El Madrid impone su autoridad cuando el Bayern se la discute

Pierde el Valencia en casa ante el Zalgiris y el Baskonia en la cancha del Mónaco

Sergio Llull en acción durante el partido de Euroliga entre el Real Madrid y el Bayern.ANNA SZILAGYI (EFE)

El Bayern le quiso tocar la moral al Real Madrid en el tramo decisivo del partido, y salió escaldado. Después de que los de Chus Mateo levantaran un muro durante todo el choque, y mantuvieran a los alemanes a diez o más puntos de diferencia, de repente se despistó el equipo blanco un rato y se liaron los bávaros a base de lanzar triples. Consiguieron colocarse, a cinco minutos del final, a solo cinco puntos de distancia (65-70).

Y ahí apareció el Madrid de verdad y no ese sucedáneo que había jugado hasta e...

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El Bayern le quiso tocar la moral al Real Madrid en el tramo decisivo del partido, y salió escaldado. Después de que los de Chus Mateo levantaran un muro durante todo el choque, y mantuvieran a los alemanes a diez o más puntos de diferencia, de repente se despistó el equipo blanco un rato y se liaron los bávaros a base de lanzar triples. Consiguieron colocarse, a cinco minutos del final, a solo cinco puntos de distancia (65-70).

Y ahí apareció el Madrid de verdad y no ese sucedáneo que había jugado hasta entonces, y que, a falta de mayores exigencias, lo hacía al trantrán. En un suspiro, después de un parcial de 3-20, dijeron que estaban allí para ganar, para no pasar dificultades en el momento de la verdad, y sacaron la máquina de picar carne para llegar a la bocina con 21 puntos de ventaja (71-92). Fue una exhibición de poderío cuando hizo falta. Ni siquiera tocaron a rebato desde el banquillo. Dio la sensación de que era algo natural, que salía de dentro, de unos jugadores que supieron cuando darle al botón de apagar, y lo que es más importante, al de encender.

En un partido emotivo para los bávaros, que saltaron a la cancha con el número 5 a la espalda de Franz Beckenbauer, el Real Madrid no tuvo piedad de su ex, Pablo Laso. Dominó el marcador en los cuatro parciales, permitió engordar las estadísticas de Sergio Llull, que ya es el jugador madridista con más partidos de la historia, con 1.047, superando a Felipe Reyes con el que apenas compartió marca durante tres días. Con sus tres triples, también está a un paso de superar la marca histórica de Juan Carlos Navarro, con 623, por los 612 que ya suma el jugador del Real Madrid.

Poirier, con 18 puntos, fue el máximo anotador madridista, seguido de Hezonja (17) y Musa, que sigue incombustible, con 16. Entre todos neutralizaron el acierto a ratos del francés Francisco, que con sus cuatro triples fue el detonante de la reacción de su rival, que vio como le cuestionaban su jerarquía y no lo consintió. No quiere, ni por un momento, perder su cómodo estátus en lo alto de la clasificación.

Mónaco 93 Baskonia 83

Jugar en la sala Omnisports, construida bajo el estadio Luis II, no es como hacerlo en el infierno griego o turco de la Euroliga, o en el Stark Arena del Partizan en Belgrado. Es más una experiencia parecida a la ópera en comparación con esas calderas, o la del Buesa Arena cuando toca, así que la derrota del Baskonia ante el Mónaco (93-83) se puede achacar a diversas razones, entre ellas la pesadez de piernas de los vitorianos después de tantos partidos consecutivos, o al desacierto en los lanzamientos, incluso en los tiros libres (11 de 19), un paupérrimo 57%, pero nunca a la presión ambiental del balneario monegasco.

Fue un partido igualado el que jugaron los vitorianos, aunque el resultado final, con el despegue local cuando ya jugaba el Baskonia a la desesperada. Acabó el primer cuarto con ventaja mínima (21-22) de los jugadores de Ivanovic, que tenían a Markus Howard como el hombre más enchufado, aunque sus 33 puntos al final, no rentaran en el debe de su equipo, porque la aparición imparable de Mike James, que empujó a su equipo en los dos siguientes cuartos, inclinó la balanza hacia el lado del Mónaco, que le ha tomado la medida al Baskonia en los dos partidos del torneo regular.

Solo Sedekerskis en algunas fases, y Kotsar, que se destapó en el comienzo del partido, dieron la talla en ataque, aunque Moneke tuvo sus chispazos en el rebote (13), aunque no fue suficiente para poder regresas de la Costa Azul con una victoria, así que el Baskonia se queda con un balance de diez victorias y diez derrotas. Ni frío, ni calor.

Valencia Basket 79 Zalgiris 84

Ganar un partido en la Euroliga es un trabajo hercúleo, y al Valencia Basket le está costando en los últimos partidos. Frente al Zalgiris, la moneda salió cruz después de un choque muy igualado que se decantó por pequeños detalles. Al equipo de Mumbrú le salió un grano llamado Evans con un par de triples en los instantes finales, que inclinaron la balanza. Andaba el marcador con alternativas, apareció Ojeleye para dinamizar al equipo naranja, pero después de la acción que puso por delante a los valencianos (74-72), el acierto de Evans fue determinante

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