El Barcelona se reencuentra ante la Virtus Bolonia
Después de dos derrotas europeas, los triples de Laprovittola y el trabajo bajo los aros de Willy Hernángomez descosen al conjunto italiano (84-57) y se atornillan como segundos en la competición
El Barça llegaba al envite después de haber caído en los dos últimos compromisos europeos, otra señal de que al equipo le falta cuajo para imponer su ley. Por algo su curso evoca a la afamada montaña rusa del Dragon Khan, conjunto de arrebatos y rachas, capaz de lo peor y de lo mejor, irregular por defin...
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El Barça llegaba al envite después de haber caído en los dos últimos compromisos europeos, otra señal de que al equipo le falta cuajo para imponer su ley. Por algo su curso evoca a la afamada montaña rusa del Dragon Khan, conjunto de arrebatos y rachas, capaz de lo peor y de lo mejor, irregular por definición. Pero su plantel da para mucho y su baloncesto, cuando encajan las piezas, también. Eso explicó ante una desbravada Virtus Bolonia en La Galia del Palau, donde solo ha perdido un partido en la Euroliga, victoria para atornillarse como segundo en la competición tras el Madrid, un paso más cerca de los playoffs europeos. Un triunfo, también, de Willy Hernángomez, que recobra el color tras ser señalado por el técnico —reducción de minutos— por su tiritera en defensa.
Comenzó el Barcelona con el pulso acelerado, sin tino en los lanzamientos y destemplado en defensa, al punto de que Air France Cordinier hacía bueno su sobrenombre, saltimbanqui que se colgaba del aro, tres acciones consecutivas que hicieron palidecer al equipo azulgrana (3-8). Pero Laprovittola destapó la tapa de las esencias con un triple —feliz 34 cumpleaños del argentino— y a él se le sumaron Satoransky, Kalinic, Brizuela y Jabari Parker, todos a una, equipo en mayúsculas. Aunque ninguno como Willy Hernángomez, que en unos pocos minutos hizo mucho, rebotes, tapón y canastas, gasolina para cerrar el primer acto en ventaja (20-17), para sofocar después las alas de Cordinier. Trabajo que continuó Vesely y que aliñó Laprovittola desde el perímetro, triple a triple, bofetada a bofetada (41-27). Justo lo que se le resistía al equipo italiano, 0 aciertos de 7 intentos desde tres.
Lundberg hizo diana en la probatura número 11, cuando el Barça ya había roto el choque (52-32). Y, por una vez, el equipo de Grimau no sufrió y aclaró que tiene músculo y muñeca, también cabeza y banquillo, para gobernar un choque de pe a pa. Eso fue en la noche en la que el equipo descosió a la Virtus y se reencontró en Europa, en la que se ensambló segundo en la competición y, de paso, recuperó para la causa a Willy Hernángomez.
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