Crisis a la española en la selección femenina de fútbol de Francia
La salida de cinco jugadoras en febrero, entre ellas la capitana Wendie Renard, provoca la destitución de la seleccionadora Diacre y evidencia un cisma en el equipo galo que recuerda a la renuncia de 15 futbolistas de la Roja
“Desgraciadamente, no jugaré este Mundial en estas condiciones”. La frase, pronunciada el 24 de febrero por la capitana de las bleues, cayó como un jarro de agua fría. Ese día, Wendie Renard anunció que abandonaba la selección femenina de Francia a cinco meses del certamen internacional. Un grito de alarma al que se sumaron otras cuatro jugadoras y que terminó con...
“Desgraciadamente, no jugaré este Mundial en estas condiciones”. La frase, pronunciada el 24 de febrero por la capitana de las bleues, cayó como un jarro de agua fría. Ese día, Wendie Renard anunció que abandonaba la selección femenina de Francia a cinco meses del certamen internacional. Un grito de alarma al que se sumaron otras cuatro jugadoras y que terminó con la destitución el jueves de la seleccionadora Corinne Diacre. Las quejas de las futbolistas francesas ponen de relieve unas demandas cada vez más globales: elevar el nivel de exigencia en los equipos nacionales y poder competir con mejores condiciones.
En su mensaje publicado en Twitter, Renard, de 32 años y con 142 internacionalidades, no aclaró las razones concretas de su marcha, pero dio algunas pistas al mencionar que el sistema actual estaba “muy lejos de las exigencias que requiere el más alto nivel”. Al igual que las 15 jugadoras que renunciaron a la selección española de fútbol, señaló que su partida era necesaria para preservar su “salud mental”.
Unas horas después, las delanteras Marie-Antoinette Katoto y Kadidiatou Diani, ambas del PSG, abandonaron también el barco. En sendos comunicados, la primera advirtió que ya no estaba “en sintonía con la gestión del equipo francés y los valores transmitidos” y la segunda pidió que se aplicaran cambios “profundos” y “necesarios” para volver a lucir la camiseta tricolor.
El movimiento continuó al día siguiente con los respaldos de las defensas Griedge Mbock y Perle Morroni, que denunciaron en Instagram la brecha entre sus ambiciones y el management del grupo. Morroni, de 25 años y que no ha sido convocada desde el pasado abril por la ahora ex seleccionadora Diacre, recalcó haber sufrido personalmente por esta situación.
El anuncio de las disidentes francesas recibió el apoyo de otras futbolistas, como la noruega Ada Hegerberg, compañera de equipo de Renard en el Olympique de Lyon y que en 2019 renunció a participar en el Mundial de Francia como protesta por la desigualdad que reina en el fútbol femenino. Las campeonas del mundo estadounidenses Megan Rapinoe y Alex Morgan respaldaron también a las francesas, como hicieron unos meses antes con las jugadoras españolas.
En un comunicado, la UNFP, el principal sindicato de futbolistas profesionales de Francia, celebró el “grito de alarma extremadamente valiente” de las bleues sobre la grieta que existía entre la organización del equipo, sus expectativas y los recursos asignados para cumplir los requisitos de alto nivel.
“Siempre, siempre tenemos que luchar”
En las entrevistas que dio después del anuncio, Renard, que es también capitana del Olympique de Lyon, no pronunció expresamente el nombre de Diacre, con la que tuvo muchos roces desde su nombramiento en 2017. A su llegada, la entrenadora le quitó el brazalete de capitana, pese a su larga experiencia en el equipo. Lo recuperó en 2021, ante la sorpresa de todos.
“Tengo la impresión de que para nosotras, las mujeres y deportistas de alto nivel, es complicado. Siempre, siempre tenemos que luchar, aunque eso supone llegar a situaciones individuales complicadas”, lamentó la jugadora nacida en la isla caribeña de Martinica en RMC Sport después de dar un paso al lado.
En otras declaraciones a la cadena TF1, insistió en la necesidad de aumentar la exigencia y el trabajo y recordó que la crisis era latente. “Hace años que deseamos que [la situación] mejore para todo el mundo, que se den más medios y cuando ves que otros países te pasan por delante, piensas que te perdiste de algo”, remarcó.
El caso francés, al igual que el español, pone de relieve las críticas de un grupo de jugadoras hacia los planteamientos tácticos de los técnicos y sus metodologías y maneras de gestionar el grupo. En las últimas semanas, la prensa recogió por ejemplo que Renard había cuestionado la experimentación de un nuevo sistema táctico por la falta de tiempo.
A diferencia de la península, la Federación Francesa de Fútbol (FFF) tomó cartas en el asunto a finales de febrero, cuando el presidente interino Philippe Diallo encargó un informe sobre la situación de la selección. Sus conclusiones evidenciaron “disfunciones irreversibles” en el equipo, por lo que se decidió poner fin a la misión de Diacre al frente de la selección.
Diallo, al frente de la federación desde la dimisión de Noël Le Graët –acusado de acoso sexual– subrayó la “ruptura” entre Diacre y las jugadoras y la necesidad de aprovechar el relevo para dar “una nueva ambición global en favor del fútbol femenino” y de la selección.
La derrota de 2019: un punto de inflexión
La entrenadora, criticada por unos métodos considerados como autoritarios, fue despedida sin haber llevado al equipo francés al éxito, pese a contar con una talentosa generación de jugadoras y de los resultados de los clubes franceses en la Liga de Campeones.
En 2022, Francia se quedó en semifinales del Campeonato de Europa ante Alemania (2-1). Y tres años antes, en 2019, la selección se quedó en cuartos de final tras perder contra Estados Unidos (2-1) en el Mundial organizado en el país galo. Fue un punto de inflexión que impulsó una toma de conciencia entre las jugadoras. Tras el certamen, la exportera de las bleues Sarah Bouhaddi puso en suspenso su carrera internacional y declaró que “ganar un título con esta seleccionadora” le parecía “imposible”.
Diacre empezó a distanciarse también de otras jugadoras, como Gaetane Thiney, que en una entrevista con la agencia France Presse le pidió modernizar su gestión y sentenció: “el fútbol femenino necesita avanzar”. La centrocampista del París FC, que no fue convocada para la selección desde 2019, ha expresado su respaldo a las que alzaron su voz y recordó que hace unos años, algunas jugadoras pidieron ayuda a gritos.
“Las chicas ya no pueden más”, reiteró Kadidiatou Diani a inicios de marzo en TF1. “Creo que hay una verdadera falta de profesionalidad en la selección francesa, el personal es bastante limitado hoy en día. Es la seleccionadora quien decide, no hay un segundo entrenador ni un entrenador específico para las delanteras (...)”, criticó. La delantera del PSG mencionó también otras deficiencias: “Al inicio, el acceso a los tratamientos estaba casi prohibido. Tenías que estar realmente lesionada para que te dieran un masaje o una sesión de tratamiento normal como la que te darían en un club. No es normal”, manifestó.
La FFF aún no ha anunciado quién sustituirá a Diacre. Pero mientras tanto, espera que la manera usada por las jugadoras para expresar sus críticas –a través de mensajes en las redes– no se repita.
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