El Barcelona salva un clásico de Euroliga con un final agónico
El conjunto azulgrana vence por 75-73 tras dominar por 18 puntos a un Madrid que tuvo un triple de Llull para la remontada
El clásico europeo más madrugador se decidió en el último segundo. Nunca en la Euroliga se habían encontrado Barcelona y Madrid tan pronto, en la segunda cita del calendario, pero pese al frío de la clasificación en el Palau se vivió un duelo muy caliente con un final de infarto. Mandó el conjunto de Jasikevicius durante casi toda la noche, tan cómodamente en algún tramo que hasta estiró su ventaja a los 18 puntos (61-43), pero el eterno arrebato blanco en el cuarto final condujo a lo impensable. Llull dispuso de un triple para que el Madrid ganara el encuentro en el último segundo y clavara u...
El clásico europeo más madrugador se decidió en el último segundo. Nunca en la Euroliga se habían encontrado Barcelona y Madrid tan pronto, en la segunda cita del calendario, pero pese al frío de la clasificación en el Palau se vivió un duelo muy caliente con un final de infarto. Mandó el conjunto de Jasikevicius durante casi toda la noche, tan cómodamente en algún tramo que hasta estiró su ventaja a los 18 puntos (61-43), pero el eterno arrebato blanco en el cuarto final condujo a lo impensable. Llull dispuso de un triple para que el Madrid ganara el encuentro en el último segundo y clavara un cuchillo en el corazón culé. Falló y el triunfo se quedó en la cancha azulgrana (primera derrota blanca del curso), pero con un susto que retrató la falta de consistencia del Barça para rematar al Madrid cuando lo tiene contra las cuerdas. Le sucedió en la semifinal de la pasada Final Four y solo un tiro desviado de Llull evitó otro patinazo. Con Laso o con Chus Mateo, el Madrid tiene grapada la resistencia. El Barça deberá examinar esos tembleques.
El nuevo técnico blanco envidó con Cornelie de cinco en el equipo titular para abrir el campo y blindarse ante dos pívots azulgrana con buena muñeca, Sanli y Tobey, pero la primera manga de cartas fue para los hombres del Palau. El pívot francés erró desde el triple, Tobey respondió al reto con un bingo y el Barça se llevó las primeras monedas (5-0, 10-4). El equipo de Jasikevicius explotaba el poderío de Satoransky (2,01m) para moverse cerca del aro cuando su carcelero era Sergio Rodríguez. El Chacho sufría en la defensa de igual manera que brillaba en la otra orilla: tres asistencias del pensador canario sostenían al Madrid en un arranque muy agitado. Un triple de Kalinic, cruzado en un vigoroso duelo con Deck, elevó el 16-6 al marcador y el banquillo blanco respondió con la adrenalina de Llull y la intimidación de Tavares para igualar las idas y venidas al final del primer cuarto: 24-15.
Con el gigante a pleno pulmón y una defensa más replegada, el Madrid recortó terreno (30-27) en un paréntesis en el que a los barcelonistas les costaba encontrar una rendija. El encuentro había comenzado muy alegre, vistoso y divertido, hasta que por unos minutos fue volviendo a esa agonía en la que se mueven los clásicos. Los blancos sufrían para enfocar el aro, con porcentajes de tiros de dos por debajo del 50%, y la diferencia fue creciendo a favor de los muchachos de Saras. Un triple de Hezonja sobre la bocina mandó el choque al descanso en la psicólogica barrera de los 10 puntos: 40-30.
El Barcelona respondió con piernas rápidas a ese periodo en el que el Madrid suele despertar del letargo con hambre atrasada. El conjunto azulgrana movía bien el balón por la línea exterior y el grupo de Mateo se atascaba, ni siquiera salvado por la vía Tavares. Solo la magia en los dedos de Hezonja y algún chispazo de Musa evitaban que la cita se rompiera definitivamente (50-41). Un triple desde la luna de Laprovittola y un pase volador de Jokubaitis a Vesely dispararon la temperatura del Palau. Los dos equipos querían quitarse las correas mientras los entrenadores reclamaban apretar más las tuercas en mitad del correcalles. Se divertía el aficionado y sufrían los técnicos porque por todos lados veían fallos. Broncas para Hezonja y Abrines, por ejemplo, por no hacer bien los deberes en la tarea defensiva.
El cuarto final se abrió con un 63-52 y tres minutos del Madrid sin anotar una canasta. El Barça cerraba con seriedad el rebote defensivo y las mejores versiones del curso de Satoransky, Vesely y Sanli parecían anticipar un desenlace relativamente tranquilo. Tobey también percutía desde fuera. A los blancos les quedaba la bala del orgullo, una munición que suele ser letal. Cornelie y Causeur avanzaron el último golpe de riñón (73-62) y Deck se echó al equipo a la espalda en una gran demostración de personalidad (13 puntos seguidos para un total de 21).
A los soldados de Jasikevicius les quemaba de repente el balón en las manos y les temblaban las piernas. Las pérdidas azulgrana se sucedieron conforme aumentaba la incredulidad en el Palau Blaugrana. El Barça se había derretido y el Madrid volaba subido a la ola. A falta de 15 segundos, con 75-73, los barcelonistas regalaron otra pelota y el Madrid jugó para ganar. Llull erró el triple para una impensable remontada.
Barça: Satoransky (12), Laprovittola (8), Kalinic (7), Tobey (8), Sanli (14) —equipo inicial—, Da Silva (2), Paulí (0), Vesely (13), Abrines (1), Higgins (2), Jokubaitis (8) y Nnaji (0).
Real Madrid: Sergio Rodríguez (-), Hezonja (9), Deck (21), Yabusele (7), Cornelie (12) —equipo inicial—, Causeur (5), Abalde (0), Poirier (2), Tavares (6), Llull (6), Ndiaye (0) y Musa (5).
Parciales: 24-15, 16-15, 23-22 y 12-21.
Árbitros: B. Ryzhyk (Ucr), O. Latisevs (Let) y M. Nedovic (Esl). Eliminaron por cinco falas personales a Tavares.
Palau Blaugrana: 7.511 espectadores.
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