El doble reto histórico de Álex Mumbrú en la final del Eurobasket
El seleccionador de Alemania busca ser el primer entrenador español que gana el campeonato y el doblete tras el oro como jugador en 2009
Álex Mumbrú está a las puertas de la historia en las circunstancias más extrañas que hubiera podido imaginar. El seleccionador catalán de 46 años busca este domingo al frente de Alemania el oro en la final del Eurobasket contra Turquía (20.00, Tdp). La meta es la esperada para un conjunto que fue bronce europeo en 2022, campeón del mundo en 2023 y semifinalista olímpico en 2024, y trufado de grandes estrellas como Dennis Schröder y Franz Wagner. Lo extraño para el extécnico del Bilbao Basket y del Valencia ha sido el camino hasta este último partido.
Mumbrú sufrió una pancreatitis antes del torneo y pasó casi toda la primera fase hospitalizado en Tampere (Finlandia). El serbio Alan Ibrahimagic y el salmantino Alberto Miranda, sus asistentes, se hicieron cargo del equipo mientras Mumbrú dirigía desde el hospital a través de videollamadas y un teléfono móvil en el banquillo. En esta segunda fase en Riga, a partir de los octavos, el barcelonés ha vuelto a sentarse a pie de pista, pero en un segundo plano. Por motivos de salud, ha sido Ibrahimagic quien ha llevado la voz cantante en la banda.
Ese atípico recorrido ha situado a Mumbrú frente a un doble reto histórico. Si Alemania vence hoy a Turquía, el catalán se convertirá en el primer entrenador español que gana un Eurobasket masculino. Los cuatro oros del combinado nacional (2009, 2011, 2015 y 2022) fueron conquistados con el italiano Sergio Scariolo en la pizarra. La selección femenina sí se coronó en el continente en 1993 con el técnico Manuel Coloma y en 2013, 2017 y 2019 con Lucas Mondelo.
Un triunfo abriría además a Mumbrú la puerta de otro olimpo, el de quienes han conquistado el campeonato como jugador y como entrenador. El lituano Feliksas Kriauciunas (1937 y 1939) y el griego Panagiotis Giannakis (1987 y 2005) buscan compañía y Mumbrú puede unirse a la pareja después de ganar en la pista el primer oro europeo de la selección española, en 2009. El técnico se estrena en un gran torneo al frente de Alemania tras heredar el mando de Gordie Herbert, el preparador que llevó al conjunto germano a la cima mundial.
La última barrera para Mumbrú es la poderosa Turquía que dirige Ergin Ataman, un triple ganador de la Euroliga. Ambos equipos han ganado sus ocho partidos y ensalzan el valor del juego colectivo en un torneo que despidió a sus tres grandes estrellas: el serbio Jokic en octavos, el esloveno Doncic en cuartos y el griego Antetokounmpo en semifinales.
Alemania es un vendaval ofensivo que promedia 101,4 puntos por partido por los 91,1 de Turquía y manda también ante su rival en los rebotes (40,1 por 36). El grupo de Ataman domina las asistencias (23 por 21,4) y presenta el mejor porcentaje en triples del campeonato: 44,7%. Los dos acorazados lucen a sus hombres de la NBA: Schröder (20,9 puntos y 6,6 asistencias; Sacramento Kings) y Wagner (21,5 puntos, 5,6 rebotes y 3,6 asistencias; Orlando Magic) en el bando alemán; y Sengün (20,8 puntos, 11 rebotes y 7 asistencia; Houston Rockets) en la tropa turca.
Turquía solo ha mordido una medalla continental, la plata de 2001. Alemania guarda en sus vitrinas un único oro europeo, en 1993. Son las otras deudas históricas en la cita que puede coronar el extraño Eurobasket de Álex Mumbrú.