El Barça gana la Supercopa y sigue sumando títulos
Aitana aprovecha las dos asistencias de Geyse para tumbar a la Real Sociedad (0-3), un rival muy incómodo
Por tercera vez en cuatro temporadas, el Barcelona se llevó la Supercopa, como pasa con cada título que se disputa en España en los últimos años, aunque se le pueda atragantar la Copa de la Reina si el Comité de Competición falla en su contra en los próximos días por la alineación indebida de Geyse Ferreira en el partido que le ganó a Osasuna por aplastamiento (0-9).
En Mérida, ...
Por tercera vez en cuatro temporadas, el Barcelona se llevó la Supercopa, como pasa con cada título que se disputa en España en los últimos años, aunque se le pueda atragantar la Copa de la Reina si el Comité de Competición falla en su contra en los próximos días por la alineación indebida de Geyse Ferreira en el partido que le ganó a Osasuna por aplastamiento (0-9).
En Mérida, Geyse también estaba en el campo. Jugó la final ante la Real Sociedad, y esta vez, como se suele decir, con todas las de la ley. Y si en Pamplona, con la evidente superioridad azulgrana, su técnico podría haber prescindido de ella sin ningún problema, ante las donostiarras, su concurso resultó fundamental.
Por una banda y por otra, hasta que cumplió con creces su trabajo, fue sustituida, la brasileña fue la pesadilla de la Real, y de sus botas de seda y acero salieron las asistencias de los dos goles que sumó a su ya larga hoja de servicios Aitana Bonmatí, eficaz en el remate; implacable dentro del área y fuera de ella. Entre Geyse y Aitana se desayunaron a las donostiarras, que, sin embargo, no regalaron nada.
Aunque la Real trató de presionar en principio muy cerca del área del Barça, las azulgranas se sacudieron ese dominio inicial y tomaron el mando de un partido que nunca fue cómodo para las campeonas, porque sus rivales no estaban dispuestas a sufrir la humillación del Helmántico, aquel 10-1 de 2020 que les tocó la fibra. Han progresado tanto desde entonces que ya se colaron en la Champions, pretenden repetir en breve, y pusieron en apuros al Barcelona en la Liga, en la que cayeron por la mínima y en el último minuto. “Sentimos que cada vez estamos más cerca”, apunta Nerea Eizagirre, la capitana. Así es. Tuvo que esforzarse al máximo el Barcelona, y solo cayó la Real ante la fortaleza de Geyse, que al cuarto de hora aguantó la línea con las defensoras txuriurdin, entró al área y dejó el balón atrás, a sabiendas de que Aitana no falla en esas circunstancias.
Otra vez las dos combinaron para ampliar la diferencia nada más iniciarse la segunda parte. Si en la primera fue por la derecha, esta vez Geyse porfió en la izquierda con Tejada, la superó con un túnel, oteó el horizonte y encontró de nuevo a Aitana, preparada al borde del área para rematar junto al poste y poner unas cifras casi inalcanzables para la Real, en el peor momento, aunque ninguno es bueno cuando se encaja un gol.
Con la guipuzcoana Irene Paredes en la grada, sancionada tras su expulsión en la semifinal, el Barça trató de mantener a Amaiur Sarriegi y Jensen lejos del área, y lo consiguió casi siempre, aunque se produjeran varias escaramuzas en las inmediaciones de Sandra Paños, que sufrió una desconexión en una acción en la que intentó combinar, y provocó la mejor ocasión realista.
Solo fue un susto para el Barcelona, que no se permitió más veleidades en lo que restaba de partido, y amplió la diferencia, que tal vez fue excesiva, cuando el reloj sobrepasaba el minuto 96, en un cabezazo de Oshoala, cuando sus compañeras ya tenían la mente en levantar el trofeo y las donostiarras en seguir estrechando las diferencias que todavía les separan.
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