Mancini precipita la desconexión de Phillips y Rice

La defensa de cinco de Inglaterra y el doliente Kane, con los tobillos inflamados, no logran sortear los problemas que advertían los técnicos sobre la incompetencia creativa del doble pivote

Chiellini supera a Kane en el duelo aéreo.John Sibley / REUTERS POOL (EFE)




“¡Ven!”, gritaba Roberto Mancini a Federico Chiesa. “¡Ven aquí!”.

Descompuesto en la banda, el seleccionador de Italia llamó al atacante para darle instrucciones. El marcador señalaba un 1-0. La final de la Eurocopa se inclinaba hacia Inglaterra después de que Chiesa, el extremo derecha, y Di Lorenzo, el lateral, no se pusieran de acuerdo en quién de los dos debía seguir a Shaw. Libre de marca, el carrilero del United había llegado libre al segundo palo para acribillar a Donnarumma en el minuto dos.

El golpe desestabilizó a Italia durante media hora y provocó la reac...

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“¡Ven!”, gritaba Roberto Mancini a Federico Chiesa. “¡Ven aquí!”.

Descompuesto en la banda, el seleccionador de Italia llamó al atacante para darle instrucciones. El marcador señalaba un 1-0. La final de la Eurocopa se inclinaba hacia Inglaterra después de que Chiesa, el extremo derecha, y Di Lorenzo, el lateral, no se pusieran de acuerdo en quién de los dos debía seguir a Shaw. Libre de marca, el carrilero del United había llegado libre al segundo palo para acribillar a Donnarumma en el minuto dos.

El golpe desestabilizó a Italia durante media hora y provocó la reacción airada de Mancini con Chiesa, presunto responsable de una distracción con peso de derrota. El 1-0 convirtió la final en un mal sueño para Italia, obligada a hacer un sobreesfuerzo descomunal en su intento por remontar. Si los italianos lograron sobreponerse al accidente y conquistar el trofeo, fue consecuencia de su bravura tanto como de la incompetencia de Inglaterra. La selección británica solo remató dos veces a puerta en 120 minutos mientras que Bonucci y sus compañeros sumaron seis disparos.

Con el 0-0 y con el 1-0, el desastre se cernía sobre Inglaterra. Lo sabían los técnicos de la federación y lo sabía Gareth Southgate, el seleccionador, porque sobre su despacho de Saint Gorge’s Park se le acumularon informes de alarma en los días que precedieron a la final. Según fuentes próximas a la federación inglesa, los expertos señalaban que el punto débil de Inglaterra eran sus mediocentros Rice y Phillips. Cuando el equipo defendía, eran inagotables. Pero si debían atacar contra un adversario que invadía su campo, desaparecían la mitad de las veces cuando sus centrales necesitaban elaborar una salida. Si se ofrecían, su estadística de pases acertados reflejaba un promedio exiguo de decisiones relevantes cuando debían jugar la pelota bajo presión. Incapaces de cambiar el plano de la jugada, devolvían la mitad de los balones a sus defensas y acababan provocando un bloqueo en la circulación. Considerando que el rival era Italia, un equipo cuyos centrocampistas saben ejercer una presión asfixiante, las proyecciones pronosticaban un escenario peligroso para el anfitrión de Wembley. Un drama que solo podían resolver dos circunstancias: la multiplicación de Harry Kane en labores de construcción del juego, o una circunstancia más o menos accidental.

En vídeo, declaraciones de Bonucci y Mancini tras el partido.Vídeo: Andy Rain / AFP / REUTERS-QUALITY

Cuando Southgate dispuso una línea de cinco defensas y mantuvo el doble pivote, obró como si tirara la toalla. Fue consciente de que, puesto que contra Italia perdería el control del partido de forma irremediable, más le valía refugiarse detrás de un buen muro. Primero, porque Verratti y Barella someterían a Rice y Phillips a un hostigamiento desconocido en esta Eurocopa. Segundo, porque el auxilio que podía prestarles Kane a sus centrocampistas nunca sería suficiente. El capitán de Inglaterra sufre una inflamación progresiva de sus dos tobillos. Operado el año pasado tras cinco lesiones en los últimos tres años, Kane necesitaba un descanso que nunca llegó. El calendario del curso 2020-21, culminado por una Eurocopa que él se planteó como su gran reivindicación, acabó por desatar un proceso inflamatorio muy difícil de frenar en las articulaciones castigadas del delantero del Tottenham. Por más que su condición física mejorase en las últimas semanas, los médicos del club y la federación advirtieron de que el dolor podría invalidarle.

Mancini: “Hemos controlado el partido”

Mancini repitió el procedimiento habitual y mandó a Verratti, Jorginho y Barella a morder arriba, algo que, salvo contra Pedri y Busquets, siempre se les dio muy bien en el torneo. En respuesta, Southgate ordenó a sus defensas saltar el mediocampo y emplear a Kane para articular todas las jugadas, incluso los saques de portería. Objeto de todos los pases interiores de los centrales, durante la primera parte Kane se convirtió en la principal vía de desahogo de Inglaterra. Como contra Dinamarca, donde propició la jugada del 1-0, por el delantero progresaron las acciones más profundas de su selección. También el 1-0 contra Italia, en el minuto dos, después de un pase medido que habilitó a Trippier. El gol llegó tras la confusión accidental de la defensa italiana. Pero ni así consiguió Inglaterra compensar el lastre de sus dos pivotes.

“Hemos sido los mejores”, dijo Mancini en la RAI, muy emocionado tras la remontada que le valió la Eurocopa; “hemos encajado un gol rápido, nos han metido en dificultades, pero después hemos dominado. Los chicos han estado maravillosos. Ha sido una victoria importante para toda la gente y para todos los aficionados. Somos felices. ¡Espero que festejemos!”.

El 1-1 de Bonucci después de la hora de partido obligó a Inglaterra a cambiar de ritmo y de plan, con el partido lanzado en otra dirección. Programado para encerrarse atrás, al equipo le faltaron resortes para hacer otra cosa. Cuando el árbitro pitó la conclusión el equipo de Southgate solo había tenido la pelota un 34% del tiempo de acción. La sustitución de Rice por Henderson apenas proporcionó un escalón de avance. Inglaterra no logró cambiar de marcha y los médicos acertaron en su diagnóstico. Convertido en un hombre doliente, Kane hizo un esfuerzo supremo por mantenerse en el partido. Su condición de hombre diana de su selección le convirtió en presa fácil de Chiellini. Cuando debió actuar con finura sus piernas no le respondieron.

“No podría haber dado más”, dijo Harry Kane en la BBC. “Los muchachos no pudieron dar más. El comienzo del partido fue perfecto y quizás después nos hundimos demasiado atrás. No fue nuestra noche pero debemos estar orgullosos y tener la frente muy alta. Ahora dolerá, pero estamos en el buen camino. Espero que este sea nuestro primer paso para ganar la Copa del Mundo el año que viene”.


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