El Madrid golpea de nuevo al Barcelona y coloca el 2-0 antes de viajar al Palau

El conjunto blanco, con Llull y Musa como estiletes, derrota a los azulgrana por 104-98 en otra gran actuación ofensiva y acaricia la final de la ACB

Musa, ante Willy y Ricky.JUANJO MARTIN (EFE)

El Madrid golpeó de nuevo al Barcelona en las semifinales de la ACB y estampó el 2-0 en la serie antes de visitar el domingo el Palau en busca de abrochar el pase a la final (este sábado a las 18.00 el UCAM Murcia recibe al Unicaja Málaga con 0-2 a favor). Cinco jugadores blancos superaron los 10 puntos (18 de Llull y de Musa) en otra exhibición ofensiva del conjunto de Chus Mateo que dejó sin opciones a los azulgrana, incapaces de ...

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El Madrid golpeó de nuevo al Barcelona en las semifinales de la ACB y estampó el 2-0 en la serie antes de visitar el domingo el Palau en busca de abrochar el pase a la final (este sábado a las 18.00 el UCAM Murcia recibe al Unicaja Málaga con 0-2 a favor). Cinco jugadores blancos superaron los 10 puntos (18 de Llull y de Musa) en otra exhibición ofensiva del conjunto de Chus Mateo que dejó sin opciones a los azulgrana, incapaces de contener los golpes que les llegaban de cada esquina y de exprimir el acierto de Vesely (24 puntos).

Grimau agitó el árbol desde un quinteto inicial con variantes de piezas y de estilo respecto al duelo del miércoles, con Kalinic, Da Silva y Willy Hernangómez en busca de un cambio de guión. El pívot español machacó el primer balón y detuvo al coloso Tavares en el tablero contrario. Ricky acertó con el triple, la cruz azulgrana en el primer choque, para un 0-5 visitante de arranque. Necesitaba el Barça un buen saco de puntos para hacer frente al repertorio de los blancos y meterle al duelo la misma marcha que su rival. Respondieron Musa y Abalde desde el perímetro para voltear el pulso (14-9) mientras los azulgrana alternaban las fichas para mantener la fiebre defensiva. Campazzo había comenzado ya a controlar el reloj y el Madrid a cerrar los espacios. Cuatro barcelonistas rodearon a Tavares y ni así el gigante perdió el balón. Hezonja entró en erupción cuando fue sustituido por Chus Mateo, síntoma de la tensión de la noche. El baile de rotaciones le sirvió al Barça para encontrar la inspiración de Satoransky y de Vesely (22-24 en la primera pausa).

Defensa azulgrana en zona. El candado y la velocidad para robar y correr auparon a los barcelonistas. El volcánico Hezonja regresó a la pista cargado de adrenalina, aunque los blancos habían heredado esta vez el mal de los triples fallados. Llull viró de dirección para picar por dentro y el maestro Rudy le sacó una falta ofensiva a Da Silva. Esos viejitos... El Barça multiplicaba los brazos cuando un madridista recibía en la pintura. El ritmo del encuentro era altísimo y cada canasta costaba un derroche de sudor por la fiereza de los defensores (31-32). El Madrid había resistido a un notable Barça en la tregua de un terrenal Campazzo (ninguna asistencia en la primera parte), subido a la inagotable energía de Llull. El balear percutió a distancia, como si no le pesaran los años (36) en un choque de tanta intensidad (44-40 en el descanso).

Un triple de Parker abrió un careo entre tiradores que pronto aceptaron Musa y Hezonja. Al Barça le costaba más abrirse paso en el ataque estático y erraba cuando encontraba una posición más cómoda; el Madrid era feliz quemando zapatilla. El 52-43 abría una pequeña brecha en el marcador. Vesely ejecutaba a media distancia y en la cancha contraria Campazzo aceleraba para herir por el centro. Hezonja y Parker ofrecían un enfrentamiento rebosante de talento del que el croata salió con ventaja. A los barcelonistas se les escurría el partido y Grimau empleó la fórmula del doble base con Ricky y Satoransky. Funcionaba mejor la conexión Campazzo-Tavares y el Madrid dio otro arreón (67-53). La aparición de un pujante Parra devolvió el aliento a su equipo, pero fue Llull, otra vez Llull, el hombre las canastas imposibles, quien cerró el cuarto con un triple, otro más en su carrera, en el último segundo casi desde el centro del campo (73-62).

Llull-Rudy-Yabusele a tres bandas para coronar un contraataque rapidísimo. El Madrid tenía el mando de la película y sumaba cerca de la red gracias a Poirier y por fuera mediante Yabusele. Los blancos circulaban el balón con excesiva facilidad bajo la dirección y la puntería del Chacho y de Llull (87-71). En el Barça no había una cara reconocible sino que funcionaba a tirones, con mucho cambio de cromos según pasaban los minutos (Brizuela y Jokubaitis no concursaron ni un segundo). Laprovittola y Satoransky descontaban de tres en tres en un último intento de reacción que apretó el resultado (93-84). Demasiado tarde para los barcelonistas, que volvieron a encajar demasiados puntos (104, por los 97 recibidos el miércoles). El Madrid se colgó en los instantes finales de Tavares para conservar la renta y viajar al Palau con la final de la ACB en el horizonte.

REAL MADRID, 104; BARCELONA, 98

Real Madrid: Campazzo (14), Causeur (3), Musa (18), Hezonja (12), Tavares (12) ‑quinteto inicial-; Abalde (3), Yabusele (9), Sergio Rodríguez (8), Llull (18), Rudy (3), Poirier (4).

Barcelona: Ricky Rubio (4), Laprovittola (12), Kalinic (2), Da Silva (10), Willy Hernangómez (6) -quinteto inicial-; Parker (13), Abrines (3), Vesely (24), Satoransky (15), Parra (9).

Parciales: 22-24, 22-16, 29-22 y 31-36.

Árbitros: Pizarro, Calatrava y Sánchez Sixto.  Eliminaron por cinco faltas personales a Da Silva.

WiZink Center. 12.025 espectadores.

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