No hay quien pueda con el Barcelona de balonmano

Impulsado por Nielsen y Cindric, el equipo azulgrana bate al GOG (30-37) en la ida de los cuartos de la Champions para sumar 25 duelos europeos invicto y arrimarse a la ‘Final Four’

Cindric, máximo goleador azulgrana con ocho tantos, desmontó la defensa del GOG.Mads Claus Rasmussen (EFE)

En el penúltimo entrenamiento en la Ciudad Deportiva, Carlos Ortega trabajó muchos ejercicios de saltar a la presión ante algún que otro escepticismo, pero articuló un discurso que acabó por convencer a todos, pues entendía que la intensidad sería el sello de la eliminatoria ante el efervescente Gudme (GOG) danés. No se equivocó. Después, reunió al equipo y fue claro. “Tened en cuenta que casi seguro que vamos los 18 a Dinamarca”, advirtió, consciente de la capitalidad del encuentro, la ida de unos...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En el penúltimo entrenamiento en la Ciudad Deportiva, Carlos Ortega trabajó muchos ejercicios de saltar a la presión ante algún que otro escepticismo, pero articuló un discurso que acabó por convencer a todos, pues entendía que la intensidad sería el sello de la eliminatoria ante el efervescente Gudme (GOG) danés. No se equivocó. Después, reunió al equipo y fue claro. “Tened en cuenta que casi seguro que vamos los 18 a Dinamarca”, advirtió, consciente de la capitalidad del encuentro, la ida de unos cuartos de final de la Champions League, paso previo para la Final Four que se disputará, como ya es habitual, en Colonia el 17 y 18 de junio. La empresa es morrocotuda, pues el Barça pretende batir su propio récord, toda vez que suma dos laureles seguidos —cosa que nunca nadie consiguió— y enfoca hacia la tercera. Tras el envite en Dinamarca y gracias a Nielsen en la portería y Cindric (8 goles) en la rival, tiene pie y medio a falta de la vuelta, la próxima semana.

Pronto evidenciaron los dos equipos que les va la marcha, que lo suyo es correr —aunque el Barça, con Ortega en el banquillo tras relevar a Xavi Pascual, también disfruta del juego estático—, un balonmano eléctrico y de contragolpe, también de altos vuelos. La propuesta, sin embargo, desgastó al GOG porque tiene un equipo titular de aúpa (el portero internacional sueco Tobias Thulin; su líder en la pista, el veterano central Morten Olssen; los laterales Emil Madsen y Simon Pytlick, y el pivote Lukas Jorgensen) pero una segunda unidad desbravada, cuestión de billetera y presupuesto. Pero de inicio también le pesó el guardameta azulgrana Emil Nielsen, auténtico espantapájaros de oro.

Una mano por aquí, un pie por allá y el larguero o el poste por acullá. Puede que a Nielsen le sobre algún kilo —puesto específico que no requiere de resistencia—, pero no le falta nada de elasticidad ni de reflejos, tampoco de habilidad. Un recital en toda regla, un molinillo que se le atragantó al Gudme y que pretendió replicar Thulin en su área, notable su actuación pero insuficiente frente al ciclón azulgrana. Y todo a la velocidad de la luz. Como ese tanto de Janc, que recibió rápido el balón de Nielsen tras un gol en contra y desde el medio del campo hizo diana porque no le dio tiempo al portero a volver a pista.

Había prisa, ataques supersónicos y pocos tan buenos para correr como Luka Cindric, que en los entrenamientos suele sacar músculo a sus compañeros cuando marca un tanto de bella factura. Gesto que se ahorró en el Jyske Bank Arena pero que bien podría haber hecho, disparos de recortada que sacaban chispas a la red. Algo similar a lo que lograba Melvin Richardson y que, más sutil, repetía Fabregas como pivote. Una eficiencia que el Barça expresó en el marcador desde bien pronto con dos tantos de ventaja para alcanzar los cuatro (11-15) y cerrar antes del entreacto con cuatro (15-19).

Tras el descanso el guion se mostró inflexible, con el mago Cindric de nuevo apareciendo en tierra de gigantes para hacer sus tantos, show time del bueno, también con la exuberancia física de Dika Mem, un Hulk que acabó dándose de bruces con el suelo porque se lastimó el gemelo derecho y fue sacado de la pista por los compañeros. A la fiesta culé se unió Wanne —evidencia de que el banquillo del Barça tiene carrete y quilates—, siempre con la varita en las manos para hacer fácil lo difícil. Bocados de los azulgrana que ponían de relieve su capacidad goleadora, por más que Madsen (9 goles) y Tollbring (6) se resistieran a su sino, felices cuando el Barça se quedaba en inferioridad numérica. Pero si algo fallaba, claro, bajo los palos estaba Nielsen, tan inspirado que hasta paraba con la cara y que apenas le dio espacio a Gonzalo Pérez de Vargas, otro meta universal.

Triunfo con siete goles de ventaja y de categoría para el Barça, que suma 25 duelos invicto en la Champions —23 victorias y dos empates—, y sella medio billete para la Final Four.

GOG, 30 – BARCELONA, 37

GOG: Thulin; Morten Olsen (4), Madsen (9), Pytlick (2), Tollbring (6), Jorgensen (5), Rasmussen (2), Pedersen (2), Jakobsen (0), Clausen (0) y Legér (0), Cehte (0).

Barcelona: Nielsen y Gonzalo Pérez de Vargas; Cindric (8), Dika Mem (4), Melvin Richardson (4), Aleix Gómez (2), N’guessan (4), Martí Soler (1), Ludovic Fabregas (5), Hampus Wanne (4), Janc (2), Makuc (2) y Luis Frade (1).

Parciales cada cinco minutos: 2-3, 5-7, 8-11, 11-15, 14-17 y 15-19 —descanso— 17-23, 20-25, 22-29, 25-31 27-34 y 30-37.

Árbitros: Arthur Brunner (Suiza) y Morad Salah (Suiza). Excluyeron por dos minutos a Clausen, Fabregas, Jorgensen, Dika Mem y Cehte.

Jyske Bank Arena. Unos 5.000 espectadores.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En