Checo Pérez se pone farruco; Alonso, acaba tercero
El mexicano se impone en Yedda por delante de Verstappen, mientras que Alonso recibe dos sanciones que le retiraron el podio temporalmente
A pesar de apuntarse el primer doblete del curso en el estreno del Mundial de Fórmula 1, Red Bull jugó con el resto de la parrilla en Baréin, donde se dedicó a contemporizar y a reservar la mecánica de sus dos monoplazas para eventualidades futuras. Este domingo, en la segunda parada del calendario que se disputó en Yedda, las distintas circunstancias que coincidieron generaron la coyuntura que llevó a los bólidos energéticos a desbloquear todo su poten...
A pesar de apuntarse el primer doblete del curso en el estreno del Mundial de Fórmula 1, Red Bull jugó con el resto de la parrilla en Baréin, donde se dedicó a contemporizar y a reservar la mecánica de sus dos monoplazas para eventualidades futuras. Este domingo, en la segunda parada del calendario que se disputó en Yedda, las distintas circunstancias que coincidieron generaron la coyuntura que llevó a los bólidos energéticos a desbloquear todo su potencial y a correr sin reservas. Y el cronómetro confirmó los augurios de pretemporada: el coche de los actuales campeones del mundo está más de un segundo por delante del resto del pelotón. En ese marco y si la política no tuviera peso, algo impensable en cualquier taller, también en el de la marca del búfalo rojo, el título se lo deberían jugar entre Max Verstappen y Checo Pérez, la pareja de la escudería de Milton Keynes (Gran Bretaña). Sin embargo, la brújula que Red Bull le entregó desde el primer momento al holandés deja en falso al mexicano, que vive en la necesidad permanente de demostrar el tipo de piloto que es.
En Arabia Saudí, el corredor de Jalisco corrió en todo momento pendiente del retrovisor, esperando el instante en que su vecino de taller se colocara detrás de él a pesar de haber arrancado el 15º. Eso ocurrió justo a mitad de la carrera (vuelta 25 de 50), que fue cuando les entró el tembleque a los técnicos de la compañía austríaca, que asistieron con los pelos de punta al pulso por el liderato del campeonato que mantuvieron sus corredores. La voracidad de Verstappen le llevó a buscar un último giro de vértigo que le otorgó la vuelta rápida de la carrera y el punto extra que eso supone y que, en consecuencia, le permite al actual campeón mantenerse al frente de la tabla de puntos.
Si Pérez se atrevió a desafiar a Mad Max en el viaje que le llevó a sumar la quinta victoria de su trayectoria, la tercera posición que Fernando Alonso ocupó al cruzar la meta dejaba bien claro que el Aston Martin es el segundo mejor prototipo de la actualidad. El español se las apañó para repetir el resultado de hace dos semanas y para corregir un error de esos que muy raramente comete, al colocarse mal en la parrilla y recibir por ello una penalización de cinco segundos. La gestión que hizo de una situación tan delicada, sin entrar en pánico, debía llevar al asturiano a sumar el 100º podio de su palmarés y el segundo consecutivo, algo que no conseguía desde 2013, cuando competía enfundado en el mono de Ferrari. No obstante, una segunda metedura de pata de la formación británica —los mecánicos tocaron el coche en el operativo del cambio de gomas antes de cumplir esos cinco segundos— le supuso al bicampeón del mundo con Renault (2005 y 2006) otros 10 segundos, que se sumaron a su tiempo final, y que le recolocaron temporalmente el cuarto. La FIA, sin embargo, revisó su decisión tras la reclamación de Aston Martin, devolviéndole el podio al piloto asturiano tres horas más tarde. Carlos Sainz, por su parte, finalizó el sexto, penalizado por la aparición del safety en el peor momento para la Scuderia.
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