El plan de Simeone encumbra a Morata
”Sabíamos que sus laterales sufren en los balones pasados y encontramos los espacios en el segundo palo”, dice el técnico rojiblanco
Eufórico, de nuevo como agitador sentimental de la hinchada, Diego Pablo Simeone celebró entusiasmado un triunfo que le alivia a él y a sus futbolistas. “El equipo hizo un buen partido pese a que con el 2-0 retrocedimos demasiado. Ellos se sintieron cómodos y nos hicieron el 2-1″, analizó de arranque. Desde el miércoles, encajado el golpe de que el portero del Lazio marcara el empate en el descuento, Sim...
Eufórico, de nuevo como agitador sentimental de la hinchada, Diego Pablo Simeone celebró entusiasmado un triunfo que le alivia a él y a sus futbolistas. “El equipo hizo un buen partido pese a que con el 2-0 retrocedimos demasiado. Ellos se sintieron cómodos y nos hicieron el 2-1″, analizó de arranque. Desde el miércoles, encajado el golpe de que el portero del Lazio marcara el empate en el descuento, Simeone puso al plantel en modo final. Conocedor de la ciclotimia del grupo, el preparador argentino dirigió sesiones plenas de intensidad. El entusiasmo que puso en los minutos finales para poner en pie al estadio en los minutos finales explicaban la trascendencia de la victoria. Como coreógrafo emocional es inigualable. “Hoy sentimos el estadio, el equipo estuvo muy bien, se dieron todas las situaciones para ganar a un equipo como el Madrid”, reconoció Simeone. No hay un entrenador capaz de generar esa electricidad entre sus aficionados.
El plan que diseñó el Cholo era explotar la debilidad defensiva de las bandas del Madrid. “Sabíamos que sus laterales sufren en los balones pasados al área. Ellos defienden altos y sus laterales suben mucho. Ahí encontramos los espacios con el balón al segundo palo”, apuntó Simeone. La consigna era buscar el uno contra uno de Samuel Lino contra Lucas Vázquez y de Nahuel Molina y Marcos Llorente contra Fran García. El primer avisó llegó por ese flanco. El segundo, por el lado contrario ya fue definitivo. Lucas Vázquez ni se asomó a tapar el centro enroscado hacia dentro de Lino. Morata apareció por detrás de Rüdiger y peinó la pelota para desviar la trayectoria y alejarla de Kepa.
El tanto abrió el festín que se dio el Atlético en el juego aéreo. Tuvieron oficio los futbolistas de Simeone para seguir martilleando a Lucas Vázquez con Lino. El brasileño retrató al lateral madridista con un autopase que encendió a la hinchada. La siguiente maniobra fue pasarle un balón por la espalda para que Saúl pusiera un centro templado al corazón del área. Allí emergió Griezmann entre Alaba y Rüdiger para dirigir un cabezazo picado y certero.
No se habían cumplido veinte minutos de juego y al Atlético se le puso el derbi franco. Fueron los propios jugadores de Simeone los que metieron al Madrid en el partido con un torrente de perdidas de balón que terminó por acularlos en su área. El latigazo de Kroos hizo interminable el primer tiempo para el Atlético. Simeone en la banda se desesperaba y le salió la vena canchera. Recogió un balón en la banda, lo embolsó contra su pecho y no lo soltó hasta que sus futbolistas no estaban colocados para recibir el saque de banda. La psicosis que produce el Madrid cuando huele una remontada sobrecogió al Metropolitano, a Simeone y a sus futbolistas.
El fin del primer acto alivió a Simeone, que enfiló pensativo el túnel de vestuario. “Hablamos en el descanso de que si jugábamos así íbamos a perder y mejoramos”, relató el Cholo. Fue su plan de atacar los costados del Madrid el que le devolvió la tranquilidad al poco de la reanudación. Otra vez Saúl puso un centro templado y de nuevo Morata se elevó entre los centrales madridistas para marcar su segundo tanto, el quinto en lo que va de curso. Cuando fue reemplazado por Memphis, se llevó la ovación más sentida desde que es jugador del Atlético. “En el descanso el Cholo nos dijo que teníamos que jugar al fútbol, que nosotros sabemos hacerlo”
Desde 2015, el equipo de Simeone no marcaba tres goles de cabeza en un partido. La ventaja ya pareció definitiva. Y cuando el Madrid apretó, el Cholo encendió el graderío. Y cuando el partido concluyó, no salió corriendo hacia el vestuario como es habitual en él. Se quedó contemplando como sus jugadores daban la vuelta al campeón
El triunfo del Atlético quedó empañado por un incidente con dos aficionadas del Real Madrid. La Cadena SER relató que una madre y su hija que lucían la camiseta de Vinicius fueron insultadas e intimidadas por un grupo de ultras del Atlético cuando se disponían a entrar al Metropolitano. Otro golpe bajo para el fútbol, que no logra erradicar ese tipo de comportamientos que tanto daño le hacen. LaLiga ya ha comunicado que denunciará los hechos.
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