Serge Ibaka vuelve a subir la montaña
El pívot congoleño, campeón europeo con España y de la NBA, regresa a su mejor versión con el Bayern, rival hoy del Madrid en la Euroliga, a los 34 años
Era una colina, una pequeña montaña en Brazzaville, la capital de la República del Congo donde Serge Ibaka vivía con sus padres y sus ¡17! hermanos. Para el tercero más joven era también una vía de escape, una rampa hacia los sueños. El chico se levantaba a las cinco de la mañana y subía y bajaba el montículo hasta quedar exhausto mientras su imaginación volaba. “La subí millones de veces”, recordaría Ibaka años después, cuando aquellos anhelos se hicieron realidad: seguir los pasos de sus padres y convertirse en baloncesti...
Era una colina, una pequeña montaña en Brazzaville, la capital de la República del Congo donde Serge Ibaka vivía con sus padres y sus ¡17! hermanos. Para el tercero más joven era también una vía de escape, una rampa hacia los sueños. El chico se levantaba a las cinco de la mañana y subía y bajaba el montículo hasta quedar exhausto mientras su imaginación volaba. “La subí millones de veces”, recordaría Ibaka años después, cuando aquellos anhelos se hicieron realidad: seguir los pasos de sus padres y convertirse en baloncestista, dar el salto a la NBA, conquistar un anillo de campeón, ser medallista en un Eurobasket y unos Juegos Olímpicos... Hoy, a los 34 años, el pívot congoleño puede mirar atrás y revivir el camino desde aquella montaña de Brazzaville hasta la cima, un viaje que hoy le sitúa en el WiZink con su nuevo equipo, el Bayern Múnich que entrena Pablo Laso, frente al Real Madrid en la Euroliga (20.45, Movistar).
La guerra civil desatada en junio de 1997 en la República del Congo hizo saltar por los aires esa infancia humilde pero feliz. Murió su madre, también su abuelo, que mantenía a la prole con los ingresos de un restaurante, y el padre fue detenido. Ibaka fue criado por su abuela. Apenas el baloncesto se mantenía como un faro en la tormenta. Serge miraba una vieja foto en la que aparecía con dos años vestido con la ropa de juego de su madre... y soñaba.
Avenir de Raid. Era era el equipo en que se alistaba de adolescente. Y allí le descubrió el exjugador Anicet Lavodrama cuando organizaba una causa benéfica en África. Enseguida apuntó su nombre a Pere Gallego, de la agencia You First. No había vídeos ni informes, pero la pasión de Lavodrama fue suficiente para que aterrizara en el Hospitalet en 2006.
El joven era un portento físico, pero carecía de la disciplina del mundo profesional. El director deportivo del club catalán, Jordi Ardèvol, se fue a vivir con él para controlar sus horarios y su alimentación (siete curasanes para desayunar y cuatro menús de McDonald’s al mediodía). La materia primera era sobresaliente y el chico quemó etapas. Saltó al Manresa y de ahí a la NBA en 2009, el primer congoleño en la meca del baloncesto. Oklahoma fue la primera estación de un periplo que también le llevó a Orlando, Toronto, Clippers y Bucks. Con los Thunder, el pívot de 2,08m fue el máximo taponador de la Liga en 2012 y 2013 (3,7 y 3 bloqueos por encuentro, respectivamente), y con los Raptors ganó el anillo en 2019 junto a Marc Gasol y con Sergio Scariolo como técnico ayudante.
Entre medias, 40 días como jugador del Real Madrid en la campaña 2011-12 por el cierre patronal en la NBA y 50 partidos con la selección española tras nacionalizarse (José Blanco, entonces ministro y portavoz del Gobierno, le llamó Ikea por confusión). Con La Familia se colgó el oro en el Eurobasket de 2011 y la plata en los Juegos de Londres 2012, hasta que la competencia con Nikola Mirotic le desbancó de las convocatorias.
En Estados Unidos surgió también su vena artística para protagonizar vídeos musicales, pasarelas de moda y un canal de cocina en Youtube, ¿Cuánta hambre tienes?, en el que preparaba platos a sus compañeros (pene de toro a Kawhi Leonard y cerebro de cordero a otros colegas). Una lesión de espalda rebajó su papel en la pista y el curso pasado apareció solo en 16 partidos, su cifra más baja en la NBA. La cuenta estadounidense se cerró en 1.071 encuentros. Le rescató Pablo Laso para el Bayern Múnich y hoy Ibaka ha recuperado su mejor versión. Es el segundo máximo reboteador de la Euroliga (7,1 capturas) tras Sederkerskis (Baskonia, 8,4) y el tercer mejor taponador (1,4) tras dos madridistas a los que hoy tendrá enfrente, Poirier (1,7) y Tavares (1,6).
Ibaka colabora con Unicef y grabó el documental Hijo del Congo, donde vuelve a sus orígenes. Como si todavía siguiera subiendo esa montaña de Brazzaville.
Llull: "Laso nos enseñó a ganar"
"Vuelve a casa la persona que nos enseñó a ganar, la que creó nuestro estilo de baloncesto. Recibámosle como merece”. Con este mensaje anticipó ayer Sergio Llull el homenaje que el Palacio de los Deportes rendirá hoy a Pablo Laso, el técnico que en 11 temporadas en la casa blanca levantó 22 títulos y cosechó el récord de partidos dirigidos (860) y victorias (659). “Nuestro estilo es una continuidad del que implantó él”, expresó el actual entrenador del Madrid, Chus Mateo, que fue su ayudante; “es una leyenda, yo no me considero estar a su altura”, añadió. “Llull es una persona muy especial, estoy muy orgulloso de que haya dicho eso sobre mí. Estoy muy feliz de que la gente me recuerde”, comentó ayer Laso; “será un partido muy emocional. Rudy, Llull, Tavares, Chacho, Deck... voy a enfrentarme a los jugadores a los que entrené tantos años”.
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