El otro partido de Tiger Woods: del golf real al golf virtual

El mítico campeón de 15 grandes, de 47 años, crea una Liga de exhibición e inaugura un campo mientras lucha por volver a jugar tras otro martirio físico

Tiger Woods, en el pasado Masters de Augusta.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)

Es el número 1.283 de clasificación mundial, el 30 de diciembre cumplirá 48 años y en abril fue operado del tobillo derecho, la enésima operación tras 10 intervenciones entre las rodillas y la espalda y un accidente de tráfico que casi le cuesta la pierna derecha. Solo una mente de acero y un deseo incontenible de volver a sentirse golfista sostienen, colgando de un finísimo hilo, la carrera deportiva de Tiger Woods. El ganador de 15 grandes es un hombre cojo, y ...

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Es el número 1.283 de clasificación mundial, el 30 de diciembre cumplirá 48 años y en abril fue operado del tobillo derecho, la enésima operación tras 10 intervenciones entre las rodillas y la espalda y un accidente de tráfico que casi le cuesta la pierna derecha. Solo una mente de acero y un deseo incontenible de volver a sentirse golfista sostienen, colgando de un finísimo hilo, la carrera deportiva de Tiger Woods. El ganador de 15 grandes es un hombre cojo, y cojeando se ha arrastrado en los últimos meses por un campo de golf, las pocas veces que ha podido pisarlo, sufriente para recorrer los 18 hoyos sin la ayuda de un cochecito eléctrico. Pese a ese cuerpo lleno de cicatrices, Tiger se niega a la retirada, convencido de que aún le queda un último baile, al menos una despedida en el Masters de Augusta.

Ese es el partido que todavía juega Tiger. Y mientras tanto, otro va ganando terreno, su vida sin un palo de golf en las manos. Desde el jueves se juega en México el World Wide Technology Championship, un torneo del circuito estadounidense que tiene lugar en el campo de El Cardonal, en Los Cabos, el primer trazado diseñado por Woods que se estrena en la élite del PGA Tour. Hasta allí viajó el creador del recorrido, una de las escasísimas apariciones públicas del mito desde el pasado Masters. Tiger ha competido a cuentagotas desde que en febrero de 2021 se estrellara con su vehículo y se destrozara la pierna derecha. En 2022 fue 47º en Augusta, se retiró en el Campeonato de la PGA y falló el corte en el 150º Open Británico en Saint Andrews. Este año, menos todavía: 45º en el Genesis y retirada en el Masters después de jugar siete hoyos en la tercera jornada y suspenderse el juego por la lluvia, cuando marchaba último de la clasificación con nueve golpes sobre el par. El frío y la humedad castigaron al viejo Tiger, que una vez más dejó la imagen de un hombre al que incluso le costaba mantenerse en pie. Diez días después de aquel adiós volvió a abrirse la puerta del quirófano para reparar un tobillo maltrecho. Hoy sufre para bajar unas escaleras en Los Cabos y parece improbable que a finales de noviembre pueda competir en el Hero World Challenge, cita de la que es anfitrión. “Aprecio solo el hecho de poder jugar. Nunca seré el mismo. Lo comprendo”, admitió a principios de curso.

El Tiger golfista es hoy el Tiger diseñador y, sobre todo, el Tiger que se adentra en el espectáculo. El estadounidense ha impulsado junto a Rory McIlroy la Tiger Woods League, una Liga de exhibición que se disputará en 15 lunes del próximo año y que mezcla el golf virtual con el real. Junto a él se alistarán seis de los actuales 10 mejores jugadores del mundo (McIlroy, Homa, Schauffele...) pese a la baja de última hora de Jon Rahm, que acaba de comunicar su renuncia. “Sigo pensando que es una gran oportunidad, pero ahora mismo requiere un nivel de compromiso que no puedo ofrecer”, explicó el vasco, a quien esas jornadas de entretenimiento distrairían del objetivo de aumentar su colección de dos grandes (US Open de 2021 y Masters de 2023).

La Liga de Tiger se disputará por equipos, igual que una parte de la rupturista competición saudí que tantas ampollas levantó. Serán seis conjuntos de cuatro golfistas cada uno, enfrentados a partir de enero en 15 veladas clasificatorias hasta una final a la que accederán los dos mejores. Cada cita consta de 15 hoyos, nueve en formato de golpes alternos y seis en duelos individuales. Y con una extraña mezcla de golf virtual y real. Los jugadores darán el golpe de salida frente a una pantalla de simulador gigante, 20 veces mayor que la habitual, y para los tiros de menos de 50 yardas accederán a una cancha normal, la green zone, una zona de juego que puede alterar la pendiente del green según el hoyo jugado.

Los golfistas llevarán micrófonos para captar sus comentarios, y todos los partidos se jugarán en el recién creado recinto de SoFi center, en el campus de Palm Beach State College, en Florida. El show, que será retransmitido por ESPN, lo completan otra nómina de estrellas que serán propietarias de las franquicias: las hermanas Serena y Venus Williams, los hermanos Antetokounmpo, Alex Morgan, Stephen Curry, Klay Thompson…

Tiger se mueve hacia esa nueva vida que le espera cuando deje el golf profesional, todavía con la incógnita de si deseará participar en el circuito sénior una vez cumpla los 50 años. En su nuevo espectáculo no deberá apenas caminar, su mayor pesadilla. La magia sigue en sus manos, y en su cabeza no se ha apagado el hambre de triunfo. Son las piernas las que no acompañan ya a una leyenda que ha caminado más lejos que nadie.

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