La primera lesión muscular de Vinicius
El brasileño se retira al cuarto de hora del partido en Balaídos. “Vamos a ver que tiene, quizás no esté para jugar contra el Getafe, pero luego hay un parón”, se anima Ancelotti
En la primera carrera desbordó a Aidoo y se coló hasta la línea de fondo para generar un incendio que apagó el resto de la zaga celeste; en la segunda se midió al espacio de nuevo con el central ghanés. Por el camino se cruzó Starfelt, un fornido defensor sueco, y le tiró un caño a tres metros de distancia. Buscó entonces a Rodrygo y erró el pase, se tocó la parte posterior de la pierna derecha Vinicius, que pareció presa del estupor. El hombre es explosivo como pocos, p...
En la primera carrera desbordó a Aidoo y se coló hasta la línea de fondo para generar un incendio que apagó el resto de la zaga celeste; en la segunda se midió al espacio de nuevo con el central ghanés. Por el camino se cruzó Starfelt, un fornido defensor sueco, y le tiró un caño a tres metros de distancia. Buscó entonces a Rodrygo y erró el pase, se tocó la parte posterior de la pierna derecha Vinicius, que pareció presa del estupor. El hombre es explosivo como pocos, pero jamás había sufrido una lesión muscular. Médico y fisioterapeuta saltaron al césped a auxiliarle, el extremo brasileño les hizo un gesto como de que algo se había estirado y decidieron aplicarle un vendaje compresivo. Lo intentó Vinicius, pero tras regresar con pies de plomo, en el primer esfuerzo que se exigió se sentó sobre el césped para que el partido se parase.
Más allá de alguna molestia puntual, Vinicius apenas ha parado una vez por lesión desde que hace cinco años llegó al Real Madrid. Ocurrió en marzo de 2019 cuando se dañó los ligamentos de un tobillo durante un partido de Champions contra el Ajax. Estuvo 50 días de baja. Carlo Ancelotti confía en que en esta ocasión el percance no pase de ser un susto. “Ha tenido una molestia muscular, vamos a ver lo que tiene. Creo que no es algo serio, le molestaba un poco y preferimos cambiarlo, quizás no esté para jugar contra el Getafe y luego hay un parón para recuperarse”, refirió el técnico, que no contempla acudir al mercado para reforzarse. “El ataque está cubierto”, zanjó. A Ancelotti el partido le pareció de pico y pala. “No fue una victoria de la calidad, pero sí del compromiso”, explicó. Y se fue disgustado por la gestión del lanzamiento del penalti que marró Rodrygo. “Me ha molestado que no lo tirase Modric. Lo miraré en los próximos días”, advirtió.
Sin Vinicius, el Real Madrid se encontró con bastantes salidas tapadas. “Parecía incontrolable. Luego con su salida no encontramos espacios a la espalda de la defensa del Celta”, comentó Ancelotti al final del partido. El plan merengue para replicar al Celta en las centelleantes transiciones de su estrella carioca cojeó, así que el técnico varió el plan y pidió la pelota con la entrada de Modric y Kroos. Restaba media hora por jugar y fue justo entonces cuando Ancelotti arqueó su segunda ceja: Bellingham hizo un mal gesto y se tocó la parte externa de la rodilla derecha que tantos quebraderos de cabeza le ha dado en los últimos meses. Fue una alarma que se pronto se apagó. Y que definitivamente se olvidó en cuanto el talento inglés firmó su cuarto gol en tres jornadas. “La victoria es muy importante porque es un pleno en los tres primeros partidos, todos fuera de casa”, resolvió Kepa Arrizabalaga, debutante con la portería a cero y satisfecho por ello. “El estreno lo llevé con tranquilidad. Voy conociendo a los compañeros”, apuntó.
Todo sucedió en una ambiente electrizante. Tras bastante tiempo de reconocida opacidad, el Celta trata de abrirse a su gente. Lo hace con suerte desigual porque esta misma semana numerosos aficionados criticaron la gestión que hicieron sus dirigentes de una celebración de la efemérides del centenario del club en la que se echó de menos el matiz popular. Pero el celtismo está en efervescencia porque en esos fastos ha brotado un himno que se está convirtiendo en un fenómeno social, una letra de C. Tangana que alude a unos sentimientos que durante mucho tiempo estaban latentes en el celtismo, pero no acababan de lucir en el estadio. Balaídos luce ahora orgulloso. Pero queda trabajo por hacer para que todo luzca en el verde. Tenemos que acumular horas de trabajo y tenemos el mercado abierto. “Es un proyecto que se inicia, que pierde dos o tres jugadores que el año pasado fueron importantes. Esto es una maratón, hay que acelerar, pero tener un ritmo bueno”, concluyó el técnico Rafa Benítez, que aguarda refuerzos para que el equipo pueda despegar.
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