El Manchester United no entra ni en Liga Europa
El club inglés pierde ante el Bayern (0-1) y queda último del Grupo A tras la victoria del Copenhague, que pasa segundo
La victoria del Copenhague ante el Galatasaray clasificó al club danés para octavos de final en segunda posición del Grupo A y condenó al United a librar una batalla sin esperanza. Ni la victoria lo clasificaba. Una pena inagotable se extendió por las gradas de Old Trafford. Pocas veces en la historia del fútbol una afición más acostumbrada a las grandes cumbres ha debido arrastrarse tanto tiempo por los sótanos de la competición. La riqueza les sirve de poco a los ...
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La victoria del Copenhague ante el Galatasaray clasificó al club danés para octavos de final en segunda posición del Grupo A y condenó al United a librar una batalla sin esperanza. Ni la victoria lo clasificaba. Una pena inagotable se extendió por las gradas de Old Trafford. Pocas veces en la historia del fútbol una afición más acostumbrada a las grandes cumbres ha debido arrastrarse tanto tiempo por los sótanos de la competición. La riqueza les sirve de poco a los diablos rojos, eliminados en última posición del grupo con apenas cuatro puntos, desclasificado hasta de la Europa League. Al submundo les transportó el Bayern de Múnich, un Caronte que, a diferencia del gran club inglés, sigue siendo propiedad de sus aficionados y conserva la nobleza intacta.
El Manchester United contrastó su deseo con su realidad. Su deseo, el deseo del club inglés con más aficionados en todo el mundo, es ser como el Bayern, una sociedad respetada y querida no solo por sus adeptos sino por los profesionales independientes como Harry Kane o Min-jae Kim. El mejor nueve del mundo junto con Haaland, y el mejor defensa del mundo, junto con Araujo. Dos futbolistas que el United se empeñó en seducir durante meses hasta que el pasado verano decidieron irse a Múnich, a coronar sus carreras bajo el techo de una institución que les inspira confianza. Lo sabe bien Florentino Pérez: el destino de los clubes se cifra en su prestigio, un intangible que fascina a las televisiones, a los patrocinadores, y a los mejores futbolistas que puede ofrecer el mercado, actores de quienes depende el dinero y los títulos. Desde 2013 el United gana mucho dinero pero pierde prestigio —y buenos jugadores— a chorros.
Obligado a ganar para adquirir alguna posibilidad de pasar a octavos, el United jugó bien. Abarcó todo lo que le permitieron sus limitaciones. Con Varane medio cojo y el pesado Maguire en defensa; con Bruno Fernandes multiplicándose en todos los departamentos administrativos y creativos del mediocampo; y con un ataque tan empobrecido que toda alternativa de grandeza se depositó en Antony, un joven acorralado por conflictos domésticos y judiciales. El pelotón se estrelló contra Min-jae Kim.
El toque de Kane
Kim fue el candado de un Bayern que jugó en Inglaterra sin rotar. Con su equipo de gala pero sin demasiada motivación. Con 14 puntos y el liderato asegurado en el Grupo A, Tuchel puso lo mejor que tenía, y los jugadores hicieron un trabajo profesional. Activaron el piloto automático y planearon en la corriente. Suficiente, cuando entre los planeadores hay uno que se llama Musiala, otro que se apellida Kane, y otro que responde al apelativo de Kim y su presencia en el área de Neuer es incompatible con la vida de los rivales. Entre los tres llevaron el partido a donde quisieron. Pasada la hora Coman —tras una dejada majestuosa de Kane— burló a la zaga por la parte más espesa y se quedó solo ante Onana antes de meter el 0-1.
Kimmich, Goretzka, Upamecano, Sané... viajaron en los asientos del pasaje, o en la bodega de los polizones. No les hizo falta más para frustrar al United. Los jugadores rojos se desmoralizaron. Pertenecen a un club a la deriva, con unos propietarios —los Glazer— que no saben si vender o seguir especulando, con un entrenador —Ten Hag— desautorizado, y unos antecedentes deprimentes. Desde que Alex Ferguson dejó el banquillo en 2013 el United ha quedado eliminado en tres ocasiones en la fase de grupos y nunca ha pasado de los cuartos de la Champions.
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