Los videojuegos también sirven para preparar el Rally Dakar
Los simuladores sitúan a pilotos y copilotos en modo carrera cuando entrenar compitiendo con sus vehículos no es una posibilidad
Disputar el Rally Dakar está al alcance de muy pocos, especialmente por los precios prohibitivos, que rondan desde los 50.000€ para las motos más modestas hasta los 800.000€ de los coches de primera categoría. Son muchos, sin embargo, los que se animan a participar en una prueba exigente como pocas y se rascan los bolsillos. Para prepararse, no es fácil contar con tiempo...
Disputar el Rally Dakar está al alcance de muy pocos, especialmente por los precios prohibitivos, que rondan desde los 50.000€ para las motos más modestas hasta los 800.000€ de los coches de primera categoría. Son muchos, sin embargo, los que se animan a participar en una prueba exigente como pocas y se rascan los bolsillos. Para prepararse, no es fácil contar con tiempo suficiente para familiarizarse con el vehículo y el terreno, ya que son partidas presupuestarias añadidas con las que muy pocos cuentan. Una de las alternativas que se manejan en el vivac son los videojuegos, para nada una distracción si se toman con la mentalidad correcta.
“Hasta julio no me saqué el carné de conducir y no pude empezar a entrenar con el coche”, explica Pau Navarro (Llagostera, 18 años), que debuta al volante este año con un SSV T4 y marcha 9º en la clasificación de la categoría. “Casi todo mi entrenamiento ha sido con el simulador. Con todo lo que he escuchado de experiencias de otros, el simulador y lo vivido como copiloto, he intentado ponerlo en práctica lo más rápido posible para no cometer errores en mi primera experiencia”. Evidentemente, remarca, se ha probado en otros rallies, y es que las horas de conducción son insustituibles.
Otro veterano, con 16 Dakars a sus espaldas, está de acuerdo con la opinión del joven debutante. “A nivel de concentración es muy útil. Hay un volante, hay que dar gas, escuchas al copiloto, te sitúa en situación de carrera”, valora Gerard Farrés (Manresa, 43 años), podio en categoría de motos en 2017 y quinto en la clasificación de T4. Si bien se trata también de un asunto generacional, el uso de simuladores es algo habitual entre la mayoría de pilotos de competición. También es caro y no todos pueden acceder a ello.
“No utilizo simulador, pero he jugado al videojuego del Dakar y a nivel navegación, el estar activo y escuchar al copiloto, el intentar seguir el CAP [rumbo en terminología dakariana], es difícil”, comenta Cristina Gutiérrez, quinta en la general de prototipos ligeros T3. “Es sorprendente, y aunque no se me dan muy bien los videojuegos, puedo decir que funciona para meterte en modo carrera”. No es una cuestión de mero pilotaje. Navarro, que debutó en la edición de 2021 como copiloto, aprendió a cantar las notas usando el modo acompañante del videojuego oficial del Dakar del 2018. “En la época de la covid-19 me puse a jugar al juego del Dakar y era prácticamente lo mismo que te encuentras en la vida real”, asegura.
Tom Colsoul (Tienen, Bélgica, 46 años), ganador del Dakar en 2012 como copiloto, prefiere las opciones tradicionales, aunque reconoce que todos los métodos son útiles para inspirarse. “Se puede aprender de todo. Evidentemente necesitas experiencia real, pero jugar te puede dar ideas o te puede ayudar a desarrollar un poco tu estilo de dar notas”, opina. Además de servir durante la preparación, los videojuegos también pueden ser una buena herramienta para desconectar de la carrera. Cuando Fernando Alonso formó parte del vivac, después de las interminables etapas, usaba también la consola como herramienta de evasión. Se encerraba en su autocaravana y se ponía a jugar al Gran Turismo, otra virtud que se le puede encontrar a los videojuegos en medio del desierto.
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