Carlota Ciganda, cuando el golf le ganó al fútbol
La golfista navarra, de una familia futbolista, se consagra como la gran líder que dio a Europa una histórica Solheim
La mejor golfista española iba para futbolista. Carlota Ciganda creció rodeada de fútbol por todas partes. Su tío José Ángel, el Cuco (Ziganda, con Z), jugó 11 temporadas en la élite entre el Athletic y Osasuna. Su padre, Jesús, pasó como futbolista y entrenador por conjuntos amateurs. Su hermano y uno de sus primos probaron fortuna en Segunda B y Tercera. Y ella lucía habilidades con la pelota. La joven Carlota era la mejor en un equipo de chicos, sacaba las faltas y los córners y daba 150 toques seguidos al balón. “Era buena delantera”, recuerda.
En aquella infancia llena de deporte, ...
La mejor golfista española iba para futbolista. Carlota Ciganda creció rodeada de fútbol por todas partes. Su tío José Ángel, el Cuco (Ziganda, con Z), jugó 11 temporadas en la élite entre el Athletic y Osasuna. Su padre, Jesús, pasó como futbolista y entrenador por conjuntos amateurs. Su hermano y uno de sus primos probaron fortuna en Segunda B y Tercera. Y ella lucía habilidades con la pelota. La joven Carlota era la mejor en un equipo de chicos, sacaba las faltas y los córners y daba 150 toques seguidos al balón. “Era buena delantera”, recuerda.
En aquella infancia llena de deporte, Ciganda exprimía su competitividad en todo lo que practicaba. El fútbol compartía atención con el pádel, el esquí, el frontón y el golf. Y fue esta disciplina la que ganó el concurso. Criada en el valle de Ulzama, a 20 kilómetros de Pamplona, donde nació hace 33 años, Carlota comenzó a desenvolverse con los palos en el club de la zona. Del fútbol le quedó su pasión por el Athletic. Del frontón, la velocidad y fuerza de brazos. Como golfista se ha consagrado como la gran referente española y la heroína de la Solheim Cup que Europa conquistó este domingo frente a Estados Unidos en el campo de Finca Cortesín (Málaga). La primera vez que el gran duelo se celebraba en España, fue la única española de la tropa europea la que embocó el putt decisivo.
“Esto no lo voy a poder olvidar en mi vida”, relató Ciganda. Con tablas en el marcador, la capitana continental, la noruega Suzann Pettersen, su ídolo, se acercó a la navarra en el hoyo 16: “Es tu momento. Estás delante de toda España, de tu país. Hazlo por ellos y clávala”. Y la clavó. Primero con un segundo golpe en ese hoyo para abrochar el birdie, y luego con un tirazo a bandera en el par tres del 17 para fulminar a Nelly Korda y permitir a Europa retener la Solheim con empate a 14. Carlota deseaba una rival de altura en ese choque y el destino le cruzó con la número tres del mundo, ganadora de un grande y del oro olímpico en Tokio. Era el tipo de desafío que necesitaba la española para explotar su mejor golf, una mezcla de pasión y sabiduría, la madurez perfecta en su sexta Solheim. Desde su debut en Colorado 2013, en la primera victoria europea en territorio norteamericano, son 13 puntos logrados en 23 partidos disputados, y cuatro coronas en seis ediciones.
El golf europeo se rindió a sus pies. “Es pura energía. Es una líder sin ninguna duda. Lo fue siempre en los equipos amateurs y desde que empezó a jugar la Solheim es muy apasionada. Tiene un juego brutal. Intimida. No se achica con nada. Se puede enfrentar a cualquier situación que puede superarlo. La comparo con Rafa Nadal”, comenta Marta Figueras-Dotti, pionera del golf español y actual presidenta del circuito femenino europeo (LET). Azahara Muñoz, la otra gran figura española y compañera de Ciganda en torneos por equipos desde amateurs, analiza: “En la Solheim se vuelve loca, pero como persona es muy tranquila, lo hace todo con mucha paciencia. No habla mucho pero es muy graciosa. Y como jugadora, desde pequeña lo ha ganado todo. Nunca se rinde, es súper positiva. Si tiene un mal día, lo acepta y al siguiente puede jugar muy bien. No se martiriza. Ella a sí misma se trata muy bien. Eso como deportista es muy importante. Es lo mejor que tiene, lo que se quiere y cómo confía en ella… Sinceramente me dio un poco de miedo que fuera suyo el punto decisivo y encima en España. No me puedo imaginar la presión que debía tener, pero dio unos golpes espectaculares, no lo podía haber hecho mejor. Esto le va a venir muy bien”.
Carlota completó así el círculo después de ser campeona de España en todas las categorías de formación, desde benjamines hasta la absoluta, un currículo que recoge seis victorias en el tour europeo, dos en el americano, en 2016, a la espera de la cima en un grande. “Es lo que me falta”, se conjura Ciganda, hoy 28ª del mundo y única española entre las 100 mejores del ránking; “me siento preparada y con el juego que se necesita. Debo confiar en mí para dar ese paso”. Hasta ahora colecciona 10 puestos entre las 10 mejores de un grande, entre ellos cuatro terceros puestos, el último este año en el Women’s PGA Championship (en el Evian fue descalificada al firmar a propósito de manera incorrecta su tarjeta al estar en desacuerdo con una penalización por juego lento).
El éxito de esta Solheim refuerza ahora su convicción de que ese escalón está cerca de ser subido. Sería la culminación de un camino que en su debut profesional en 2012, después de forjarse en la Universidad de Arizona, le llevó a conquistar la Orden del Mérito como mejor jugadora del año y que en 2019 la convirtió en la primera española de la historia en el top ten mundial. “Lo que mejor la define es lo profesional y lo competitiva que es cuando juega al golf. A pesar de que tiene mucha experiencia, una de sus mayores virtudes es que quiere evolucionar y mejorar cada día. Es muy fácil acomodarse, pensar que ya lo tienes todo, y ella siempre quiere aprender, está abierta a nuevas cosas. Eso es una parte muy importante de su juego”, explica su caddie, Álvaro Alonso, en su segundo curso trabajando con la navarra. “Carlota ya es leyenda después de esta Solheim. Pero seguirá trabajando para ser mejor y conseguir más cosas”, añade.
Heredera del espíritu que Seve Ballesteros inoculó en Europa, Ciganda fue el mejor pegamento en el vestuario cuando otras figuras afilaron sus egos. La española calló cuando la capitana la dejó fuera en la primera ronda del viernes, y habló en el campo con cuatro puntos de cuatro posibles, sin estar nunca por debajo en el marcador y llegar ni una vez al hoyo 18. Suyo es el grito de “¡Vamos, girls!” que anima al equipo. Nadie como ella para simbolizar la pasión por un torneo en el que las jugadoras no cobran ni un euro. Se paga con la gloria.
Todos los resultados de la Solheim Cup 2023.
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