Alcaraz sube la temperatura en Buenos Aires

La rúbrica llega de la misma forma que transcurre la mayor parte del duelo, a ritmo de vértigo. Mira por el rabillo del ojo Carlos Alcaraz, carga de potencia el movimiento y lanza una última pedrada que besa la línea del pasillo y después se estrella violentamente contra el muro. No hace prisioneros el murciano. ¡Pim-pam-pum! Dusan Lajovic sucumbe al tiroteo: 6-4 y 6-2, en 1h 33m. La temperatura veraniega se ha desplomado en Buenos Aires, a solo 14 grados, pero el juego del murciano compensa el déficit y entusiasma a los asistentes, que este sábado (alrededor de las 22.00, Movist...

La rúbrica llega de la misma forma que transcurre la mayor parte del duelo, a ritmo de vértigo. Mira por el rabillo del ojo Carlos Alcaraz, carga de potencia el movimiento y lanza una última pedrada que besa la línea del pasillo y después se estrella violentamente contra el muro. No hace prisioneros el murciano. ¡Pim-pam-pum! Dusan Lajovic sucumbe al tiroteo: 6-4 y 6-2, en 1h 33m. La temperatura veraniega se ha desplomado en Buenos Aires, a solo 14 grados, pero el juego del murciano compensa el déficit y entusiasma a los asistentes, que este sábado (alrededor de las 22.00, Movistar Deportes) volverán a disfrutar de él y toda su artillería en las semifinales contra el valenciano Bernabé Zapata, verdugo del local Francisco Cerúndolo (6-3, 6-7(4) y 6-3).

Hacía cuatro meses que Alcaraz no competía, pero ha vuelto como un tiro. Esprinta, golpea y se desliza como si no hubiera habido paréntesis. Saldó el estreno del miércoles ante Laslo Djere con buena nota y este viernes obtuvo una calificación superior contra otro serbio, Lajovic, veterano curtido (32 años) y avezado sobre tierra batida, resignado ante el surtido de tiros y las carreras meteóricas del hasta hace nada número uno. Pese a su estancia en la enfermería, el español no ha perdido la chispa y a tenor de lo ofrecido en sus dos primeras apariciones de la temporada, frente a dos jugadores que venían con rodaje, tiene prisa por recuperar el tiempo perdido. Con tan solo 19 años, Alcaraz está a tan solo un paso de su novena final en la élite, la séptima en polvo de ladrillo.

“Creo que he jugado muy, muy bien, desde el principio hasta el final”, constata sobre la arena. “Sabía que iba a ser muy difícil porque él [Lajovic] es muy bueno en esta superficie. Tenía que ser muy sólido desde el fondo y lo he sido. Es mi segundo partido este año y estoy muy contento”, agrega el de El Palmar, de nuevo fantasioso con la dejada y agresivo desde la línea, buscando una y otra vez el ganador y recomponiéndose después del bache sufrido en el primer parcial. Le sobran munición e imaginación, tiene caballos en las piernas y se defiende atacando, sin dar un solo paso atrás; no recula, pero a la vez debe contener tanto deseo y tanto ímpetu, ese instinto de ir siempre hacia adelante, para no pasarse de frenada. Y en ello está.

Del boquete abierto en el inicio (3-0 en 12 minutos) se pasa al apuro (4-2 primero y 4-4 a continuación), aunque Lajovic termina atropellado. Sorteado ese punto delicado del partido, Alcaraz embiste definitivamente con todo y no permite que el balcánico se levante más. La descarga –cinco roturas, un 70% de retención con los primeros servicios, manotazos y virguerías varias– confirma el buen retorno del murciano, ausente desde el 4 de noviembre y castigado desde entonces por dos contratiempos musculares. Restablecido del abdominal y la pierna derecha, con brío y buen sabor de boca, pelotea con alegría y gana temperatura en esta reaparición de Buenos Aires, donde desfila por primera vez y engancha al público argentino.

“Me mucho mejor que el primer partido. Me sentí más confiado y en mejores condiciones físicas. Mejoré con respecto al debut [resuelto en tres sets] y he dado un paso hacia mi mejor nivel”, concede en una declaraciones recogidas por la agencia EFE. “Cada semana, los tenistas vivimos situaciones distintas, así que debemos acostumbrarnos a las circunstancias que van saliendo. Eso diferencia a los muy buenos de los demás: sobreponerse ante las adversidades es un plus. Venir de mucho calor y mucha humedad [compitió a 36 grados ante Djere] hacia un día muy frío con viento supone que tienes que adaptarte lo mejor posible, y eso es lo que he hecho”.

En la semifinal se topará con Zapata, que logró decantar a su favor un pulso curvilíneo contra Cerúndolo tras 2h 33m. “Ha sido duro, es tarde y he jugado contra un gran rival. Lo he dado todo, y eso es lo importante. Sí, estoy cansado, pero quizá mañana me sienta mejor”, contestaba el 74º del mundo cuando el reloj ya marcaba las 1.22 de la madrugada, hora local. Entre ambos, un solo precedente en el circuito de la ATP; fue en el Roland Garros de 2021 y aquel día venció Alcaraz por 6-3, 2-6, 6-1 y 7-6(4). Previamente se encontraron por primera vez en el challenger de Cordenons (Italia), también sobre arcilla, un año antes; el número dos se impuso por 6-2, 4-6 y 6-2.

En el otro cruce por un puesto en la final, el cartel refleja los nombres del británico Cameron Norrie (5-7, 6-0 y 6-3 a Tomás Etcheverry) y el peruano Juan Pablo Varillas, que apeó de manera sorprendente a Lorenzo Musetti (doble 6-4).

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