Juan Ayuso, segundo en la crono de la Tirreno que se llevó Ganna
El belga Tim Merlier vuelve a ganar en la segunda llegada masiva de la París-Niza
En las largas avenidas que separan las playas vacías de Camaiore de los hoteles desiertos, la mayoría cerrados, en la temporada baja en el mar Tirreno, se siente un cierto aire de languidez, lejos del bullicio veraniego. Por el paseo marítimo apenas circulan algunos vecinos. Por allí solo se ve el trasiego de ciclistas, mecánicos, auxiliares y algún que otro aficionado local que se acerca para observar la curiosa comitiva de cualquier carrera ciclista. Mejor para Filippo Ganna, o para Juan Ayuso, que pasan casi desapercibidos en los primeros compases de la temporada, lejos del agobio de las grandes carreras.
El campeón italiano de contrarreloj parte, ¿cómo no?, con la aureola de favorito para llevarse la primera etapa. El joven ciclista español, que comparte colores en el UAE con el fenómeno Pogacar, es también favorito, pero con el horizonte de una semana por delante, por mucho que el año anterior sorprendiera al italiano en su terreno. Y los dos cumplen los pronósticos en la carrera de los dos mares, porque el italiano gana con superioridad aplastante, 23 segundos de suficiencia, precisamente con Ayuso, que desplaza a los demás favoritos.
Así que el barcelonés veloz, que no lo es tanto frente a un rival indomable en las distancias cortas y largas de la crono, se coloca al acecho de la victoria final, aunque él mismo no se considere favorito, por mucho que los números de esta temporada digan lo contrario con dos victorias ya en el mes de marzo. Los hermanos Yates, Mikel Landa, Peio Bilbao o Tom Pidcock quedan relegados de momento, aunque pueda pasar de todo hasta el domingo, en una carrera nerviosa y que solo alcanza el límite de dificultad en la etapa del sábado entre Cartoceto y Frontignano, siempre en ascenso y con final el alto.
En Francia, la París-Niza cumplió su segunda etapa, otra vez llana, de nuevo con escaramuzas sin recorrido en las que volvió a meterse el asturiano Samuel Rodríguez, y con Tim Merlier, seis victorias en 2025 le contemplan, imponiendo su pedalada en la meta. Como en la víspera, sin ningún rival que pudiera ponerse a su altura, a pesar de que, en una caída masiva, en la que tuvieron que retirarse Danny van Poppel, Durbridge, Sénéchal y Gorka Sorarrain, se quedó cortado del pelotón y no le quedó más remedio que pedalear durante varios kilómetros en persecución del pelotón. Jonas Vingegaard, el gran favorito, pudo sortear la caída por estar bien arropado por su equipo. Antes había sorteado las preguntas de los periodistas, que volvieron a hacer comparaciones entre su forma de correr y la de Pogacar, y que no le gustan nada. “A veces hacemos las cosas por intuición”, responde cuando le dicen que es más calculador que el esloveno, y da un ejemplo: “En la etapa del Marie Blanque, en 2023 se comentó que solo le seguiríamos y que no le atacaríamos. Pero al final sentimos que Tadej estaba al límite y cambiamos todo”.
De momento, el danés espera su oportunidad, agazapado también en la París-Niza, hasta que llegue su terreno.