Cibeles celebra a Sepp Kuss, el gregario que gana la Vuelta a España por delante de sus jefes

Tras la victoria en la última etapa de Groves, el norteamericano invita a subir a lo más alto del podio con él a Vingegaard, segundo, y Roglic, tercero

Vingegaard, Kuss y Roglic, en lo más alto del podio de Cibeles.SUSANA VERA (REUTERS)

La lluvia dejó de molestar, el cielo de Madrid copió el azul único que le pintó Velázquez hace siglos y aunque no salió el arcoíris que le habría gustado tanto a Colorado kid Sepp Kuss, sonó el home of the brave en Cibeles en honor del ciclista norteamericano, el segundo de su país que gana la carrera española, 10 años después de otro ganador sorpresa, Chris Horner.

También podría haberse entonado el verso del him...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La lluvia dejó de molestar, el cielo de Madrid copió el azul único que le pintó Velázquez hace siglos y aunque no salió el arcoíris que le habría gustado tanto a Colorado kid Sepp Kuss, sonó el home of the brave en Cibeles en honor del ciclista norteamericano, el segundo de su país que gana la carrera española, 10 años después de otro ganador sorpresa, Chris Horner.

También podría haberse entonado el verso del himno, el hogar de los valientes, en honor de todos los que terminaron la Vuelta, y en especial por la media docena de cracks, incitados inevitablemente por el incansable atacante Remco Evenepoel de lunares azules de escalador, que convirtieron el habitual carrusel de la etapa madrileña, Gran Vía, Recoletos, Prado, en un ring boxístico. Con Evenepoel, el ganador de la Vuelta de 2022, que dimitió de repetir victoria final al chocar con los gigantes de los Pirineos y salir maltratado, se movieron fuerte también el italiano Filippo Ganna, campeón olímpico en pista, el contrarrelojista que desafió a la luz en Valladolid, Rui Costa, el viejo portugués que no se acaba, dos alemanes y un australiano, Kaden Groves, justo el mejor sprinter de la Vuelta, el maillot verde, que, obviamente, superó a todos cuando ya el pelotón se les había echado encima. Es la tercera victoria de etapa de Groves esta Vuelta, el mismo número que Evenepoel, y supera a Jonas Vingegaard y Primoz Roglic, que consiguieron dos.

La Vuelta ha sido dominada insólitamente más que por un corredor por todo un equipo de fabulosos ciclistas que copó el podio íntegro con el ganador del Tour hace dos meses en segundo lugar, Jonas Vingegaard, y el ganador del Giro en mayo, Primoz Roglic, tercero. Compartieron el liderazgo del Jumbo los tres, y solo la resistencia tremenda de Kuss, líder después de una fuga organizada por su equipo el sexto día para poner nerviosos a Evenepoel y los UAE, en la contrarreloj de Valladolid y, sobre todo, y ayudado por Landa, en el Angliru, convenció a sus compañeros de liderazgo, y rivales al mismo tiempo, de que no tenía sentido seguir atacándole. Tampoco habría gustado mucho a la afición, que enloqueció y enterneció a Kuss, gritando su nombre en todos los rincones de España, el ciclista más querido y de ellos se acordó en el podio Kuss, desbordado.

Desconcertado por el ritmo tan lento de su himno, que escuchó y cantó desacompasadamente en el mismo escalón del podio, el más alto, que sus compañeros Vingegaard y Roglic, a quienes había invitado a ponerse a su altura, Kuss casi se echa a reír y a llorar y apenas puede gritar desafinando el home of the brave con que termina. Después, ya libre, se carcajea feliz. El ganador más alegre que ha conocido la Vuelta en toda su historia, quizás, el más transparente, también.

Ningún equipo había ganado con uno de sus corredores las tres grandes el mismo año, como ha hecho el Jumbo en su trilogía de 2023. Ningún corredor, desde Gastone Nencini, ganador del Giro en 1957, había ganado una grande el mismo año en el que había terminado las tres, tal como ha hecho Kuss este 2023, en el que antes de ser primero en Cibeles fue 14º en el Giro ganado por Roglic con su ayuda, y 12º en el Tour ganado por Vingegaard con su ayuda. Ningún equipo, desde el Kas de Gabika, Vélez y Echevarría en 1966 había copado, como el Jumbo, el podio de la Vuelta.

El mejor español fue Juan Ayuso, que cumplió el sábado 21 años, y el único que, al recibir el maillot blanco de mejor joven, subió al podio madrileño. Fue cuarto en la general (tercero el año pasado), por delante de Mikel Landa, quinto, y Enric Mas, sexto. Todos, espectadores indiferentes a su pesar de la exhibición Jumbo y, con curiosidad casi morbosa, de sus gestión del liderazgo compartido. La próxima Vuelta, que comenzará en Lisboa el 17 de agosto de 2024 (tres etapas en Portugal. Lisboa-Oeiras, Cascais-Ourém y Lousa-Castelo Branco), será un nuevo examen para Ayuso y su generación, con el posible regreso a la ronda española del líder del Ineos Carlos Rodríguez, el mejor español en el pasado Tour.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En