España golea a Andorra y Ayoze quiere ir a Alemania

El atacante del Betis, debutante a los 30 años, marca y asiste horas antes de la lista final para la Eurocopa en un partido sencillo en el que Oyarzabal anotó un ‘hat-trick’

Ayoze marca el primer gol de España contra Andorra en Badajoz.Fran Santiago (Getty Images)

España resolvió su penúltimo asalto de fogueo antes de comenzar la Eurocopa el sábado 15 de junio contra Croacia con la esperada comodidad, pero con una nueva icógnita para Luis de la Fuente, quizá imprevista a solo dos días del límite para fijar la lista definitiva de los 26 futbolistas con los que disputará el torneo. Ayoze, el último en llegar, debutante a los 30 años, no quiere ser el primero en irse. También quiere volar a Alemania, y se empeñó en proclamarlo con agitación, gol, asistencia y ocasiones. Al seleccionador le quedan pocas horas antes de señalar los tres descartes, el día antes del último amistoso antes de la Eurocopa, el sábado en Mallorca contra Irlanda del Norte (21.30, La1).

Hasta esa aparición inesperada del atacante bético, sucedió lo previsto, una especie de simulacro en medio campo, un interminable ataque de balonmano de España alrededor de una Andorra amontonada de manera solidaria. Se trataba de una versión extrema de una de las peores pesadillas que ha provocado grandes angustias en el exquisito reino del toque. También una versión rebajada, por ejemplo, de la tremenda Marruecos del Mundial de Qatar.

Durante largos tramos, sobraba la mitad al final de la que se levantaba la portería de David Raya. La selección pirenaica apenas cataba el balón, que veía ir y venir de lado a lado, explorando la cordillera que había levantado. El acuerdo sobre cuál era el plan que los había conducido a Badajoz era tal, que Andorra traslucía cierto vértigo cuando recuperaba la pelota: una de las primeras veces la resolvió Max Llovera tirando casi desde el centro del campo. El lanzamiento llegó ya dormido a las manos de Raya. La peripecia de Llovera, que juega en Tercera RFEF en el Centro Parroquial San Cristóbal, de Tarrasa, es similar a la del resto de los jugadores del rival de España. El contraste entre ambos cuadros explica lo que sucedió en el Nuevo Vivero, que ya empezó deslucido cuando ni siquiera sonaron los himnos previos por problemas con la megafonía.

El partido era lo que Luis de la Fuente había sugerido la tarde anterior, un ejercicio algo sofisticado para reactivar las piernas de un pelotón de futbolistas cansados. O las de Pedri, menos consumido pero más lejos de lo que había prometido su talento en la Eurocopa anterior, algo que De la Fuente confía en recuperar. Contra Andorra gozó de unos minutos diseñados a su medida, con intensidad creciente, de exigencia controlada. Porque España comenzó jugando al paso a una velocidad a la que el rival ni se desordenaba ni se cansaba.

El único rebelde era Ayoze, quizá uno de los tres destinados a quedarse en tierra. El atacante del Betis se movía a revoluciones mucho más altas que el resto. Como en otro partido. Al comienzo parecía el único de los españoles que imaginaba que podía haber algo prometedor a la espalda de la poblada defensa andorrana. Le recordó a los demás lo peligrosos que resultan los pases filtrados, también que cuando se alcanza la línea de fondo se abre un mundo para los compañeros en el área. Convenció a Grimaldo para animar la banda izquierda y por allí asomaron las primeras chispas.

Aunque el chispazo definitivo lo disparó desde el otro lado, cuando Cubarsí bajó de cabeza un córner, el canario lo controló dándose la vuelta y encontró la red antes de cumplir su primera media hora con la camiseta de la selección. Estaba decidido a que la noche, si era la última, al menos fuera memorable.

Pasaba el tiempo y Andorra se diluía. La resistencia no puede ser perpetua. Empezaron a abrirse espacios, empezó a abrirlos también La Roja, que imprimía ya más velocidad a la pelota. Se despejaron áreas antes congestionadas e incluso se vio correr por ellas a España. Pedri alcanzó la línea de fondo, cruzó hacia la izquierda, Baena saltó por encima del pase se desesperó De la Fuente, que dejó de mirar la jugada, y el envío terminó en Ayoze, otra vez Ayoze, que asistió a Oyarzabal en el 2-0. El atacante del Betis rondó luego un gol de volea después de otro centro de Pedri, pero se había abierto el momento del delantero de la Real.

Oyarzabal completó un hat trick al empujar primero un regalo de Ferran Torres y despejar luego un pequeño barullo en el área después de un tiro fallido de Fermín, otro debutante, que asistió a Ferran en el quinto. Simulacro cumplido. Siguiente parada, Irlanda del Norte. Después, Alemania, donde pretende colarse Ayoze.

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