Alcaraz y Tsitsipas, entre siestas y descanso

Evasivo, Carlos Alcaraz se limitaba el domingo a contestar que tenía que “debatir” con su equipo si el día después de haber logrado el pase a los cuartos de París, iba a ejercitarse en pista o bien descansar, hábito que definitivamente ha incorporado a este recorrido por el grande francés. A primera hora de este lunes, en el programa de entrenamientos del torneo volvía a faltar su nombre, por cuarta vez consecutiva entre partido y partido. “No he entrenado y me ha venido bien”, comentaba un par de días atrás...

Evasivo, Carlos Alcaraz se limitaba el domingo a contestar que tenía que “debatir” con su equipo si el día después de haber logrado el pase a los cuartos de París, iba a ejercitarse en pista o bien descansar, hábito que definitivamente ha incorporado a este recorrido por el grande francés. A primera hora de este lunes, en el programa de entrenamientos del torneo volvía a faltar su nombre, por cuarta vez consecutiva entre partido y partido. “No he entrenado y me ha venido bien”, comentaba un par de días atrás, sin querer aportar más sobre un asunto que desde su equipo, precisan, han decidido “tratar internamente”.

En todo caso, los resultados han sido hasta ahora más que positivos. El murciano, de 20 años, ha resuelto las cuatro primeras rondas con relativa holgura y en la última aparición, frente a Lorenzo Musetti, multiplicó sus prestaciones. El reposo –trabajo preventivo en el hotel, gimnasio, fisioterapia y nutrición controlada– le funciona y las siestas previas a los duelos también. Trata Alcaraz de airear la mente e intentar que no le coma la competición, evadiéndose con su gente –familia, equipo y amigos– y despejándose visitando algunos de los lugares emblemáticos de la capital francesa como la Torre Eiffel.

“Un tenista no dispone de demasiado tiempo libre durante el año, porque cuando voy a competir estoy muy centrado en los entrenamientos y las rutinas fuera de pista. Conservo muchos amigos de la infancia y cuando paso tiempo libre en Murcia estoy mucho con ellos, aunque debo ser responsable a la hora de mezclar el ocio con la vida profesional”, previene; “es clave tener a mi gente aquí, poder salir a pasear, hacer bromas y desconectar un poco del tenis. Tengo la fortuna de que a mi equipo lo considero también parte de mi familia y eso me da mucho equilibrio y paz durante los torneos”.

Ha adoptado la costumbre del sueño –“entre 30 y 40 minutos”– y le imita el rival de esta noche (20.30, Eurosport) en la central, el griego Stefanos Tsitsipas. Una cabezadita antes de empezar a pelotear le dio un plus hace dos días al número cinco de la ATP, que se define como un tenista “artístico” y que hace acopio de cualquier elemento que le permita revertir la situación frente al español, que le ha derrotado siempre.

“Relájate, hermano”

“No suelo hacerlo, pero por primera vez desde hace mucho he dormido antes del partido. No sé hasta qué punto me ha ayudado o no, pero me he sentido bien”, comentaba el griego tras reducir el domingo al austriaco Sebastian Offner, después de haberse deshecho previamente de Jiri Vesely, Roberto Carballés y Diego Schwartzman; “creo que es una buena manera de recargar energías antes de jugar, siempre y cuando no sea una o dos horas, porque en ese caso podría llegar a ser un problema; no quiero estar lento y pesado, trato de evitarlo”.

El ateniense ha perdido los cuatro partidos que ha disputado hasta ahora contra Alcaraz, que busca acceder por primera vez a la penúltima ronda de Roland Garros y que mentalmente ha desarmado a su adversario. Le batió en Nueva York cuando apenas le empezaba a salir la barba y el curso pasado le superó en Miami y Barcelona; esta temporada, el correctivo fue todavía más severo en la final del Godó, en la que hubo una distancia más que considerable entre uno y otro. “Relájate, hermano, y deja algo para los demás”, le dedicó el griego, medio broma, medio en serio. Y se aplica Alcaraz, que sigue los pasos del suizo Roger Federer –partidario de ahorrar fuerzas antes de los partidos, especialmente en su etapa final– para salvaguardar su físico.

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