Alonso celebra un podio que va y viene
El último esperpento de la FIA devuelve al asturiano al cajón tres horas después de haberle arrebatado la tercera plaza
El Gran Premio de Arabia Saudí volvió a dejar al aire los costurones de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que atraviesa una profunda etapa de cambios, esperemos que para bien. A la vista está que el órgano teóricamente encargado de ponerle cordura al campeonato es el más insensato si tenemos en cuenta lo ocurrido en Yedda, donde Fernando Alonso se subió al cajón para celebrar el podio número 100 de su palmarés antes de que la FIA le despoja...
El Gran Premio de Arabia Saudí volvió a dejar al aire los costurones de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que atraviesa una profunda etapa de cambios, esperemos que para bien. A la vista está que el órgano teóricamente encargado de ponerle cordura al campeonato es el más insensato si tenemos en cuenta lo ocurrido en Yedda, donde Fernando Alonso se subió al cajón para celebrar el podio número 100 de su palmarés antes de que la FIA le despojara de él tras aplicarle una doble sanción que tres horas más tarde le terminó retirando, recolocándole de nuevo en la tercera plaza. En definitiva, un esperpento.
La primera penalización desembocó en la segunda. En la maniobra de aproximación a la posición que ocupó en la parrilla (la segunda), Alonso colocó su coche demasiado a la izquierda, de modo que los neumáticos de ese costado pisaban los márgenes pintados en blanco que delimitan el cajón dentro del que deben situarse los monoplazas en el momento de la salida. Como consecuencia de ello le cayó un castigo de cinco segundos extra, a cumplir en la primera visita a los talleres. La aparición del safety (vuelta 18) motivó que Aston Martin, al igual que la mayoría, detectara la oportunidad de arañarle algunos segundos al cronómetro y llamó al asturiano, que estacionó delante del garaje, confiando en que sus chicos sabrían cómo actuar en función de lo que indica el reglamento para respetar la penalización. No todos.
La normativa es muy clara en estos casos, y especifica que nadie puede trabajar el prototipo hasta que se hayan cumplido esos cinco segundos. A pesar de ello, el técnico encargado del gato trasero encajó la herramienta en el culo del bólido verde sin llegar a accionarlo. Eso motivó la segunda ofensa, esta de diez segundos, que se añadieron al tiempo total de Alonso y que le resituaron el cuarto en la estadística. Se da la circunstancia de que este episodio es un calco al que protagonizaron Esteban Ocon y Alpine, en Baréin, hace dos semanas.
La desconformidad de Aston Martin motivó una reclamación que llevó a los ejecutivos de la estructura de Silverstone a las oficinas de los comisarios, donde poco antes de la una de la mañana se hizo oficial la resolución de un caso que coloca en la picota al organismo que legisla el certamen. Al parecer, el argumento empleado gira alrededor de la discrepancia que existe entre la acción de tocar el monoplaza con el gato, y que eso se considere trabajar en él. De cualquier forma, el resultado final permite al ovetense encadenar su segundo podio consecutivo, algo que no lograba desde 2013, cuando corría enfundado en el mono de Ferrari.
“¡Que me quiten lo bailado! Yo he disfrutado del podio y la FIA no ha quedado muy bien, porque ha tenido una hora, 35 vueltas, para comunicar la penalización. Al parecer no tuvieron tiempo”, ironizó Alonso, nada más bajarse de su AMR23, y antes de saber que ese podio número 100 iba finalmente a subir a su hoja de servicios. En aquel momento, el bicampeón del mundo centró su crítica en la FIA, más concretamente en su tardanza. “Si me hubieran dicho que tenía otros diez segundos, habría apretado más para sacarle once o doce a George, porque yo podía tirar algo más”, lamentó el español, quien mantiene la tercera plaza en la tabla general, solo por detrás de los intocables Red Bull.
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