El nuevo Madrid gana al nuevo Barça
Los blancos se imponen a los azulgrana en la semifinal de la Supercopa (89-83) en un clásico lleno de caras nuevas y buscarán su séptimo título seguido del torneo
Colgaron la camiseta Rudy y Sergio Rodríguez, se marcharon Alocén, Causeur, Yabusele y Poirier, y la plantilla vivió la mayor renovación de los últimos años con los fichajes de Feliz, Rathan-Mayes, Garuba e Ibaka. Pero el Madrid sigue ganando por mucho que cambien los nombres junto al escudo. El conjunto de Chus Mateo derrotó al también reciclado Barcelona que ahora entrena Joan Peñarroya por 89-83 en la primera semifinal de la Supercopa, en Murcia, y este domingo buscará ante Unicaja (que se impuso al UCAM Murcia por 78-84) su séptimo título seguido de la competición. Dos hombres de la vieja guardia como Campazzo (18 puntos y seis asistencias) y Tavares (11 puntos y seis rebotes) se aliaron con Ibaka (cuatro tapones) para dejar a los azulgrana de nuevo sin opciones de una corona que se les resiste desde 2015.
Campazzo, Rathan-Mayes, Musa, Hezonja y Tavares. Satoransky, Punter, Abrines, Parker y Willy. Chus Mateo y Joan Peñarroya cargaron con dinamita desde la primera pisada. El Madrid arrancó con un par de triples fallados y Musa tomando el relevo para morder por dentro cuando no funcionaba el tiro exterior. El Barcelona quería acelerar la película y aclaraba las jugadas para un bingo lejano de Kevin Punter, reputada máquina de puntos. Como también lo es Rathan-Mayes, otro hombre de muñeca caliente. Será cuestión de los entrenadores acoplar estos versos libres dentro de su ordenado librillo sin que salten los esquemas por los aires. Para lo tradicional ya está Tavares, esta vez bien atado por los azulgrana en un inicio de clásico con muchas cadenas: un escuálido 4-7 en los primeros cinco minutos. Jabari Parker y Rathan-Mayes intercambiaron triples y los dos equipos empezaron a descamisarse, refrescados por la ruleta de cambios que les concede su infinito arsenal. Dos aciertos de Campazzo y Abalde desde el perímetro permitieron sonreír a los madridistas en ese último arreón para cerrar el primer cuarto (20-18).
Aparecieron caras conocidas con otra camiseta, como Juan Núñez. Y otras de viejos conocidos, como Ibaka (tremendo tapón a Laprovittola). Los dos grandes del baloncesto español han mudado de piel. Los blancos en la apertura de una nueva era sin Sergio Rodríguez y Rudy. Los barcelonistas hacia un juego más físico tras el curso al mando de Roger Grimau. Núñez y Andrés Feliz se sacaron un par de canastas de la chistera, y Punter y Llull revivieron su polémico cruce de hace dos cursos en la Euroliga, esta vez a distancia. El Madrid seguía una cabeza por delante, afortunado en el triple a tablero de Abalde (32-24). Peñarroya mandó parar porque el Barcelona estaba nublado en el ataque estático, una vez se enfrentaba a la tela de araña del rival. De agitar el árbol se encargó Brizuela para rematar un 0-8 tras el parón y recuperar el pulso en las venas. El grupo de Chus Mateo se colgaba del imponente Ibaka, un acorazado de garantías cuando descansa Tavares, y del fiable Campazzo, que hace de todo. La fiebre de Brizuela (tres triples en el segundo cuarto) dio ligeramente la vuelta al duelo (41-42) para atrapar el descanso.
Peñarroya reclamaba ajustes en defensa sin olvidar la rapidez de piernas con el balón en las manos. Sus chicos no hicieron los deberes cuando concedieron dos triples seguidos a Hezonja, el protagonista del culebrón del verano hasta que renovó con los blancos. Más difícil es lograr que Tavares baje los brazos en uno y otro aro. También es complicado atar en corto a Musa, de modo que el Madrid recobró la iniciativa. El Barça aguantaba con el brillo de Parker y Punter y una apuesta por los ataques cortos, una fórmula que chirría cuando los tiros cocinados tan rápido no entran. El conjunto blanco no tembló a la hora de castigar esos agujeros y estiró su renta hasta los 10 puntos (58-48). Al rescate acudió un tirador fiable como Abrines, aunque la reacción quedó en suspenso tras una falta en ataque de Willy ante Campazzo. El pívot cargó con una antideportiva por un codazo al argentino cuando se giraba debajo de la red (67-61).
Ibaka se elevaba ante Willy en el choque de trenes. A los 35 años, el pívot de origen congoleño ha regresado a España con la misma exuberancia física de siempre. En una misma jugada taponó primero a Willy y luego a Brizuela, como si moviera un mazo gigante. De nuevo, Iblocka. La cita se había espesado por el dominio de los sistemas defensivos y la interrupción constante del juego. El Madrid fue quien más acusó la sequía de puntos (70-69) y el Barça dispuso de algunas acciones para adelantarse. Le dio para empatar, por ejemplo a 80 a falta de un minuto con un triple de Satoransky tras un dos más uno de Hezonja. El primer clásico del curso desembocaba en otro final agónico. Y el Madrid lo ató con sus actores más clásicos, Tavares para mandar en sus dominios y Campazzo para robar, correr y anotar. Por mucho que cambien los cromos, el nuevo Madrid gana como siempre.
REAL MADRID, 89; BARCELONA, 83
Real Madrid: Campazzo (18), Rathan-Mayes (6), Musa (11), Hezonja (12), Tavares (11) -quinteto inicial-; Feliz (3), Abalde (10), Deck (5), Ibaka (8), Llull (5), Garuba (0).
Barcelona: Satoransky (8), Punter (9), Abrines (6), Parker (17), Willy Hernangómez (5) -quinteto inicial-; Núñez (2), Laprovittola (7), Vesely (7), Metu (1), Brizuela (14), Anderson (7).
Parciales: 20-18, 21-24, 26-19 y 22-22.
Árbitros: Peruga, Calatrava, Castillo. Eliminaron a Anderson.
Unos 7.000 espectadores en el Palacio de Deportes de Murcia.