El juego al ataque inunda de puntos la Liga ACB
El torneo, liderado por el Valencia, registra la mayor anotación media por equipo y partido (86,3) desde 1987-88. Pedro Martínez, Ibon Navarro y Txus Vidorreta analizan para EL PAÍS esta tendencia
Un torrente de puntos baña la Liga ACB. Después de las ocho primeras jornadas, la media anotadora por equipo y partido es de 86,3 puntos, el registro más alto desde que la temporada 1987-88 finalizó con 87,6. La Liga Endesa es escenario de grandes anotaciones. Cuatro conjuntos superan los 90 puntos por encuentro: el líder Valencia (97,5), La Laguna Tenerife (91,8), el Real Madrid (90,8) y el Baskonia (90,3), una circunstancia inédita a la conclusión del torneo desde 1989 (Madrid, Barça, Tau y Joventut). Ningún equipo hoy desciende de los 80 en su casillero (80,5 para el colista en este apartado, el Gran Canaria), un balance desconocido desde 1987. Y en 21 ocasiones en esas ocho jornadas un conjunto ha llegado o superado los 100 puntos. El alto ritmo del juego, el aumento de las posesiones, la mejora física y técnica de jugadores inmersos en muchas rotaciones y la influencia de la NBA explican, según los técnicos consultados por EL PAÍS, este desparrame ofensivo.
La locomotora de la revolución es el Valencia de Pedro Martínez. El conjunto naranja conserva las revoluciones del curso pasado, cuando batió la media de valoración en la historia de la ACB (114,4), rebotes (41,4), asistencias (22,1) y triples (13,5), se convirtió en el primer equipo en superar los 500 aciertos de tres puntos en la fase regular y batió el récord anotador por duelo (96,7) vigente desde el Madrid de Petrovic de 1988-89. La tendencia sigue al alza y ahora supera su propio listón en valoración (118), puntos (97,5) y asistencias (22,5) y conserva el liderato en triples (12,9).
“Estamos en un ciclo de juego rápido”, analiza el director de la orquesta, Pedro Martínez; “y eso lo han cambiado los equipos de abajo. Hace unos años el paradigma era que para ganar a los grandes había que bajar el ritmo del partido, cambiar las defensas y esperar que el otro equipo estuviera a disgusto, provocar el fallo. Ahora existe una lucha por tener el máximo número de posesiones, y transiciones y tiros más rápidos. Es una tendencia que viene de la NBA y que ha llegado para quedarse. Jugar rápido tiene cosas positivas, al público le gusta y al jugador también. El inconveniente es caer en la aceleración, seleccionar mal los tiros, tener poco control y elevar las pérdidas. El Valencia quiere jugar rápido, pero no vale tirar de cualquier manera, se ha de mantener el equilibrio”.
El menú requiere los ingredientes correctos: plantillas más amplias y un continuo baile de rotaciones, según el preparador barcelonés. “Con esa intensidad no hay tiempo de descansar en la pista. Hay que bajar los minutos de los jugadores. En el Manresa en los noventa yo jugaba con ocho jugadores, y en la liga muchos rondaban los 40 minutos de media. Hoy es imposible que alguien llegue a los 30”, apunta Martínez, y señala a la ACB como la bandera de este nuevo estilo. “En la Euroliga somos el segundo equipo más rápido después del París. En la ACB, el noveno. En Europa se corre muchísimo menos que en la Liga española”. En efecto, solo el conjunto francés disfruta de más posesiones en la competición europea (78,7 por noche) que el valenciano (76,8). Curiosamente, con un registro superior en el torneo doméstico (78,1), el equipo naranja se ve superado por Burgos, Girona, Zaragoza, Manresa, Baskonia, Bilbao, Madrid y Lleida.
La orgía anotadora ha cruzado el océano. Kenny Atkinson, entrenador de los Cleveland Cavaliers y que fue jugador en el CB Salamanca en 1995-96 a las órdenes de Pedro Martínez, expresó: “Todos los entrenadores en la NBA aprendemos de Pedro. Sus equipos son innovadores. Tiene una gran influencia en el baloncesto global. Hay jugadas que robamos de él, especialmente en ataque”. El técnico del Valencia bajó el globo al suelo: “Exagera. Todos copiamos. Los últimos veranos he estado con Mike Brown y Jordi Fernández. Yo no soy un referente”.
La fórmula del Valencia no es la única para llenar el saco de puntos. Con otro estilo, un baloncesto que busca dar el golpe en el momento adecuado en lugar de apretar enseguida el gatillo, La Laguna Tenerife que entrena Txus Vidorreta y que en la cancha maneja Marcelinho Huertas asoma entre los coleccionistas de canastas. El año pasado batió el récord histórico en acierto en tiros de dos (58,8%) y hoy repetiría registro en los libres (85,1%), además de ser el más fino en los triples (39,6%) y el segundo equipo más anotador. “Cada vez la incidencia de la línea de tres puntos es mayor, se usa más y mejor. Y se juega más rápido. Nosotros no partimos de esa filosofía. Nuestra idea no es correr más, sino encontrar el momento para tirar, al jugador liberado para tener así más probabilidad de acierto. Las dos fórmulas valen y las dos provocan este aumento en la anotación”.
Siete títulos desde la Copa de 2023 y un juego enérgico avalan la propuesta de Ibon Navarro en el Unicaja Málaga. El entrenador vitoriano considera que esta tendencia a “tirar muy pronto” es “una moda” y apunta a tres motivos: “En la pandemia los entrenadores estábamos muy aburridos . Hicimos debates y vimos que el acierto de tiro en los primeros ocho segundos de posesión era altísimo. Algunos puntos eran de contraataque y otros por lanzamientos abiertos con malas defensas porque no estaban situadas. Segundo, así las normas son más flexibles para los jugadores. A campo abierto, no hay un control total. Con pocas normas se puede trabajar mejor. Y tercero, es más atractivo para el espectador por el ida y vuelta. Pasan más cosas en menos tiempo”. Ese gancho se traduce en más asientos ocupados en los pabellones. En estas ocho jornadas, la media por encuentro y recinto es de 6.838 seguidores, un 5,6% más que la temporada pasada en el mismo periodo.
El nuevo testamento, según Ibon Navarro, provoca un cambio en la manera de trabajar y en el manejo de las plantillas, y prima a los conjuntos con hombres mejor dotados técnica y físicamente. “Para jugar así hay que entrenar así. En los partidos hay muchos cambios, las rotaciones son muy cortas porque ese nivel físico no es fácil de mantener cuando el rival juega a lo mismo y se corre todo el rato. Se han de tomar muchas decisiones en poco tiempo y eso requiere jugadores de calidad. No todos los equipos son capaces de que ese estilo sea efectivo”.
Más ataques, más puntos y un juego más rápido. El espectáculo continúa.