A Benzema solo le falta el gol con Francia
El delantero francés ofrece un recital de remates en su regreso con el combinado de Deschamps, pero falla un penalti
Octubre de 2015 suena hasta prehistórico en tiempos en los que se suceden mil asuntos por minuto. Cinco años y ocho meses después Benzema quiso ponerle pausa. Pidió la pelota, se fue al punto de penalti, que para eso lo había provocado él, y la pelota recorrió once metros en busca de una conexión entre temporal y emocional. Pero se interpuso Danny Ward, un anónimo suplente del Leicester que apenas jugó cinco partidos esta temporada, ninguno de ellos en la Premier League. Un paradón, abajo, a una mano, ofició de anticlímax. Benzema se fue...
Octubre de 2015 suena hasta prehistórico en tiempos en los que se suceden mil asuntos por minuto. Cinco años y ocho meses después Benzema quiso ponerle pausa. Pidió la pelota, se fue al punto de penalti, que para eso lo había provocado él, y la pelota recorrió once metros en busca de una conexión entre temporal y emocional. Pero se interpuso Danny Ward, un anónimo suplente del Leicester que apenas jugó cinco partidos esta temporada, ninguno de ellos en la Premier League. Un paradón, abajo, a una mano, ofició de anticlímax. Benzema se fue sin marcar en su regreso a la selección francesa, que a la postre consiguió vencer (3-0) a Gales. Era una prueba, un amistoso para afilarse antes de la Eurocopa. Y no fue tan mala como puede colegirse de ese mal momento.
Benzema propició un penalti que en definitiva abrió el partido porque en la acción resultó expulsado el galés Neco Williams, que despejó con un revés a dos manos un remate del futbolista galo que se iba a la red. Y mezcló con Griezmann y con Mbappé. Con el delantero del Barcelona ya se había alineado, por ejemplo, en el Mundial de Brasil. Pero con el explosivo talento del PSG nunca había jugado. La mezcla promete porque semejan complementarios. Y sobre todo porque son muy buenos.
Gales les planteó un sudoku en un partido que tuvo dos versiones. La primera, con igualdad numérica, ofreció alguna pista de lo que quiere ser Francia sin balón, aplicada para subir líneas, recuperar la pelota y lanzarse. La segunda le obligó a circular la pelota ante un rival replegado. Cualquier atisbo de rigidez se disipó cuando conectó su tridente, que jugó por dentro, con Griezmann operando unos metros por detrás de Benzema y Mbappé, pero sin que ninguno de ellos ocupase los flancos, que eran terreno para los laterales.
El tráfico intenso en la frontal lo gestionó Francia con cierta soltura. Un taconazo de Mbappé para dejar a Griezmann con espacio para colocar un remate inalcanzable para Ward delató esa capacidad para manejarse en estrecheces. Fue el segundo gol. Antes había llegado uno de Mbappé, avivado para acudir a un rechace tras remate de Rabiot desde la frontal. Francia picó piedra para demoler el cerrojo galés, lo hizo con suficiencia y acabó cómoda, gustándose por momentos.
El partido fue disfrutón para Francia y, sobre todo, para sus delanteros. Mbappé evidenció que tiene categoría para jugar también cuando le niegan los espacios. Y cada conexión con Benzema, cada mirada, delataba complicidad. Antes de marrar el penalti, el delantero del Real Madrid ya había podido anotar con un testarazo que desbarató Ward.
Algún desajuste defensivo emborronó la noche para Francia. Gales le pudo marcar en su primera llegada y también cuando el partido ya parecía encarrilado. En ambas ocasiones apuntó Daniel James, un joven talento del Manchester United, y puso el freno Hugo Lloris, muy sólido bajo palos. El cuadro británico afronta una interesante renovación respecto al que hace cinco años sorprendió en la última Eurocopa, pero seguirá necesitando a sus veteranos. Al menos en la mediterránea velada de Niza, Gareth Bale no se levantó de la hamaca. Cuando aún no se había cumplido una hora de partido se fue sustituido a la caseta sin apenas haber tocado bola.
Era una noche de probaturas, también para mostrar músculo. Lo hizo Deschamps, el técnico francés, cuando agregó a Coman a su tridente estelar. Griezmann operó entonces como enlace con la medular en un dibujo que por momentos giró hacia un atrevido 4-2-4. Dembélé dispuso de un cuarto de hora en el relevo de Mbappé. Se estrenó el sevillista Koundé como internacional y lo hizo como lateral derecho, posición en la que ya había anunciado su técnico que le iba a emplear. Benzema jugó todo el partido, pero no encontró el gol que le había negado Ward. Remató al palo en el preludio del gol de Dembélé que rubricó una cómoda goleada. Poco después el portero le frustró en otro remate de cabeza. Buscó el gol de 100 maneras en un interesante recital futbolístico, pero le abandonó la puntería.
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