Kroos y Modric, de sociedad indivisible a trabajadores independientes
Las lesiones abren una ventana para volver a reunir el ‘pack’, separado en verano en perjuicio del croata. Pasan de jugar juntos la mitad de los minutos a no llegar al 20%
Carlo Ancelotti ganó la Liga y la Champions en 2022 con un Madrid que cogió altura cuando el italiano no se salió de la vieja letanía Kroos-Modric-Casemiro. Y la temporada pasada, ya sin el stopper brasileño, recondujo la crisis de enero agarrado en los partidos gordos al Kroos-Modric de siempre, pese a todo el ruido externo que no dejaba de reclamarle nuevos aires en la medular. La última combinación superviviente de las tres Champions seguidas parecía irrompible...
Carlo Ancelotti ganó la Liga y la Champions en 2022 con un Madrid que cogió altura cuando el italiano no se salió de la vieja letanía Kroos-Modric-Casemiro. Y la temporada pasada, ya sin el stopper brasileño, recondujo la crisis de enero agarrado en los partidos gordos al Kroos-Modric de siempre, pese a todo el ruido externo que no dejaba de reclamarle nuevos aires en la medular. La última combinación superviviente de las tres Champions seguidas parecía irrompible, hasta que el último verano dividió el binomio.
En solo tres meses, se pasó de golpe de un dúo inseparable a dos jugadores que han coincidido poco sobre el césped. El alemán (33 años) y el croata (38) han dejado de funcionar como una pareja y se han convertido en dos elementos independientes. Después de un arranque donde ninguno estaba en el once, la elección de Carletto ha sido uno u otro -con prioridad clara para Kroos-, pero rara vez ambos a la vez. Mientras en las dos campañas anteriores, los dos actuaban juntos en la mitad de los minutos del equipo; en esta apenas han coincidido en el campo el 18% del tiempo, según la contabilidad de Opta.
Sin embargo, el azote de las lesiones, con Tchouameni y Camavinga en la enfermería, abre ahora un escenario en el que Ancelotti puede recuperar la antigua fórmula de éxito; más por escasez de piezas que por apuesta. Empezando, quizá, por el encuentro en Cádiz (18.30, Movistar), para el que no anda sobrado de nombres en esa parcela: además de Kroos y Modric, vuelve Ceballos de otro problema físico, recupera a Bellingham tras lastimarse el hombro izquierdo y conserva a un Valverde exprimido en el último parón de selecciones. David Alaba, con un pasado en el Bayern en la zona ancha, fue descartado este sábado por Ancelotti para esa función. En la portería, Kepa sigue de baja, igual que Vinicius, Arda Güler, Courtois y Militão.
Consumado el correctivo del City en la vuelta de las semifinales de Champions (4-0), la planificación del club para esta campaña pidió un paso decidido en la manida transición generacional del centro del campo. Y eso ocurrió en agosto: en dos de las tres primeras citas (San Mamés y Vigo), ni Kroos ni Modric fueron titulares. Una ruptura en toda regla. Todo el poder para los jóvenes. Una decisión que fue peor recibida intramuros por el croata que por el germano.
La medida, sin embargo, no tardó en ser matizada por Ancelotti: la capacidad de Kroos para la salida de balón lo devolvió al once. Aquellos días, alguna voz con acceso al vestuario advertía de que, aunque siempre se les había considerado un pack, los cinco años de diferencia los convertía en casos diferentes.
La norma rota en el clásico
Reconquistó el teutón su sitio en las citas de miga, pero los dos juntos, rara vez. Por eso sorprendió tanto verlos en la alineación del Metropolitano (3-1), la única vez en los 17 partidos del curso. Algo que también llamó la atención de algunos empleados del club. El entrenador italiano creyó que si colocaba a Modric donde Bellingham y este, todavía más adelantado, podía hacer daño a Simeone. Una prueba fallida que solo duró media parte, hasta que el balcánico acabó en la ducha en el descanso.
Desde aquella noche, la única derrota blanca, Kroos y Modric solo han vuelto a coincidir en el campo en cuatro de los 10 siguientes encuentros. Y casi siempre en momentos muy cómodos para el equipo. Ante Osasuna en casa, 12 minutos y ya con 3-0 a su favor. Los últimos 25 minutos en el Pizjuán, el único día con todo en el aire. Los 15 minutos finales en casa contra el Braga, con 3-0. Y la media hora final del Valencia, cuando el Madrid ya ganaba 4-0.
En el clásico, por ejemplo, se marchó Kroos a la hora y entró Modric. Uno por otro. La separación se había dado tan por descontada que nadie reparó que esa tarde fue la primera desde que Ancelotti dirige a ambos que no los alineó de inicio juntos en una gran cita (contra el Barcelona, eliminatorias europeas y finales). Hasta entonces, nunca en las 29 ocasiones anteriores en las que los tuvo sanos en este tipo de jornadas había roto el binomio.
En este momento, la acumulación de lesiones abre una ventana, sobre todo, a Modric, el peor parado de la nueva etapa, titular las mismas veces desde septiembre con su selección (seis) -con la que acaba de clasificarse para la Eurocopa- que con el Madrid. En uno de sus viajes a casa, ya dejó constancia de su malestar. “Me dijeron que nada cambiaría en mi estatus, y por eso firmé [la renovación]”, soltó hace dos meses. Él y Kroos ampliaron otra campaña al terminar la pasada.
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