El Manchester City tropieza ante el Liverpool
El equipo de Guardiola cede un postrero empate en Anfield cuando estaba a punto de igualar las 24 victorias como local de una plusmarca que data de 1882
Una desatención para defender un contraataque definió el empate entre Manchester City y Liverpool en el gran duelo del fútbol inglés. Lo sustanció el colmillo de Alexander-Arnold para transitar desde su previsible ubicación en el lateral hacia el interior. Quizás hizo más por ganar el equipo de Guardiola que el de Klopp, seguramente sintió que tenía el partido dominado aún dentro del clásico descontrol de este tipo de lizas, pero se firmaron al final unas tablas que frustran al City justo cuando iba igualar una plusmarc...
Una desatención para defender un contraataque definió el empate entre Manchester City y Liverpool en el gran duelo del fútbol inglés. Lo sustanció el colmillo de Alexander-Arnold para transitar desde su previsible ubicación en el lateral hacia el interior. Quizás hizo más por ganar el equipo de Guardiola que el de Klopp, seguramente sintió que tenía el partido dominado aún dentro del clásico descontrol de este tipo de lizas, pero se firmaron al final unas tablas que frustran al City justo cuando iba igualar una plusmarca que data de 1882. Desde entonces no ha habido un equipo en Inglaterra que haya sumado 24 victorias consecutivas en su estadio. Ese añejo récord, en poder del Sunderland, estuvo a tiro para el cuadro de Manchester, “Hicimos un gran partido”, reforzó al final Guardiola a los suyos.
El técnico catalán volvió a patinar ante Klopp, con el que mantiene una estadística adversa en sus vibrantes duelos directos. Le había ganado los dos últimos, pero el estratega alemán se fue victorioso antes en doce. Pep se queda en once. El de este sábado fue el sexto empate. Debió de ganar el City, que fue superior, manejó durante más tiempo la pelota (61%), juntó más pases, remató en el doble de oportunidades que su rival (16-8) y apenas le concedió opciones para dañarle. Pero el Liverpool extrajo frutos del valor del sufrimiento y del mérito del atrevimiento. Apretó los dientes cuando le exigió el campeón, que tuvo al maestro Bernardo Silva a la batuta, indiscutible líder futbolístico del equipo.
El luso maneja los hilos de un equipo adiestrado para atraer rivales y explotar espacios. El Liverpool tiene en su esencia ir a buscar el balón, no teme los partidos agónicos a campo abierto y ahí se planteó una esgrima en la que el City se encontró cómodo aplicando sus imitados automatismos. Salah y Núñez le dieron un susto inicial en una conexión que el delantero uruguayo pudo rematar mejor. Pero el gol llegó primero en el área roja, donde Allison generó un par de incendios en la gestión de la pelota. El segundo de ellos acabó en los pies de Aké, excelente todo el partido con y sin balón mientras el fichaje estrella Gvardiol lo miraba desde el banquillo. El zaguero holandés trazó un eslalom con el esférico para encontrar a Haaland entre centrales y darle al artillero noruego una ventaja decisiva para seguir nutriendo sus números: en un inicio tibio de campaña suma 18 goles en 19 partidos de todas las competiciones y ya ha llegado a los 50 tantos en apenas 48 partidos en la Premier. Andy Cole necesitó 65, Shearer lo logró con 66, Van Nistelrooy necesitó 68 y Salah o Fernando Torres, 72.
Haaland ejerció una vez más de coloso y el City se acomodó aún más a un partido que se puso de cara. Allison se estiró al filo del descanso para evitar que Foden incrementase la ventaja local. Klopp resumió al final del partido la situación del Liverpool en aquel momento: “En el vestuario les dije a los chicos: imaginaos como iríamos si llegamos a estar jugando bien”.
Pero el Liverpool regresó del descanso sin lograr imponer su dictado, ocupado en trabajar en las ayudas defensivas, por ejemplo esas con las que trataba de frenar a Doku, imparable en el uno contra uno. Al Liverpool no le dio aire ni siquiera la entrada de Luis Díaz, que llegaba desde jugar con la selección colombiana y de unos días duros por el secuestro de su padre, presente en la grada. Julián Alvarez tuvo la sentencia. A Ruben Dias le anularon un gol por falta previa de Akanji al portero de los reds. El propio Allison sacó un remate de Haaland tras el enésimo caracoleo de Doku, que acabó el partido con 11 regates ejecutados y cuatro oportunidades de gol generadas.
Tuvo el triunfo el City, pero le golpeó el Liverpool en la contra de esa acción. Pocos galopan como Alexandre-Arnold, que definió como los buenos y en la celebración puso dedo en boca para mandar callar al Etihad Stadium. “Él fue quien marcó la diferencia”, resumió Klopp. La respuesta local tuvo un punto feroz, pero también fue apresurada. Guardiola una vez más decidió no hacer cambios. Tampoco le sobran opciones en el banquillo: De Bruyne, Nunes, Kovacic y Grealish vieron el partido desde la grada.
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