Xavi: “Es uno de los peores partidos que recuerdo”
El Barça pierde dos de sus últimos tres partidos y el técnico azulgrana apunta a la falta de confianza de sus jugadores: “Estamos bloqueados”
Como ante la Real Sociedad, el Barcelona se quedó sin fútbol. Sin embargo, en Hamburgo no hubo remate salvador en la última jugada. Y ante el Shakhtar Donetsk el conjunto azulgrana volvió a caer, esta vez en Europa después de la derrota hace 11 días ante el Madrid. “Es uno de los peores partidos que recuerdo en estos años. Estamos en un mal momento. Hemos de reconocerlo. Es una pena, pero hemos de continuar”, analizó Xavi Hernández. E insistió en la confianza de sus fu...
Como ante la Real Sociedad, el Barcelona se quedó sin fútbol. Sin embargo, en Hamburgo no hubo remate salvador en la última jugada. Y ante el Shakhtar Donetsk el conjunto azulgrana volvió a caer, esta vez en Europa después de la derrota hace 11 días ante el Madrid. “Es uno de los peores partidos que recuerdo en estos años. Estamos en un mal momento. Hemos de reconocerlo. Es una pena, pero hemos de continuar”, analizó Xavi Hernández. E insistió en la confianza de sus futbolistas: “Hace poco jugábamos muy bien al fútbol. Es un tema mental. Ni físico ni de juego. Estamos bloqueados”. Pocos tan bajos de forma como Gündogan y Lewandowski, a los que no pudo rescatar su amigo Ter Stegen.
Desde que llegó a Barcelona, Gündogan se sumó al grupo que lideran Ter Stegen y Lewandowski, al que se suman Christensen, De Jong y Sergi Roberto. Al polaco ya lo conocía de su etapa en el Borussia Dortmund; al portero, de la selección alemana. Para los tres era un partido especial frente al Shakhtar Donetsk en el Volksparkstadion. Por su regreso a Alemania, sobre todo porque, en una noche de muchos cambios —cinco respecto al once del último partido en el Reale Arena— eran los jugadores, por experiencia y fútbol, en los que se apoyaba para lavarle la cara al equipo. “Estamos haciendo las cosas mal en general: las vigilancias no son las que tienen que ser y la presión tras pérdida tampoco. Son detalles que a este nivel nos pasan factura. Tengo faena como entrenador y los jugadores tienen que dar un paso adelante”, continuó Xavi.
El problema fue que Lewandowski se marchó sin ni siquiera un disparo a portería. En el primer tiempo, por ejemplo, solo tocó siete balones y ya suma seis partidos sin marcar, su peor racha desde que jugaba en el Borussia Dortmund (10, entre diciembre de 2010 y febrero de 2011). Gündogan tampoco levanta cabeza. Y eso que volvió a jugar de interior (hasta el minuto 60), pero no logró activar a un equipo sin ritmo ni intensidad. “Estamos en un momento bajo de juego, de pérdidas, de no saber cómo tener la pelota ni de cómo atacar”, sostuvo Xavi. Mientras que Ter Stegen intentó sostener al equipo. No pudo. Siempre es estimulante para el portero jugar en Alemania. Desde que se marchó del Borussia Monchengladbach, el meta siente que pierde la batalla mediática con Manuel Neuer, su rival para ver quién custodia los tres postes de la Mannschaft. Justo el día que el guardameta del Bayern anunciaba que se bajaba de la selección —”No viajaré a la selección nacional porque todavía necesito tiempo”, dijo después de superar la lesión que lo tuvo cerca de 11 meses de baja—, Ter Stegen se marchó derrotado de su país. “Estamos todos enfadados. No nos puede pasar esto. Ahora hay que centrarse y dar el 100% en el partido del próximo domingo”, subrayó el portero. Sus paradas (tres) no fueron suficientes para rescatar al Barcelona.
“Hemos concedido en defensa y no hemos estado cómodos. El Shakhtar se ha defendido bien y lo ha hecho bien en transiciones”, destacó el preparador catalán. Como el Barcelona no reaccionaba en Hamburgo, Xavi hizo algo inédito en su etapa como entrenador azulgrana: cuatro cambios de una tacada. “Querría un cambio de dinámica”, dijo Oriol Romeu, uno de los sustituidos. “Derrota dura”, remarcó el pivote; “queríamos certificar la clasificación. No ha podido ser. Tenemos que mejorar y dar menos opciones al rival. Tenemos que buscar soluciones porque nos está costando”. Y Xavi miró al pasado: “Después de dos años sin clasificarnos a octavos, lo de hoy es una oportunidad perdida. Lo fue en el momento más inoportuno. Hay mucha exigencia. Hoy no podíamos fallar y hemos fallado”.
De Varsovia a Hamburgo y con Ucrania siempre en el recuerdo
El fútbol mima a los aficionados de El Dinosaurio, como se conoce al Hamburgo, cuyo estadio, el Volksparkstadion es el escenario en el que juega esta temporada el Shakhtar Donetsk sus partidos como local después de que Ucrania fuera invadida por Rusia. La temporada pasada, el equipo jugó en el campo del Legia de Varsovia. Este año se mudó a Alemania. Y la gente de Hamburgo lo agradece. El club germano se había quedado sin competiciones europeas en 2010. Aquel año perdió la semifinal de la Europa League ante el Fulham. Era el año en que su estadio era la sede de la final. Y lejos de pelearla en su casa, vio cómo la ganaba el Atlético de Agüero y Forlán. Antes, la ciudad con el segundo puerto más importante de Europa se había despedido de la Champions. El Hamburgo, que levantó la Orejona en 1983 frente a la Juventus de Michel Platini, jugó su última Champions en 2006. Pero sus desdichas no se circunscriben solo a Europa. En 2018, el equipo que presumía de un reloj en el que se contaba su historia en la Bundesliga cayó a Segunda después de 54 años, 261 días y 36 minutos.
Malas noticias para el Hamburgo, buenas para el St. Pauli, y sobre todo para la ciudad de uno y otro club, que volvía a disfrutar del derbi. Este año, además, es escenario de Champions. Otra vez. Y gracias al Shakhtar. De las 49.000 entradas que estaban disponibles para recibir ayer al Barcelona, 28.000 se las quedaron los abonados del Hamburgo. Del resto, 1.600 fueron para el Barcelona, 1.000 para el Shakhtar y 18.400 para la taquilla. El estadio prácticamente se llenó. Y aunque Hamburgo cuenta con 100.000 ucranios, según el Bild, el ambiente era el de un partido neutral. El público, en cualquier caso, estaba dispuesto a disfrutar del fútbol. En el minuto 10, la hinchada alemana se encargó de recordar al último ganador del Balón de Oro. “Messi, Messi, Messi”, cantó la afición; y también “Ha-Es-Vau”, en una referencia fonética a las siglas del Hamburgo HSV. También hubo homenaje para Ucrania: los niños que saltaron al campo con los jugadores son refugiados y se dibujó un tifo con las banderas de Ucrania y Alemania unidas.
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