Álex Rins da un soplo de aire fresco a Honda: “Es la luz al final del túnel”
La victoria del piloto de 27 años en su tercera carrera con la marca japonesa en Austin abre una nueva vía para sacar punta al rendimiento de una moto en horas bajas
Nadie en su sano juicio daba un duro por una victoria de Honda este fin de semana en el GP de las Américas. Ni el propio Álex Rins, brillante ganador en uno de sus circuitos favoritos, ni su jefe de equipo, un exultante Lucio Cecchinello. Jamás hubieran imaginado que podrían estar tan arriba con una moto que llegó a la cita en Estados Unidos en la última plaza del campeonato de constructores. No había tampoco precedentes a los que agarrarse: desde 2018, solo Marc Márquez habí...
Nadie en su sano juicio daba un duro por una victoria de Honda este fin de semana en el GP de las Américas. Ni el propio Álex Rins, brillante ganador en uno de sus circuitos favoritos, ni su jefe de equipo, un exultante Lucio Cecchinello. Jamás hubieran imaginado que podrían estar tan arriba con una moto que llegó a la cita en Estados Unidos en la última plaza del campeonato de constructores. No había tampoco precedentes a los que agarrarse: desde 2018, solo Marc Márquez había logrado situar a la marca del ala dorada en lo más alto del podio.
Tras una larga sequía de dos años y medio, Rins demostró, sin contar ni mucho menos con el apoyo pleno de la fábrica japonesa, que deberían escucharle atentamente a partir de ahora. “Desaprovechado”, según él mismo se definió el jueves en Texas, sin poder contar con las mismas piezas que sus compañeros en el taller vecino, el del equipo oficial, el piloto barcelonés de 27 años regaló un estallido de alegría de valor incalculable a su nueva escuadra.
“Estamos todos encantados. Ha sido un enorme trabajo de Álex, pero también de Honda y todo el equipo. Es como un sueño, todavía no me lo creo”, compartía Cecchinello, jubiloso por el podio número 100 de su estructura. “Todos somos muy apasionados, pero es también un trabajo muy estresante. A veces necesitas esto, un buen resultado, para motivarte de nuevo”, añadía. Hacía cinco años que una Honda satélite no ganaba una carrera -en el GP de Argentina de 2018 con Cal Crutchlow-, una situación del todo inesperada que llegó en una jornada donde las otras tres motos de la marca, con Márquez de baja por lesión, terminaron por los suelos. “Es la luz al final del túnel, aunque esto no significa que hayamos salido del túnel. Todavía nos queda trabajo, pero significa mucho. Esto demuestra que vamos por el camino correcto”, aseguraba el expiloto italiano y jefe del LCR, proyecto propio que fundó en 1996.
Fabio Quartararo y Luca Marini, fascinados por ver a su colega en el cajón más alto, interrogaron en profundidad al barcelonés antes de la ceremonia del podio. “¿Dónde marcaste la diferencia, dónde fuiste más fuerte?”, le preguntaba el hermano de Valentino Rossi, incapaz de cazarle con la Ducati. “En el sector dos, allí era muy rápido”, anticipaba el francés de Yamaha. “Sí, sobre todo en las chicanes”, reconocía Rins. Sus rivales intentaron sacarle más información, pero él tampoco quiso darles el ingrediente secreto. “¡Eres peor que tu hermano!”, le soltó al italiano.
Desde sus comienzos en Suzuki, Rins es considerado como uno de los pilotos más finos de la parrilla, una herencia del estilo tradicional en la categoría intermedia. “Álex es un tipo de piloto al que no le gusta el filtro de la electrónica. Prefiere tener más potencia en la moto y todo el poder de entrega en su muñeca”, analiza Cecchinello. “Sin duda, su estilo es totalmente opuesto, más propio de Moto2. Hace que la rueda trasera patine menos. Yo y Joan [Mir] intentamos parar la moto y levantarla lo antes posible, abrir el gas al máximo, pero eso nos genera demasiado deslizamiento en la rueda, por lo que no ganamos nada”, concreta Takaaki Nakagami, su compañero de equipo. La capacidad de ganar con un estilo menos agresivo que el de Marc Márquez, el único piloto capaz de extraer el máximo rendimiento a la Honda en los últimos tiempos, da un soplo de aire fresco a los ingenieros y abre una nueva vía para desarrollar una moto estancada desde que empezó el calvario de lesiones del octocampeón del mundo.
“Estoy creando mi base y está funcionando bastante bien. Dimos un paso al frente en Argentina y aquí otro más”, argumentó el protagonista del fin de semana. “Diría que con esta base vemos el potencial para quedarnos en el grupo delantero, pero no sé si podremos repetir un resultado así”, valoraba su jefe de equipo. Su gusto por el trazado -ganó aquí en cada una de las tres categorías mundialistas- explica buena parte del magnífico resultado, pero desde el seno del fabricante apuntan a que han hallado motivos para ser optimistas. “Hemos encontrado algo en la moto que creo que nos puede ayudar mucho en el futuro. Es la mejor sensación que he tenido hasta ahora”, apuntaba Joan Mir, del equipo oficial, a pesar de terminar con caída el fin de semana.
Rins no quiere todavía echar las campanas al vuelo. “Hay que ir a las siguientes carreras con los pies en el suelo. Empezamos de cero, ya que esta sigue siendo una moto nueva para mí”, añadió sin soltar prenda sobre si realmente cree que la Honda vuelve a ser una máquina lo suficientemente competitiva para retar a sus rivales europeas. En el GP de España, que se disputa en Jerez del 28 al 30 de abril, la fábrica del ala dorada espera poder confirmar su paso al frente. Con suerte, además, podrán volver a contar con Marc Márquez, ausente por lesión en las dos últimas citas.
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