Carta a Aitana Bonmatí
Gracias por recordarnos que esto no es solo fútbol, que es mucho más que un entretenimiento y mucho más que una pelota besando las mallas. Gracias por demostrarnos que los valores son siempre lo más importante y van por delante de todo.
Desde el pasado lunes el mundo ha podido confirmar lo que todos sabíamos desde hace tiempo: que Aitana Bonmatí es la mejor jugadora del planeta fútbol. Era el 1 en todas las quinielas, ella lo sabía y por eso le costó dormir las noches antes de recibir el premio. Aunque no por ser esperado —y merecido— le resta valor alguno.
La jugadora nacida en Sant Pere de Ribes ha paseado este año su calidad, su carácter, su talento y...
Desde el pasado lunes el mundo ha podido confirmar lo que todos sabíamos desde hace tiempo: que Aitana Bonmatí es la mejor jugadora del planeta fútbol. Era el 1 en todas las quinielas, ella lo sabía y por eso le costó dormir las noches antes de recibir el premio. Aunque no por ser esperado —y merecido— le resta valor alguno.
La jugadora nacida en Sant Pere de Ribes ha paseado este año su calidad, su carácter, su talento y su voz allá por donde ha ido. Son cualidades que no se pueden medir en premios, mucho menos todos los méritos que ha hecho este año para conseguir su primer Balón de Oro: MVP y campeona de la Champions, MVP y campeona del Mundial de fútbol, Liga F y Supercopa de España. El reconocimiento va mucho más allá de los metales.
De pequeña, Aitana veía levantar el Balón de Oro a Leo Messi por televisión. Ahora, en el año 2023, la catalana y el argentino se felicitaron mutuamente en el Teatro de Châtelet de París por haberlo conseguido a la vez. Han compartido focos y portadas. En 2023, hay muchas niñas que la han visto a ella por televisión sostener entre sus manos el balón más preciado y valioso que existe en el mundo del fútbol. Mucho han cambiado las cosas desde que aquella niña jugaba en el CD Ribes, y se hizo un hueco, siendo la única de un equipo en el que había 18 niños. Ella era especial. La niña, que hacía maravillas con un balón cosido al pie y que lleva el apellido materno en primer lugar, es hoy un referente deportivo y social.
Esto es una carta para ti, Aitana, una carta de agradecimiento. Gracias por recordarnos que esto no es solo fútbol, que es mucho más que un entretenimiento y mucho más que una pelota besando las mallas. Gracias por demostrarnos que los valores son siempre lo más importante y van por delante de todo. Por recordarnos que, a pesar de ser “la cosa más importante de las cosas menos importantes”, como diría Arrigo Sacchi, el fútbol sí puede cambiar el mundo o, por lo menos, intentarlo. Gracias por poner voz a quienes no la tienen. Gracias por reivindicar siempre un deporte y un mundo mejor y más justo, un mundo para todas y todos. Porque “como jugadoras nuestra responsabilidad va más allá del campo. Tenemos que ser más que deportistas, seguir luchando juntas para tener un mundo en paz e igualitario”. Gracias por hacernos creer que los sueños se cumplen. Porque con tu ejemplo muchas niñas y niños van a saber que pueden trabajar por aquello a lo que aspiran sin importar cuántos obstáculos les hagan creer lo contrario. Ahora ya hay gente que ha pasado de decir que tienes cosas de Xavi e Iniesta, a decir que las que vienen por detrás tienen cosas de Aitana. Gracias por hacernos disfrutar con tu fútbol tanto o más de lo que lo haces tú. Y por todo lo que queda por venir.
De Alexia a Aitana hemos normalizado algo que es extraordinario e impensable no hace mucho. Es el tercer Balón de Oro consecutivo del fútbol español, una señal inequívoca del crecimiento del fútbol femenino a nivel nacional y a nivel mundial en los últimos años. Sin olvidarnos de la estrella que consiguieron en Australia, de la que ambas fueron partícipes directas, y que es una prueba irrefutable de que esto es imparable. A Aitana y a todas las que han hecho posible hacernos pensar que el deporte sí es un motor del cambio, gracias.
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