Carlos Alcaraz cae eliminado del Masters de Roma
El tenista murciano, número dos de la ATP tras este torneo, ha perdido en dos sets (6-3 y 7-6 (4) ante Fábián Marozsán, número 135 del mundo
Para Fábián Marozsán (Budapest, Hungría; 23 años), camiseta roja, pantalón negro, como un cualquiera que sale a correr por la tarde al terminar la jornada la laboral, el de Roma era su primer torneo con cara y ojos en la ATP; nunca antes había pasado una previa. En el número 135 de la clasificación, se plantó en el Foro Itálico y envió para casa al chaval del que todos hablan en las canchas de tenis. Carlos Alcaraz, 20 años, que será de nuevo número uno del tenis mundial al terminar el torneo italiano, cayó en dos sets (6-3 y 7-6 (4) ante un chico que sorprendió tanto como él mismo sorp...
Para Fábián Marozsán (Budapest, Hungría; 23 años), camiseta roja, pantalón negro, como un cualquiera que sale a correr por la tarde al terminar la jornada la laboral, el de Roma era su primer torneo con cara y ojos en la ATP; nunca antes había pasado una previa. En el número 135 de la clasificación, se plantó en el Foro Itálico y envió para casa al chaval del que todos hablan en las canchas de tenis. Carlos Alcaraz, 20 años, que será de nuevo número uno del tenis mundial al terminar el torneo italiano, cayó en dos sets (6-3 y 7-6 (4) ante un chico que sorprendió tanto como él mismo sorprende a los veteranos de las pistas. Era la tercera ronda del torneo de Roma, quinto ATP Masters 1.000 de la temporada y disputado sobre tierra batida y la que el murciano llegó henchido de confianza tras imponerse en sendas finales de la misma superficie, en el Conde Godó de Barcelona y el Mutua Madrid Open. Pero la solidez del húngaro le obligó a enfilar el camino de vuelta a casa antes de lo esperado. Tras una hora y 42 minutos de juego y sin el brillo al que acostumbra, Alcaraz no pudo neutralizar el nivel alto e intenso mostrado por Marozsán, que creyó en el triunfo de principio a fin.
El de Roma es el primer torneo de 2023 en el que el español no alcanza, al menos, las semifinales. El de El Palmar siempre fue a remolque de su rival, que amenazó con una bola de break ya en el primer juego. El húngaro terminó por convirtir el doble de golpes ganadores (30) que Alcaraz, al que no le sirvió su habitual potencia con la raqueta, sorprendido en ocasiones por la pillería de Marozsán, que dio a Carlitos a probar de su propia medicina, con unas cuantas dejadas como las que están haciendo popular al español.
Con mucho desparpajo y sin complejos, el húngaro, número 135 del mundo, logró el premio del break en un cuarto juego que venció en blanco para poner el 3-1 a favor. Después, no le temblaron las piernas y confirmó la rotura con su saque y puso el 4-1 en el marcador. Alcaraz se mostraba desorientado, incapaz de neutralizar el potencial de su rival. Y no reaccionó a tiempo en el primer set, que cayó del lado del húngaro al aprovechar la primera de las tres bolas de set de las que gozó con 5-3 y 40-0 para cerrar (6-3). El segundo set estuvo mucho más igualado, más concentrado el murciano, vamooooos, se gritaba a sí mismo, la mirada perdida en el horizonte. Pero esta vez no pudo ser. Marozsán volvió a romperle el servicio para ponerse 4-3, igualó Alcaraz (5-5) y entre reveses y saques mortíferos llegaron al desempate. El todavía número 2 de la ATP se plantó con un 4-1 que parecía definitorio hasta que el húngaro empezó a remontar. Tuvo dos bolas de partido que no desaprovechó. Y se llevó el tie-break y con este, el partido.
“He intentado pelear, estar ahí todo el rato. En el segundo set he tenido mis oportunidades, me ha hecho break y le he hecho contrabreak. He tenido mis oportunidades pero no he sabido leerlas, eso es lo que me ha jodido, me ha pasado factura”, declaraba el español al finalizar el partido. Pese al desencanto, Alcaraz ya mira hacia Roland Garros, sin remordimientos. París es su gran objetivo en esta temporada de tierra batida.
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