Julián Álvarez remonta ante el Liverpool y mete presión al Arsenal
El argentino endereza al City, mermado por las bajas de Haaland y Silva en la carrera por el título que lidera el equipo de Londres, goleador (4-1) ante el Leeds
Sin Haaland, su goleador, y sin Bernardo Silva, su contramaestre, el Manchester City se abocó al riesgo extremo en una tarde con valor de campeonato. Lo visitaba el Liverpool, que incluso en sus momentos más tristes inspira miedo en el Etihad. El equipo local necesitaba ganar para mantenerse en la persecución del Arsenal. Lo consiguió contracorriente, a remonte del 0-1 de Salah, gracias al...
Sin Haaland, su goleador, y sin Bernardo Silva, su contramaestre, el Manchester City se abocó al riesgo extremo en una tarde con valor de campeonato. Lo visitaba el Liverpool, que incluso en sus momentos más tristes inspira miedo en el Etihad. El equipo local necesitaba ganar para mantenerse en la persecución del Arsenal. Lo consiguió contracorriente, a remonte del 0-1 de Salah, gracias al plan excéntrico de Guardiola, rematado por una actuación memorable de Julián Álvarez.
El argentino no está bendecido por la sensibilidad en los pies, pero su velocidad de pensamiento le transporta a una dimensión incontrolable para sus adversarios. Los tres primeros goles del City llevaron su marca: apoyos vertiginosos, toques rápidos, dinamismo incesante, y puntería. “No tengo duda de que hará un buen papel”, dijo Guardiola la víspera, cuando le preguntaron por el soporte que ofrecía Álvarez en ausencia de Haaland, que suma 42 goles en 37 partidos esta temporada y sufre una lesión inguinal. “Julián es muy agresivo, especialmente sin balón. Es impresionante por su coraje y su personalidad porque solo tiene 24 años. ¡Y miren su ratio de goles por minuto!”.
Julián Álvarez mete un gol cada 130 minutos aproximadamente, si se contabiliza el primero del City ante el Liverpool. Un gol importantísimo porque sirvió para igualar el tanto de Salah en el minuto 17. En lo más empinado de la tarde, contra un adversario que se crecía con cada contragolpe, el City respondió con un coraje impropio de un equipo que ha ganado cuatro Premiers en las últimas cinco temporadas.
La crisis de los primeros minutos fue inevitable. A falta de laterales, lesionados o perdidos en el mercado, Guardiola reorganizó el 4-3-3 con cuatro centrales. Hizo que Akanji y Aké taparan las bandas, puso a Días en el eje, y despegó a Stones como pseudocentrocampista. No tuvo más remedio el técnico español, que debió compensar la suplencia de Bernardo Silva, mermado por una gripe. Hasta que Stones y Rodri comenzaron a entenderse, cosa que resultó emocionante, el City vivió peligrosamente expuesto a los zarpazos de Salah y Jota, inventores del 0-1. Después de casi media hora de esforzados ajustes defensivos que implicaron a Grealish y a Álvarez en coberturas heroicas, el City dio en la diana. Bajó De Bruyne a lanzar a Mahrez por la banda, y de la combinación del francés con Gundogan surgió la flor del desequilibrio. El pase de Gundogan a Grealish fue sintomático de dos cosas: la clarividencia de Gundogan y la descomposición del flanco derecho de la zaga del Liverpool, en donde Konaté y Alexander-Arnold alternan indolencias y despropósitos. Liberado Grealish para pasar, Álvarez anotó el empate y puso los cimientos de la remontada.
“Agradezco a los ojeadores”
Lo más rutinario que hizo el delantero argentino contra el Liverpool fue el gol. A sus 24 años acaba de renovar su contrato con el City hasta 2028. Guardiola ya ha verificado que su talento es tan profundo como invisible para los hinchas de barra de bar. Porque Julián Álvarez, como dijo el entrenador, brilla sin balón. Sus desmarques de apoyo, esas cosas que hace mientras los demás tienen la pelota, ayudaron a Stones y a Rodri a salir de la presión en su campo, lo mismo que desencajaron a Van Dijk en campo del Liverpool. El recital de movimientos le permitió habilitar a Mahrez con un cambio de frente que propició el 2-1 de De Bruyne, y ayudó a Stones a maniobrar como mediapunta en la acción que desembocó en el 3-1 de Gundogan.
“Julián participó en todos los goles y jugó con una gran inteligencia”, dijo Guardiola después del partido. “Por algo es el delantero titular del campeón mundial. Debo agradecer a los ojeadores del City por haberlo descubierto”.
El City pagó 20 millones de euros a River Plate por Julián Álvarez, en el verano pasado, más o menos por las mismas fechas en que el Liverpool pagó 100 millones de euros por Darwin Núñez. El destino de los dos equipos quedó sellado en el mercado. Hoy, según los tasadores de las consultoras más cualificadas al servicio de de la Premier, el valor de ambos futbolistas es aproximadamente el inverso: el evidente, el potente, el atlético Núñez, que fue suplente en Manchester, vale 20 millones de euros. Su contraparte, el chaparro Álvarez, vale 80 millones más.
Gabriel Jesús, soberbio en el 4-1 del Arsenal
El Arsenal jugó en el siguiente turno. A las 16:00 en el Emirates, el líder de la Premier recibió al Leeds de Marc Roca. Ese fue el reparto de fuerzas: Odegaard, Martinelli, Trossard y Gabriel Jesús contra Marc Roca, una batalla desigual que el mediocentro español libró palmo a palmo hasta que un penalti rompió el dique. Lo provocó Gabriel Jesús, un portento futbolístico, un líder por empuje, por vocación de crecer, por generosidad y humildad. El regreso del nueve ha servido al Arsenal para sostenerse en la excelencia cuando el equipo daba señales de perder la energía. En sintonía con Martinelli, Trossard y Odegaard, tres futbolistas de primera categoría, Gabriel Jesús acabó resquebrajando al Leeds. El 2-0, tras una combinación con Trossard y una arrancada furibunda hacia el área chica, culminó una actuación soberbia. No es “caos”, en palabras de Arteta, lo que genera Gabriel Jesús con sus maniobras sin balón. Es pura armonía de la combinación en espacios reducidos. El orden más difícil de alcanzar en el fútbol. El 4-1 final deja las cosas como estaban: muy complicadas para el Manchester City.
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