Argentina propina a Brasil su primera derrota como local en eliminatorias y acentúa la crisis verdeamarela
El partido tuvo que suspenderse durante media hora por incidentes en las gradas de Maracaná. El pentacampeón mundial acumula tres derrotas consecutivas y cuatro partidos sin ganar
Brasil nunca había perdido un partido como local en las eliminatorias mundialistas hasta la noche en que Nicolás Otamendi se alzó por los cielos del Maracaná para cambiar la historia. Argentina, que no deja de vivir en una luna de miel constante, se ha impuesto en el máximo templo carioca por segunda vez consecutiva, como ya lo hiciera en la final de la Copa América 2021...
Brasil nunca había perdido un partido como local en las eliminatorias mundialistas hasta la noche en que Nicolás Otamendi se alzó por los cielos del Maracaná para cambiar la historia. Argentina, que no deja de vivir en una luna de miel constante, se ha impuesto en el máximo templo carioca por segunda vez consecutiva, como ya lo hiciera en la final de la Copa América 2021, y acentúa la crisis del pentacampeón mundial, que acumula tres derrotas al hilo y cuatro partidos sin ganar.
Antes de que rodara el balón, las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir en el fondo sur del estadio para frenar un incidente entre aficionados. Tras cantarse los himnos de ambos países, hubo un enfrentamiento en las gradas entre hinchas de ambas selecciones, lo que provocó la intervención de la Policía Militar brasileña, que reprimió a los aficionados, mayoritariamente a los argentinos. Volaron sillas y se sacaron a pasear las porras. La situación escaló a tal punto que la selección argentina, con Lionel Messi a la cabeza, intentó mediar para atemperar los ánimos hasta que decidió retirarse a los vestuarios. El partido se suspendió y empezó media hora más tarde.
La crispación de la tribuna se trasladó al campo y los primeros minutos del partido estuvieron faltos de fútbol. A la intensidad habitual de un clásico sudamericano se sumó alguna que otra entrada con los tacos arriba y algunos manotazos al rostro de Rodrigo de Paul, entre ellos uno que casi le cuesta la expulsión a Gabriel Jesús.
Pasadas las múltiples interrupciones del inicio, Argentina fue quién mostró primero la intención de jugar. A través de Marcos Acuña, uno de los dos cambios que presentó Lionel Scaloni respecto al partido contra Uruguay, el combinado albiceleste empezó a encontrar profundidad por el costado izquierdo. El lateral aparecía por sorpresa y hallaba posiciones de centro, tomando la espalda de Emerson Royal, que era atraído hacía dentro por Mac Allister, falso volante por la izquierda en el 4-4-2 argentino.
La formación fue la otra sorpresa de Scaloni. Contrario a lo visto ante la selección charrúa, partido en el que Argentina inició con el extremo Nico González bien pegado a la banda, ahora fueron Lo Celso y el mismo Mac Allister, interiores, los jugadores más abiertos en la línea de mediocampistas. Ese ajuste les regalaba las bandas a los laterales albicelestes, que tuvieron un buen arranque, pero que dejaron de ser productivos en la medida en que Raphinha y Martinelli comenzaron a atarlos a tareas defensivas.
Brasil se hizo fuerte en el cierre de la primera mitad a través de una presión efectiva, que le ofrecía a la canarinha la posibilidad de recuperar el balón en zonas más altas del campo e intimidar a partir de ahí. Sin embargo, pocas preocupaciones generó sobre la portería de Emiliano Martínez la ofensiva verdeamarela, comandada por un tímido Rodrygo, que portaba la camiseta número diez del lesionado Neymar.
El dominio brasileño se reanudó en el segundo tiempo, con una mayor participación de Raphinha, que juntaba rivales y se asociaba bien con Gabriel Jesús. El delantero del Arsenal también regresó del vestuario más enchufado y estuvo cerca de abrir el marcador tras una gran jugada individual en la que se fue de dos adversarios, pero que se extinguió en las manos del Dibu.
Argentina intentaba salir rápido, pero con poco éxito. Hasta que uno de esos latigazos, en los que se buscaba al solitario Julián Álvarez, terminó con un tiro de esquina a favor en el que se forjaría la derrota de la canarinha. Giovani Lo Celso puso el servicio que Otamendi martilló unos segundos después para vencer a Alisson y silenciar al Maracaná, fortaleza que cada vez está más acostumbrada a eventos traumáticos.
El final del encuentro no fue el esperado por la afición brasileña, cuyos representantes dentro del terreno de juego nunca consiguieron poner en aprietos el arco rival. La inoperancia ofensiva derivó en una frustración materializada con la agresión de Joelinton sobre De Paul, a diez minutos del final. El futbolista del Newcastle, que llevaba poco en el campo, dejó a su equipo con uno menos y puso punto final a cualquier oportunidad de evitar la tragedia verdeamarela. No fue el partido de Messi, sustituido por Di María en el cierre, pero su equipo tampoco necesitó de él.
Con este desenlace, se aproximan días de júbilo en Argentina y de muchas preguntas a resolver en Brasil, que hace cinco semanas todavía mantenía una sorprendente racha de 37 partidos sin perder en eliminatorias. Ahora, el equipo dirigido por Fernando Diniz suma tres caídas seguidas.
El entrenador, recientemente coronado en la Copa Libertadores con Fluminense, ha tenido que lidiar con las lesiones de sus mejores futbolistas, como Neymar, Vinícius o Casemiro, pero eso no le evitará salir en la foto de un episodio de esos que suelen tener repercusiones. La estocada argentina deja a la federación brasileña, que confía en que Carlo Ancelotti aterrice en Copacabana el próximo verano, ante la duda de si seguir apostando por el de Minas Gerais o si buscar a alguien más que tome los mandos mientras llega el esperado relevo desde Madrid.
Lionel Scaloni: “Esta selección necesita a un entrenador que esté bien”
Al término del encuentro, el seleccionador Lionel Scaloni, habló sobre su futuro, incierto. “Una cosa importante que quiero decir. Ahora quiero parar la pelota, hay muchas cosas para pensar en este tiempo. Estos jugadores nos han dado un montón a todo el cuerpo técnico y necesito pensar mucho qué voy a hacer”, dijo en declaraciones recogidas por la web de ESPN.
El exjugador dejó claro que “no es un adiós, ni otra cosa”. Y añadió: “Pero necesito pensar porque la vara está muy alta. Está complicado seguir, seguir ganando y estos chicos lo ponen difícil. Se lo diré al presidente, a los jugadores después. Esta selección necesita un entrenador que tenga todas las energías posibles y que esté bien”.
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