El Athletic se deshace de sus fantasmas en Pamplona

Domina en el inicio y sufre con uno menos en la segunda parte para ganar a Osasuna y sumar sus primeros puntos

Iñaki Williams (d) le disputa el balón a Johan Mojica en el Athletic-Osasuna.EFE/Jesus Diges (EFE)

Las últimas dos visitas del Athletic a El Sadar, en Copa y Liga, fueron frustrantes para los hombres de Valverde, porque el sistema que plantó Arrasate neutralizó cualquier intento bilbaíno de acercarse a la portería de Osasuna, pero este sábado, en medio del ferragosto pamplonica, cambió el panorama desde muy pronto. Activos los hermanos Williams por las bandas, se convirtieron en una pesadilla para la zaga rojilla. Vestido de blanco,...

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Las últimas dos visitas del Athletic a El Sadar, en Copa y Liga, fueron frustrantes para los hombres de Valverde, porque el sistema que plantó Arrasate neutralizó cualquier intento bilbaíno de acercarse a la portería de Osasuna, pero este sábado, en medio del ferragosto pamplonica, cambió el panorama desde muy pronto. Activos los hermanos Williams por las bandas, se convirtieron en una pesadilla para la zaga rojilla. Vestido de blanco, no parecía el equipo gris que se enfrentó al Real Madrid en la primera jornada.

Antes del minuto 10 ya había marcado Iñaki Williams, llegando desde atrás a un centro de su hermano que sobrevoló a los centrales; un rato más tarde, Sancet les puso los vellos de punta a sus paisanos en una jugada personal, y un minuto más tarde marcó Guruzeta el segundo del Athletic después de un doble regate de Nico, que se la dejó para empujar.

El Athletic había neutralizado el empuje inicial de Osasuna y se hizo dueño del centro del campo, con Galarreta y Vesga. Con las líneas adelantadas ahogó al equipo navarro y ser acercó con peligro al área de Aitor. La primera aproximación peligrosa a la portería de Unai la desarmó el portero internacional en el mano a mano con Rubén García. No volvería a tener otra Osasuna hasta el descuento, pero el centro al segundo palo le cogió a Mojica en posición incómoda.

Tras la pausa apretó más el equipo navarro en el inicio, y la presión se hizo más intensa después de la expulsión por doble amarilla de Sancet. Quedaban muchos minutos por delante y el equipo navarro apretó sin remilgos. Ocupó las bandas y se dedicó a bombardear el área con centros laterales, pero de esa manera facilitó su juego a los centrales, apoyados en la tranquilidad y la seguridad de Unai Simón, un coloso cuando le tocó intervenir.

Gozando al principio, sufriendo al final, el Athletic se llevó los tres puntos de Pamplona en un partido que acabó en bronca después de una entrada terrorífica de Chimy Ávila a Berenguer ya en el descuento.

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