El Panathinaikos rinde al Fenerbahçe y buscará su séptima Copa de Europa
El conjunto de Ataman alcanza la final (73-57) al vencer al de Jasikevicius en un encuentro retrasado por la detención de hinchas turcos
La primera batalla de la Final Four comenzó fuera de la cancha. Decenas de aficionados del Fenerbahçe fueron detenidos por la policía alemana por acceder a la fuerza y sin entrada al Uber Arena para el duelo ante el Panathinaikos. La tensión continuó en la grada entre la hinchada griega y la del vecino Olympiacos. El encuentro comenzó con casi media hora de retraso, y con el balón en juego hubo menos discusión. El equipo de Ataman rindió al de Jasikevicius (73-57) y buscará su séptima Copa de Europa.
La marea verde enloqueció con el arranque de su tropa: 12-0 en cuatro minutos y medio ante un Fenerbahçe sin respuestas hasta que Jasikevicius mandó parar. Rugía el pabellón y el Panathinaikos volaba con canastas tan rápidas como cómodas. El conjunto amarillo se atascaba en posiciones forzadas de tiro, con la lengua fuera en el cuarto trasero. Algún lanzamiento ni tocaba el aro. Pasaron más de cinco minutos hasta que Hayes-Davis cogió por la pechera a los suyos. La salida de Sloukas y el empuje de Lessort alimentaron de picante a los verdes mientras que el Fenerbahçe halló algo de oxígeno con el baile de Sanli entre la pintura y la zona (22-13 tras el primer cuarto).
Hayes-Davis y Guduric espabilaron a los amarillos, ahora sí más enchufados al partido en los dos aros, sobre todo en el que debían defender. Ataman echó mano de Juancho Hernangómez, de regreso al escenario donde coló siete triples en la final del Eurobasket 2022 contra Francia. El español cantó un bingo exterior en su primer intento (32-23), aunque ahí se quedó la racha y acabó sustituido tras una pérdida y un fallo, y abroncado por Ataman (ya no volvió a jugar ni un segundo). Kostas Antetokounmpo detuvo con un tapón a Wilbekin ante la mirada de su hermano Giannis, estrella de la NBA, presente en Berlín al igual que el legendario Scottie Pippen. El Panathinaikos conservaba por muy poco su renta con Lessort en cabeza, aunque la brecha se había reducido hasta casi desaparecer. Un triple de Hayes-Davis enfiló el descanso con todo en lo alto: 38-36 tras el 16-23 en el segundo cuarto.
Calathes se estrenó como anotador en un intercambio de canastas y con el marcador igual de apretado (47-45). El encuentro había entrado de pleno en la agonía de cada acción y la temperatura se elevaba en el Uber Arena por acciones cada vez más al límite del reglamento. Las interrupciones del juego eran continuas. Dorsey puso el 51-50 y el Fenerbahçe dispuso de un par de posesiones para adelantarse por primera vez en la semifinal. No acertó y con 56-50 se llegó a la última estación.
El Fenerbahçe había tenido su oportunidad y la había dejado escapar. El Panathinaikos podía ahora jugar con el reloj ante un rival más precipitado. Incluso el temperamental Jasikevicius era quien pedía calma ante las pérdidas de balón de sus muchachos, víctimas de la ansiedad y solo capaces de anotar dos puntos en casi seis minutos. Del careo más cercano se pasó a la mayor diferencia (65-52). Volvió a temblar el pabellón con los saltos de la hinchada verde y los minutos finales fueron un paseo griego (73-57). Jasikevicius, cuatro veces campeón de la Euroliga como jugador, volvía a quedarse sin el éxito como entrenador pese a plantarse en la Final Four en cinco de la seis últimas ediciones, tres con el Barcelona. El Panathinaikos buscará su séptima corona europea, la primera desde 2011.
PANATHINAIKOS, 73; FENERBAHÇE, 57
Panathinaikos: Grant (13), Nunn (14), Papapetrou (9), Mitoglou (2), Lessort (17) -equipo inicial-; Sloukas (4), Kalaitzakis (5), Antetokounmpo (0), Grigonis (6), Hernangómez (3).
Fenerbahçe: Wilbekin (2), Calathes (5), Pierre (0), Hayes-Davis (14), Motley (0) -equipo inicial-; Sanli (7), Papagiannis (3), Biberovic (4), Guduric (10), Dorsey (2), Sestina (10).
Parciales: 22-13, 16-23, 18-14 y 17-7.
Árbitros: Belosevic, Peruga y Difallah.
Uber Arena. Unos 17.000 espectadores.
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