Juan Núñez, de dar el paso a dar el salto
El base de 19 años, campeón de la Liga alemana y el benjamín de la selección, asume con naturalidad la presión de suplir la ausencia de Ricky
Aprendió a vivir solo. A ir al supermercado. A poner la lavadora. Juan Núñez tomó el pasado verano una de esas decisiones que marcan la personalidad y la carrera de un jugador. A los 18 años, el prometedor base eligió no renovar con el Real Madrid después de siete cursos en la casa blanca y fichó por el Ratiopharm Ulm de la Liga alemana, un equipo alejado del gran foco europeo. Era la primera vez que vivía sin sus padres, y en la aventura había tanto de desafío deportivo como personal. ...
Aprendió a vivir solo. A ir al supermercado. A poner la lavadora. Juan Núñez tomó el pasado verano una de esas decisiones que marcan la personalidad y la carrera de un jugador. A los 18 años, el prometedor base eligió no renovar con el Real Madrid después de siete cursos en la casa blanca y fichó por el Ratiopharm Ulm de la Liga alemana, un equipo alejado del gran foco europeo. Era la primera vez que vivía sin sus padres, y en la aventura había tanto de desafío deportivo como personal. “Necesitaba salir del Madrid para crecer, para aprender, sentía que era un paso importante en mi carrera porque un jugador necesita minutos”, explicó Núñez. Y en un curso todo ha seguido a mucha velocidad en su camino. Núñez ganó la Bundesliga y hoy disputa el Mundial con la selección absoluta con un papel protagonista por las ausencias de Lorenzo Brown y Ricky Rubio.
A los 19 años, el benjamín de La Familia ha acelerado su aprendizaje. Comenzó la preparación como uno de los Golden Boys, los jóvenes que compartían entrenamientos con los mayores, pero las circunstancias le han situado al volante de España junto a Alberto Díaz. En su debut en un gran escenario fue el mejor pasador del partido, con ocho asistencias ante Costa de Marfil.
“El plan era que fuera el jugador número 13, pero ha tenido que pasar a jugador importante”, explica el seleccionador, Sergio Scariolo. “Juan lo ha vivido con naturalidad, con la conciencia de estar ante una gran oportunidad. Todos somos conscientes de su edad, de que le falta experiencia de alto nivel. Sucede que muchas veces en el deporte pueden producirse saltos adelante y no pasos adelante. Su motivación es dar ese salto. Sabemos lo que nos puede dar y se lo exigimos y sabemos lo que no puede, porque no es Ricky ni Lorenzo, y no se lo exigimos. Está respondiendo más rápido de lo esperado”, añade el técnico italiano.
La de Juan Núñez es una de esas historias de éxito anunciado. De niño practicaba más el balonmano que el baloncesto, hasta que un entrenador, Javier Menéndez, le vio lanzando a canasta en un torneo en Villaviciosa de Odón y comprendió que el chico debía cambiar de deporte. El giro le llevó al equipo de ese técnico, el Alcorcón Basket, y todo se disparó.
Núñez llegó a ser en un mismo fin de semana campeón de Madrid en balonmano y baloncesto, pero en su interior había elegido la canasta. El Real Madrid lo captó con 11 años y confirmó ese perfil de prodigio. Fue mvp de la Euroliga júnior en 2020 y hace dos cursos jugó con el primer equipo, incluso en al final liguera ganada al Barça. Pablo Laso primero y Chus Mateo después le ofrecieron minutos, pero el chico quería más y puso rumbo a Ulm.
Con España, el mismo subidón constante. Campeón del Europeo sub-16 de 2019 y del Europeo sub-20 de 2022, cita en la que fue elegido el mejor del torneo con 11,6 puntos, 4,9 asistencias y 3,9 rebotes de media. Ese verano, como este último, en la selección le dirigió Joaquín Prado. “Técnicamente, tiene muchísimo talento natural para generar ventajas a campo abierto y en el bloqueo directo. Mentalmente, está acostumbrado a ser el más joven en sus equipos. En Alemania ha cogido poso de jugador importante. Destaco su tranquilidad y naturalidad, no da la sensación de sentirse presionado. Tiene una madurez impropia de su edad, no paga los nervios. Asume con responsabilidad la posición de base y competirá al mejor nivel del que será capaz. No rendirá peor por ponerse nervioso”, le analiza el técnico.
España se cruza este lunes con Brasil (15.30, Teledeporte) en un duelo decisivo para el liderato del grupo. Y Núñez tendrá enfrente a Marcelinho Huertas. Alumno contra maestro. El base español es el tercer jugador más joven del Mundial, por detrás del sudanés Maluach (16 años) y del iraní Amini (18). El brasileño es con 40 años el más veterano del campeonato. El verano que el madrileño nació, en 2004, el hoy jugador del Tenerife aterrizaba en el Joventut como primera parada de su travesía española. “Si Núñez está en el primer equipo de España jugando un Mundial a esa edad es porque tiene algo especial”, le define Marcelinho; “viene del Madrid y ha llevado al Ulm a ser campeón en Alemania. Eso habla de lo que es capaz, de la madurez que tiene a los 19 años. Aunque las cosas han de ir paso a paso. Ha de rendir, pero no ha de ser Ricky ni sentir ese peso. Él ha de jugar de su forma. Sería demasiado poner en su espalda la presión de lo que es Ricky”.
El puesto de base en la selección ha vivido el mayor salto generacional. A España la mueve hoy este chico de 1,92m con aire infantil y flequillo, un Harry Potter con el balón, que viste el número 24, solo ha sido 13 veces internacional y estudia Administración y Dirección de Empresas a distancia en la Universidad de la Rioja. Sus compañeros están tranquilos en sus manos. Como dice Darío Brizuela: “No tenemos a Lorenzo ni a Ricky pero tenemos a Núñez”.
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