Evenepoel, Roglic y Ayuso, entre los afectados por una gran caída en el Dauphiné a un mes del Tour

El fantasma de la Itzulia, que tiró por el suelo al belga y al esloveno y llevó a Vingegaard a la UCI en abril, reaparece con un choque en cadena en el que estuvieron implicados más de medio centenar de ciclistas

Evenepoel y Tim Wellens, ambos con heridas en las piernas tras la caída en el descenso del Dauphiné, charlan este jueves durante la carrera.Dario Belingheri (Getty Images)

El fantasma de la caída en la Itzulia, que descartó de golpe a Jonas Vingegaard —que todavía no ha vuelto a la competición—, Roglic y Evenepoel, se apareció también en el Dauphiné, de nuevo en un descenso, el de la cota de Bel-Air, a 21 kilómetros de la meta de Saint-Priestés; provocó dos víctimas que se tuvieron que retirar, Steven Kruijswijk y Dylan Van Baarle, evacuados en ambulancia, los dos del equipo Visma, e implicaron a medio centenar de ciclistas, que rodaron por el asfalto o cayeron a la cuneta, afortunadamente sobre el césped.

Con el asfalto muy mojado y con bolsas de agua en la parte izquierda de la calzada, un frenazo en la parte delantera del pelotón provocó una reacción en cadena. La mayoría de quienes circulaban por ese lado, tocaron también el freno, se fueron al suelo y arrastraron a los demás ciclistas. La velocidad no era tan alta como en la Itzulia, precisamente porque el piso estaba bastante peor, y eso propició que, al margen de los dos retirados, el resto de los caídos solo sufriera golpes y rasponazos, chapa y pintura en el argot del pelotón.

Entre los afectados estaba el líder, Remco Evenepoel, y otro de los favoritos, Primoz Roglic, y también los españoles Mikel Landa y Juan Ayuso, confirmado por Tadej Pogacar como uno de sus pretorianos para el Tour que comienza en Florencia el próximo 29 de junio. En las imágenes que ofreció la televisión, en un principio, se vio a un Evenepoel doliente, sentado en el suelo, tocándose el hombro del que fue operado por la caída en el País Vasco, algún rasponazo en la rodilla, pero moviendo brazos y piernas. Después, tras el susto, se unió al resto del pelotón para tomar la salida neutralizada de una etapa que no tuvo ganador. “En general estoy bien”, apuntaba el líder del Dauphiné al llegar a la meta. “Tengo un rasguño en el lado derecho y también otro en la cabeza, pero el casco me salvó”, confesaba. “Hay otros que están en peor situación y les deseo a todos una buena recuperación”, decía. “Ahora se trata de pensar en la siguiente etapa, así que no nos paremos demasiado en lo que pasó”. Sin embargo, reconocía que, “mi hombro está sangrando y tendremos que esperar a ver qué dicen los médicos y si la placa que me pusieron está bien. Ya veremos mañana, pero no queda otra opción que continuar”.

Evenepoel relataba así su caída: “Todos estaban buscando la posición, porque era el último punto difícil del recorrido. Algunos corredores comenzaron a resbalarse justo delante de mí. Estuve cerca de esquivarlos, pero una bicicleta pasó por detrás de mí y me caí cuando chocó contra mi rueda”. Mikel Landa, su lugarteniente, apuntaba: “Fue un poco de mala suerte. Los corredores de delante empezaron a patinar, fue algo extraño, porque no era una curva peligrosa, pero estaba muy resbaladizo. Espero que todos se recuperen bien”.

Los organizadores solo otorgaron el premio de la combatividad a los dos ciclistas que mantenían una ventaja de medio minuto sobre el pelotón, Mathis Le Berre y Tobias Bayer.

Entre los caídos, también Roglic se levantó pronto del suelo. Comprobó que todas las articulaciones le funcionaban bien y después aprovechó el momento para tomarse un gel energético y comentar el susto con sus compañeros de equipo en el Bora. Luego, al llegar a la meta, se mostró precavido: “Me he caído sobre el hombro, que no es lo mejor. Me operaron de esa zona hace unos años, así que tendré que echarle un vistazo. Pero otros ciclistas han estado en situaciones peores hoy y es un fastidio. Tengo que ver al médico”. A Ayuso, con un golpe fuerte en la rodilla, le costó más levantarse. Caminó ayudado por dos compañeros hasta que se recuperó aparentemente y se incorporó a la bicicleta. Mientras, la carrera se suspendió: “De acuerdo con el jurado de comisarios de la UCI se ha decidido que, debido a que no hay ambulancias que puedan cuidar de la seguridad de los corredores porque están todos ocupados yendo a diferentes hospitales, la carrera será neutralizada”, anunció la organización a través de radio vuelta. “La carrera se neutraliza y los ciclistas recorrerán todo el camino hasta la meta acompañados por la Guardia Republicana. Los tiempos no se tendrán en cuenta, ni habrá ganador”.

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