Ter Stegen sostiene al Barcelona ante el Betis
Los azulgrana disputarán el domingo la final de la Supercopa contra el Madrid después de eliminar en la tanda de penaltis a los verdiblancos en un trepidante duelo
La rueda de los penaltis deparó un Barça-Madrid como final de la Supercopa. Los azulgrana necesitaron también de la suerte desde los once metros para derrotar al Betis. Ter Stegen detuvo los tiros de Juanmi y Carvalho y clasificó al Barcelona. El portero fue el mejor de un equipo desconcertante al que se le escurren los partidos, falto de personalidad y de oficio, abocado a unos pesarosos finales que desmienten los mejores inicios, en Riad y en el Camp Nou.
Al Betis le costó entrar en juego en la Supercopa. Es un equipo muy alegre y r...
La rueda de los penaltis deparó un Barça-Madrid como final de la Supercopa. Los azulgrana necesitaron también de la suerte desde los once metros para derrotar al Betis. Ter Stegen detuvo los tiros de Juanmi y Carvalho y clasificó al Barcelona. El portero fue el mejor de un equipo desconcertante al que se le escurren los partidos, falto de personalidad y de oficio, abocado a unos pesarosos finales que desmienten los mejores inicios, en Riad y en el Camp Nou.
Al Betis le costó entrar en juego en la Supercopa. Es un equipo muy alegre y rebosa tanta confianza después de alcanzar la zona Champions de la Liga que por un momento incluso pareció despreocupado por su rival en Riad. El desafío de Pellegrini fue inequívoco desde que juntó a Canales con Fekir, Luiz Henrique y Borja Iglesias. Una formación de peloteros sin Guardado ni Carvalho y con un único sostén en la media como Guido. Los ambiciosos verdiblancos parecían dispuestos incluso a quedarse con el balón ante el posesivo Barça. La respuesta azulgrana tampoco fue precisamente cautelosa, como pasó en el Metropolitano, sino que resultó igual de valiente que la del contrario porque Xavi dispuso a De Jong como medio centro y recuperó a los dos extremos, Dembélé y Raphinha, una propuesta olvidada desde el fiasco del Bernabéu.
El plan azulgrana funcionó mejor que el del Betis. Los verdiblancos perdieron el cuero dos veces consecutivas nada más sacar de centro por la buena presión del Barcelona. Los azulgrana recuperaban rápido la pelota y apretaban arriba en busca de Lewandowski. El ariete, sin embargo, no conectaba con los extremos ni los volantes y el Barça no lograba rematar al desconectado Betis. Al académico fútbol del Barcelona le faltaba picante, los jugadores se empachaban de balón y apenas se contó un remate además de un gol anulado a Pedri por un fuera de juego de Raphinha. La jugada marcó en cualquier caso un punto de inflexión en el partido. El Betis empezó a ganar metros y sus llegadas resultaron clarividentes por la vulnerabilidad del plantel azulgrana, demasiado estirado y poco compacto, entregado a sus centrales Koundé y Araujo, y a Ter Stegen.
El portero barcelonista estuvo espléndido, sobre todo en dos tiros, uno especialmente difícil de Luiz Henrique, y los escorzos de Koundé y Sergi Roberto evitaron el tanto del Betis. Tampoco defendían bien los verdiblancos como se advirtió en la jugada del gol de Lewandowski. Nadie tapó la salida desde su cancha de Pedri y el tinerfeño conectó con Dembélé. El extremo superó a Ruibal y asistió a Lewandowski, negado en un primer tiro por el bloqueo de Luiz Felipe y certero en el rechazo: 0-1. La transición azulgrana fue mucho más efectiva que el juego de control impuesto al inicio en un partido cada vez más abierto por decisión de Xavi y Pellegrini. El técnico verdiblanco se corrigió en el descanso y quitó a Canales para poner a William Carvalho en un intento de ganar consistencia mientras Xavi mantuvo a los dos extremos a pesar de que el equipo se partía y concedía buenos remates al Betis.
Intentaron los azulgrana enfriar el partido sin éxito, excesivamente pasivos, muy contemplativos frente al impaciente Betis. No sabe el Barça descansar con la pelota y las pérdidas de balón se suceden a cada cita, permeable también ante el Betis. La contienda perdió ritmo sin más protagonista por parte azulgrana que Dembélé. El francés, sin embargo, notó molestias y fue sustituido mientras Busquets, en su partido 700, ocupaba la plaza de De Jong. La rueda de cambios, que afectó también a Borja Iglesias, agitó un choque que el Barça no sabía cómo gobernar ni el Betis encontraba la manera de atacar, intimidado solo por Araujo. Nada nuevo por parte de un equipo azulgrana expuesto cada jornada a un error, a un accidente o a un acierto del adversario, confiado en una victoria agónica que no siempre se da como evidenció el Espanyol.
La historia se repitió en la Supercopa por el acierto del Betis después de una de las muchas pérdidas de balón de Ferran. Los verdiblancos se pasearon un buen rato por el área de Ter Stegen ante la pasividad de la defensa azulgrana hasta que remató Fekir. La prórroga fue inevitable después de que el fuera de juego semiautomático volviera a intervenir para anular un gol de Lewandowski y Bravo se luciera en un remate de Ansu Fati.
El delantero se reivindicó en el tiempo suplementario con un golazo después de una falta botada por Marcos. El inconformista Ansu cruzó un remate espectacular al que poco después respondió el inédito Loren con un hermoso taconazo ante la marca de Araujo. Los azulgrana no saben cómo cerrar los partidos ni las prórrogas y se abocaron a una rueda de penaltis que enfrentó a los dos porteros que entre 2014 y 2016 coincidieron en el Barça: Ter Stegen, en plena forma, le ganó la partida a Bravo.
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