El Barcelona despide con júbilo al viejo Camp Nou

Los azulgrana golean a un débil Mallorca, que se quedó con 10 al cuarto de hora, en la despedida de Alba y Busquets

Jordi Alba y Sergio Busquets son manteados por los jugadores del Barcelona tras la victoria ante el Mallorca en la Liga, en el Camp Nou este domingo.Enric Fontcuberta (EFE)
Barcelona -

El último marcador del viejo Camp Nou fue consecuente con una jornada pletórica de afirmación barcelonista: 3-0. El equipo goleó al Mallorca, Jordi Alba y después Sergio Busquets tuvieron su momento para una emotiva sustitución y despedida, y la gent blaugrana no paró de recorrer las gradas para recordar con el móvil en la mano el día que se despidió del estadio inaugurado el 24 de sept...

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El último marcador del viejo Camp Nou fue consecuente con una jornada pletórica de afirmación barcelonista: 3-0. El equipo goleó al Mallorca, Jordi Alba y después Sergio Busquets tuvieron su momento para una emotiva sustitución y despedida, y la gent blaugrana no paró de recorrer las gradas para recordar con el móvil en la mano el día que se despidió del estadio inaugurado el 24 de septiembre de 1957. El viejo Camp Nou será reformado hasta que se convierta en el nuevo Camp Nou en noviembre de 2024. La jornada invitaba por tanto a cumplir con el mejor protocolo: ganar, marcar el último gol —Gavi— y ayudar a Ter Stegen en el Zamora y a Lewandowski en el Pichichi.

Apenas hubo espectadores en una jornada impregnada de barcelonismo, pintados de azulgrana los alrededores del estadio, la grada y la cancha en la que compareció como invitado el Mallorca. Hasta los hinchas vistieron de azulgrana como los jugadores en una jornada de militancia culé que alcanzó su punto álgido cuando la afición cantó a capela el himno del Barça. La musicalidad y la coreografía contagiaron al equipo y encendieron la vena más artística de Lewandowski. El Pichichi del campeonato (23 tantos) se ofreció como asistente de Ansu Fati en dos jugadas exquisitas que acabaron en dos goles del 10.

Al minuto de juego, Lewandowski filtró con el tacón un pase en profundidad para el desmarque de Gavi y el pase del interior superó la salida del portero para que fuera rematado por Ansu Fati. El delantero repitió después de un toque delicioso de Lewandowski, muy bien perfilado para dar continuidad a una acción de De Jong, siempre dinámico en un partido que se jugó cuesta abajo para el Barcelona. El Mallorca no salió de su área desde que saltó al campo con el portero suplente Greif. No solo encajó un gol antes de que pudiera abrir la boca sino que al cuarto de hora se quedó con diez por la expulsión de Amath.

El delantero entró al tobillo derecho de Balde y el árbitro le mostró la tarjeta roja después de consultar con el VAR. El lateral, que salió de la cancha sin poder caminar, sufre una rotura parcial del ligamento lateral externo y estará de baja de seis a siete semanas según el parte médico del Barcelona. Las únicas noticias que salían del campo eran las ocasiones falladas por los azulgrana mientras los hinchas insistían en sus cánticos, cada vez más dispersos, después del “Messi, Messi” —minuto 10— y “A segunda oé, oé” —cuando el Espanyol empezó con un gol en contra en Mestalla—. Los blanquiazules remontaron —al final descendieron— y el Barça se había parado en el 2-0.

Ya no había más reto que el de poner a salvo la meta de Ter Stegen para dignificar el Trofeo Zamora. Ya son 26 partidos a 0 en la Liga, al igual que Liaño en la temporada 1993-1994, después de que su excelente currículo —nueve tantos encajados en 30 partidos— había quedado emborronado en las tres últimas jornadas, cuando el equipo se dejó ir después del alirón cantado en Cornellà-El Prat.

Queda pendiente todavía marcar un gol de falta después que el último anotado fuera el 2 de mayo de 2021 en Mestalla cuando el francotirador era Messi. El intento de Lewandowski, sin embargo, topó con el larguero del Mallorca cuando parecía superado Greif. El tercer tanto, el último del partido y del Camp Nou fue marcado por Gavi.

El volante cruzó un zurdazo a pase de Dembélé en una jugada que fue un guiño al lema de la camiseta de los campeones: “La Lliga és nostra. El futur, també”. Nadie mejor que Gavi, un internacional de 18 años cuyo contrato profesional está a la espera de ser inscrito en la Liga, para culminar una tarde-noche nostálgica —por el campo, por Alba, por Busquets— y al tiempo prometedora —por el estadio que empezará a construirse mientras se juegue en Montjuïc— y por el equipo joven que se anuncia con Gavi, Balde, Araujo, Pedri y quién sabe si también Ansu Fati, el goleador recuperado ante el convidado Mallorca.

El equipo de Aguirre, que ha completado una temporada estupenda, estuvo de paso y no dejó más recado que la patada de Amath a Balde. Nunca se entrometió en la fiesta del barcelonismo que se prolongó hasta muy tarde con varios parlamentos, sardanas y cantos varios, punto final a la historia del viejo y ya añorado Camp Nou.

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