DeChambeau y Scheffler escenifican en el Masters de Augusta la gran batalla del golf mundial

El jugador de la Liga saudí es líder con -7, un golpe de ventaja sobre el número uno del mundo. Rahm comienza la defensa de la chaqueta con +1

DeChambeau, durante la primera jornada del Masters.Brian Snyder (REUTERS)

En una esquina del ring, Bryson DeChambeau, jugador de la Liga saudí, LIV, que entrega una soberbia tarjeta de siete golpes bajo par en la primera y ventosa jornada del Masters de Augusta. En la otra, el número uno del mundo, Scottie Scheffler, estrella del circuito americano, que acepta el combate y solo cede un golpe de ventaja a su rival. Es por ahora el gran duelo de este Masters, y es la imagen que representa ...

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En una esquina del ring, Bryson DeChambeau, jugador de la Liga saudí, LIV, que entrega una soberbia tarjeta de siete golpes bajo par en la primera y ventosa jornada del Masters de Augusta. En la otra, el número uno del mundo, Scottie Scheffler, estrella del circuito americano, que acepta el combate y solo cede un golpe de ventaja a su rival. Es por ahora el gran duelo de este Masters, y es la imagen que representa la gran batalla que hoy divide al golf mundial en dos bandos. Jon Rahm comenzó la defensa de la chaqueta verde lejos de los dos gallos, con uno sobre par y mucho tajo por delante. La jornada comenzó con dos horas y media de retraso por la amenaza de tormenta eléctrica y, en medio de una ronda vespertina azotada por el viento, algunos jugadores no pudieron acabar su vuelta por la falta de luz. Entre ellos Tiger Woods, con -1 a falta de cinco hoyos.

DeChambeau firmó la mejor ronda de su carrera en Augusta en su octava participación, 65 golpes que vistió con tres birdies en los tres primeros hoyos y tres en los cuatro últimos. Fiesta en LIV para suerte de Greg Norman, director general de la revolucionaria competición, que se pasea por el Masters con su característico sombreso animando a sus 13 muchachos. DeChambeau, ganador del US Open de 2020, resistió le ventolera y solo Scheffler le aguantó el paso.

Rahm ve el cara a cara desde la distancia. El vasco aseguró el par en el primer hoyo, allí donde el año pasado comenzó con un doble bogey del que luego se repuso de manera magistral. A partir de ahí, curvas y volantazos: visitó el búnker con el golpe de salida en el par cinco del 2 y no pudo descontar un golpe en un terreno propicio para cobrar ventaja, también aterrizó en la arena en el 3, aunque de ahí surgió con una buena escapada y su primer birdie del día, un tripateo le frenó en el par tres del 4, aceleró con dos birdies seguidos en el 7 y el 8 que recordaron su impulso del curso anterior en la lucha con Koepka por la chaqueta verde... Los primeros nueve hoyos los cerró con -2 y buena cara. En los nueve segundos, ya con el viento azotando Augusta, hubo que arremangarse. A los bogeys en el 10 y el 14 para ceder la renta siguió un birdie en el par 3 del 16 y luego otro tripateo en el 17 que arruinó la pequeña alegría y una mala salida en el 18 que estampó el +1 final. El campeón solo estrujó con un birdie uno de los cuatro pares cinco del campo, el ocho.

“Lo que más he tenido que mejorar ha sido no hacer los tripateos. Ha sido mala suerte y jugar mal. El viento pone el campo complicado para ciertos golpes que he hecho bien pero han acabado mal. Ha sido una pena el 17 y el golpe desde el tee del 18. El mejor momento como campeón ha sido la ovación en el 12. Estoy lejos pero queda mucho”, afirmó Rahm, en el centro de muchas miradas por su condición de campeón vigente y por su fichaje por LIV.

Rahm, en la primera jornada del Masters.JOHN G MABANGLO (EFE)

Sergio García, en el par del campo tras llegar a marchar tres arriba, vivió una de esas jornadas que reflejan su relación de amor y odio con el Masters. En Augusta besó la gloria con su victoria en 2017, pero también en estas praderas juró que no estaba listo para ganar un grande y que bajaba los brazos. Cielo e infierno para el castellonense, que esta vez terminó con malas sensaciones pese a que entregó una tarjeta decente y firmó uno de los golpes de la jornada, un putt largo y con caída en el hoyo 13. “Estoy como si hubiera estado 12 rondas con Mike Tyson en un cuadrilátero. Son cosas que pasan aquí, y me han pasado ya tantas veces... Una ráfaga de viento que te coge y así es complicado dar un golpe”, analizó El Niño, vestido con un llamativo pantalón amarillo. “Mi capacidad mental si te la cuento... He tenido fortuna de meter el putt del 13, pero he acabado los últimos siete hoyos como un zombie. Mi cuerpo estaba aquí pero mi mente estaba en otro sitio, no sé ni cómo lo he conseguido. No es una cuestión física ni mental, es un sentimiento de aquí, cosa de Augusta”, añadió. Olazabal, mientras, terminó con +5 y tiene muy cuesta arriba pasar el corte.

Clasificación del Masters de Augusta.

Grupos y horarios de salida.

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