El penúltimo baile de LeBron James
La estrella de los Lakers se corona campeón de la primera Copa NBA y mejor jugador del torneo mientras piensa en su próximo reto: ser dueño de un equipo en Las Vegas
LeBron James decidió ganar la Copa NBA y la ganó. La primera edición del nuevo torneo se resume con la voluntad de la estrella de Los Angeles Lakers de agrandar su leyenda. Cerca de cumplir los 39 años y solo meses después de que se especulase con su retirada, LeBron se ha permitido un penúltimo baile. Además del título de equipo, el Rey añade otra muesca a su revólver con otro reconocimiento personal: mejor jugador del torneo.
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LeBron James decidió ganar la Copa NBA y la ganó. La primera edición del nuevo torneo se resume con la voluntad de la estrella de Los Angeles Lakers de agrandar su leyenda. Cerca de cumplir los 39 años y solo meses después de que se especulase con su retirada, LeBron se ha permitido un penúltimo baile. Además del título de equipo, el Rey añade otra muesca a su revólver con otro reconocimiento personal: mejor jugador del torneo.
Los Lakers ganaron la final a los Indiana Pacers (123-109) tras un gran partido de LeBron (24 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias), pero sobre todo tras una sensacional actuación de su pívot Anthony Davis, que con 41 puntos y 20 rebotes fue el amo y señor de la zona. Ganaron con solo dos triples en todo el partido, algo insólito. El dúo LeBron-Davis recordó al que en 2020 dio a los Lakers el anillo de campeón en la temporada de la burbuja. Este sábado, en la final de Las Vegas, se apoyaron en un efectivo Austin Reaves (28 puntos saliendo desde el banquillo) y en el sacrificio defensivo de Cam Reddish para desactivar a Tyrese Haliburton, el base de los Pacers.
La Copa NBA es un torneo dentro de otro torneo. Salvo la final, se trata de partidos de la temporada regular organizados para que sirvan también para la copa sin sobrecargar el calendario. Los Lakers han logrado un perfecto 7-0 en los partidos del nuevo campeonato, mientras que en el resto de la liga han tenido más derrotas que victorias. Eso da idea de la motivación especial que ha supuesto para el equipo de LeBron James y su hambre de triunfos.
El Rey tiene una colección de MVP solo superada por Michael Jordan. Ha sido cuatro veces el mejor jugador de la temporada regular, otras cuatro el mejor de las finales (las cuatro en que fue campeón: 2012, 2013, 2016 y 2020), tres veces el mejor del partido All-Star (en el que ha jugado 19 años, otro récord) y ahora, el mejor del nuevo torneo.
Para el jefe de la NBA, Adam Silver, que la Copa NBA acabe con los Lakers campeones y LeBron James como mejor jugador es la guinda al éxito que ha tenido el invento de llevar la emoción de la copa a la NBA. Silver se permitió hacer una broma a LeBron al entregárselo: “El último trofeo, la Copa MVP por un juego sobresaliente durante todo el torneo, a un hombre que, francamente, no tiene nada más que ganar en esta liga. Lo único que puedo decir es: ‘Lo siento, pero no viene con una franquicia”, dijo. El comisionado se refería al declarado interés de LeBron en ser dueño de un equipo de la NBA precisamente en Las Vegas, la ciudad de la final.
Después del partido, el Rey, empresario de éxito más allá del deporte, confirmó esos planes: “Mi entusiasmo por estar aquí después de mi carrera, por traer un equipo, no ha cambiado. La NBA será otra gran aportación a esta ciudad”. En Las Vegas se celebra la liguilla de pretemporada de la NBA, pero no es sede de ningún equipo. La ciudad del juego ha apostado fuerte por el deporte para revitalizarse y completar su oferta de ocio y entretenimiento. Además de la Copa NBA, acoge desde este año un gran premio de Fórmula 1 y será la sede de la Súper Bowl de 2024. LeBron mantiene contactos con socios para hacer realidad sus planes de que la ciudad esté en la NBA.
Antes de meterse a propietario, el Rey sigue poniendo a prueba los límites de la longevidad deportiva. “Como para cualquier niño nacido en 2000, LeBron fue mi jugador favorito mientras crecía”, decía la estrella rival, Haliburton, antes de enfrentarse a él. En este arranque de temporada, LeBron promedia 25 puntos por partido. Sin contar con él, la última vez que un jugador de su quinta (la de 1984) logró algo así fue Carmelo Anthony hace 10 años. Su calidad y su larga carrera (esta es su 21ª temporada en la NBA: la sexta en los Lakers tras 11 en Cleveland y cuatro en Miami) le han permitido ir batiendo un récord tras otro. El más deseado era uno llamado a permanecer durante décadas, el de mayor puntuación en la temporada regular, los 38.387 puntos de Kareem Abdul-Jabbar, vigente desde 1989 hasta que lo batió en febrero pasado.
Con ese récord en su haber, las especulaciones sobre la retirada de la estrella se dispararon al final de la temporada pasada, cuando los Lakers cayeron con estrépito ante los Denver Nuggets de Nikola Jokić en la final de la Conferencia Oeste. Al final, él mismo alejó ese fantasma. Con 2,06 metros de altura y un físico portentoso, ha demostrado que sigue en condiciones de estar en la élite. La Copa NBA se presentaba como más asequible, para un último título en su carrera, aunque los Lakers han demostrado que pueden dar guerra también en primavera.
La longevidad de LeBron es tanta que se está enfrentando ahora a los hijos de los que fueron sus rivales al principio de su carrera. Jugó contra Jabari Smith y ahora lo hace Jabari Smith Jr; contra Rick Brunson y Jalen Brunson; contra Gary Payton y Gary Payton II, y así hasta nueve padres-hijos. Su sueño, en realidad, es jugar con su propio hijo, Bronny James, que este domingo vivía su debut en los Trojans de la Universidad del Sur de California (USC) tras recuperarse de un problema cardiaco. En primera fila, puesto en pie, LeBron ha celebrado la primera canasta de su hijo, un triple. Bronny será en principio elegible en el draft del año próximo y si de LeBron depende, los Lakers lo ficharán para jugar con él. Sería su último baile.
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