El skeleton español pasa por Letonia
La disciplina olímpica requiere un ‘casting’ para buscar pilotos y un campeonato nacional en el extranjero
Dedicarse al skeleton en España ya es de por sí algo llamativo. Más aún lo es que el campeonato nacional de este deporte, celebrado el pasado mes de octubre, se haya organizado en Sigulda (Letonia), a más de 3.000 kilómetros de la península ibérica. Y que seis de los nueve participantes acudiesen al evento a ciegas, sin haberse lanzado de cabeza en trineo nunca, lo convierte en toda una aventura. Pero el skeleton ha cautivado a varios de los contendientes, todos ellos jóvenes, que se han enamorado de la pista helada y ya sueña...
Dedicarse al skeleton en España ya es de por sí algo llamativo. Más aún lo es que el campeonato nacional de este deporte, celebrado el pasado mes de octubre, se haya organizado en Sigulda (Letonia), a más de 3.000 kilómetros de la península ibérica. Y que seis de los nueve participantes acudiesen al evento a ciegas, sin haberse lanzado de cabeza en trineo nunca, lo convierte en toda una aventura. Pero el skeleton ha cautivado a varios de los contendientes, todos ellos jóvenes, que se han enamorado de la pista helada y ya sueñan con emular a Ander Mirambell, el primer deportista olímpico español en esta disciplina, participante ya en cuatro Juegos de Invierno (24º en Vancouver 2010, 26º en Sochi 2014, 23º en Pyeongchang 2018 y 24º en Pekín 2022). “Cuando te montas en el trineo ya no hay vuelta atrás”, resume Eloy Fernández, un cántabro de 21 años que se ha estrenado este año y ha decidido seguir adelante.
La Federación Española de Hielo realiza cada año un casting para participar en el campeonato nacional. Lo primero es una preselección por currículum deportivo y lo segundo unas pruebas físicas. Después, los seleccionados son concentrados para convivir juntos y realizan experiencias que impliquen adrenalina, como el puenting. La pista de hielo no se puede tocar hasta el viaje, porque España no dispone de ninguna instalación para la práctica del skeleton.
A Eloy Fernández le picó el gusanillo al recibir un correo de su facultad, la de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. “Vi que buscaban un perfil de deportista rápido y explosivo y me apunté pese a que no tenía experiencia. Solo lo había visto alguna vez por televisión”, cuenta. Eloy había practicado natación, balonmano y triatlón, pero parece haber encontrado su vocación en el trineo. En el campeonato de España hay dos modalidades: en empuje fue segundo y en bajadas, tercero, lo que ha significado una doble medalla en su debut. “Estoy muy contento, además hay una promoción que promete mucho”, afirma.
Aún más precoz es Clara Aznar, que con tan solo 15 años se alzó con el oro en categoría femenina en las dos modalidades. Esta joven zaragozana practicaba patinaje de velocidad y se encontraba lesionada cuando su madre vio una publicación sobre skeleton de la Federación Española de Hielo. Se apuntó a las pruebas y accedió a la concentración, que define como una experiencia “muy mental”. Después, en Letonia, llegó su estreno. “Costó aprenderse el circuito, pero luego la bajada fue alucinante”, dice. “Me llevé el oro, pero estuvo muy ajustado”.
Aznar, a partir de ahora, pretende compaginar el otro deporte en el que compite, el atletismo, con el skeleton; y espera que en algún momento España cuente con instalaciones propias. “Si se hubiesen puesto de acuerdo para hacer los Juegos Olímpicos de Invierno aquí en España [Aragón y Cataluña para 2030], tendríamos una pista. Ojalá vuelvan a intentarlo”, comenta convencida. En realidad, en los planes de la fracasada candidatura pirenaica no había planes para construir un tobogán para skeleton, luge y bobsleigh, las tres disciplinas sobre hielo que comparten unas costosísimas instalaciones.
Tras Ander Mirambell
El primer puesto en las dos disciplinas de la categoría masculina lo consiguió otro cántabro, Adrián Rodríguez, de 26 años. Al contrario que Clara y Eloy, él ya no es un debutante y lleva practicando skeleton desde 2018. Reconoce entre risas que su primer contacto con el deporte fue la película Cool Runnings (Elegidos para el triunfo, 1993), donde cuatro atletas jamaicanos, sin apenas recursos ni adaptación a la nieve buscan la medalla de oro en bobsleigh en los Juegos de Invierno de Calgary 98. Adrián también compagina el skeleton con la velocidad en atletismo, esprínter de 100m y 200m, y no se arrepiente de su vida en el hielo, aunque admite que no todo es positivo: “Es duro pasar tanto tiempo fuera y sufres con las caídas”.
El campeón de España destaca el “buen rollo” que hay en unas concentraciones en las que ya ejerce de veterano: “Soy el cocinero oficial e intento aconsejar a los que están empezando. Es un lujo compartir deporte de riesgo con otras personas porque se forma un vínculo muy fuerte entre nosotros”. Adrián se marca objetivos cada vez más ambiciosos y busca terminar la temporada entre los 70 mejores del mundo para ir al Mundial de Suiza en 2023. La temporada pasada terminó entre los 90 primeros.
En un futuro no muy lejano se ve emulando a Ander Mirambell: “Ir a unos Juegos sería un sueño hecho realidad”. Al igual que los jamaicanos del bobsleigh, Mirambell logró ir a cuatro Juegos con pocos recursos. Tras su retirada, es director técnico en la Federación e intenta acudir a la mayoría de competiciones para entrenar a los nuevos pilotos. “Para nosotros es un referente”, remarcan los tres jóvenes.
Aunque Adrián sea el alumno aventajado, la aventura tampoco termina en el campeonato de España para Clara y Eloy. Después del éxito nacional, ambos han viajado a la Copa América, un campeonato internacional que se celebra en Canadá y Estados Unidos. Reconocen que al principio su familia y amigos pensaban que era una locura, pero que ahora están muy orgullosos de ellos e incluso les acompañan en sus viajes. ”Cada vez hay menos golpes y más rendimiento”, resumen.
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