le gana al líder del Grupo F en el viejo Westfalenstadion, corre el riesgo de quedar eliminado. Incluso un empate, sumar 8 puntos, podría dejarlo fuera si en St James Park el Newcastle, que tiene 5 puntos, le gana al Milan, que también tiene 5. El llamado Grupo de la Muerte está tan apretado que hasta que los árbitros piten el final y se acabe la ronda, todos tendrán opciones de pasar a la siguiente fase.
“Si no quieres presión, no debes firmar por los clubes grandes”, dijo Luis Enrique ayer antes de dirigir el último entrenamiento. “¡A disfrutar del show!”. El entrenador del PSG se mostró desafiante ante la cita más dramática de esta fase de grupos de la Champions. Su breve trayectoria en el club más rico de Francia, al que llegó el verano pasado, está repleta de contradicciones. Él no se ha esforzado demasiado en seducir a la opinión pública. No habla en francés. No pretende ser simpático y a veces hasta parece regocijarse en mostrar toda su acritud. Pero el efecto resulta misterioso. La prensa local le comprende menos que la hinchada, que se ha enganchado más al equipo que en otras temporadas. Probablemente el PSG tenga su plantilla menos valiosa del último lustro, pero hay algo en el juego del equipo que consigue transmitir más emoción. No están Messi, ni Neymar, ni tampoco Verratti, los principales estrategas hasta el curso pasado, pero de la mano del técnico asturiano el equipo practica un fútbol vibrante, atrevido, pleno de intención de dominio. El compromiso colectivo es enérgico. Abundan los jóvenes en desarrollo. Solo les falta la continuidad y el aplomo que da la madurez.
“Los jugadores cada vez comprendemos mejor la filosofía del míster”, observó Marquinhos este martes; “y el míster cada vez comprende mejor a la plantilla”.
La filosofía es la presión asfixiante en campo contrario y la elaboración rápida y profunda a través de múltiples asociaciones en los carriles centrales. Fácil de enunciar y muy difícil de ejecutar cuando Mbappé y Dembelé son dos de los tres atacantes. Luis Enrique tiene ante sí un trabajo ingente. La falta de vocación defensiva de sus dos figuras obliga a los demás a realizar compensaciones que acaban por agostar al mediocampo, en donde Ugarte exhibe inmadurez y Fabián, Vitinha, Lee, Zaïre-Emery tienen que cubrir grandes distancias y cumplir con demasiadas labores. El camino no es sencillo pero el juego es el más vistoso que recuerdan los hinchas en los últimos años. Solo falta que los resultados convaliden el progreso. Si la pasada temporada en Ligue 1 el PSG acumulaba 41 puntos en 15 jornadas, ahora después de los mismos partidos suma 36 puntos. Y no tiene asegurada la clasificación para los octavos de la Champions a falta de un partido, cosa impensable en otras épocas.
“No especularemos”, advirtió Luis Enrique sobre el duelo en Dortmund. “Hemos marcado en todos los partidos de esta Champions y saldremos a jugar pensando en ganar y en ser primeros de grupo. No cambiaremos nada. Mi pensamiento es positivo. Pienso que en un grupo muy difícil, en donde solo el Borussia Dortmund está clasificado y hay dos equipos que no dependen de sí mismos, llegamos a la última jornada dependiendo de nosotros”.
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