Leclerc hace bicampeón a Verstappen

Una sanción de la FIA al monegasco le otorga al corredor de Red Bull su segundo título consecutivo tras sumar su 12º triunfo del año

Verstappen celebra con su equipo la victoria en el Mundial, este domingo.CLIVE MASON (Getty Images)

Pasaron unos minutos antes de que Max Verstappen cayera en la cuenta de que acababa de proclamarse campeón del mundo, este domingo en Suzuka, en una carrera desnaturalizada por la lluvia, que volvió locos a los miembros de Dirección de Carrera y también al piloto de Red Bull. Para conseguir su objetivo de cantar el alirón, Verstappen debía ganar y esperar que Charles Leclerc no terminara el segundo, entre otras múltiples combinaciones. Y a...

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Pasaron unos minutos antes de que Max Verstappen cayera en la cuenta de que acababa de proclamarse campeón del mundo, este domingo en Suzuka, en una carrera desnaturalizada por la lluvia, que volvió locos a los miembros de Dirección de Carrera y también al piloto de Red Bull. Para conseguir su objetivo de cantar el alirón, Verstappen debía ganar y esperar que Charles Leclerc no terminara el segundo, entre otras múltiples combinaciones. Y así se dieron las cosas finalmente por la intervención de los comisarios, que le impusieron a Leclerc una sanción de cinco segundos por saltarse la última curva del circuito, en la última vuelta y mientras se defendía del acoso al que le sometió Checo Pérez. Hace un año, la FIA se erigió como protagonista en aquel apocalíptico Gran Premio de Abu Dabi que coronó al chico de Hasselt por primera vez, y que provocó un alud de críticas hacia el organismo que legisla el campeonato. En esta ocasión, la responsabilidad recae totalmente en Leclerc si tenemos en cuenta que la penalización que le cayó fue totalmente merecida.

Leclerc y Verstappen, durante la carrera en el circuito de Suzuka. ISSEI KATO (REUTERS)

La prueba, que estuvo neutralizada durante más de dos horas como consecuencia de la lluvia, se volvió a poner en marcha, pero durante solo 48 minutos (28 vueltas), el tiempo que quedaba hasta llegar a las tres horas que establece el reglamento como el máximo que puede alargarse un evento que se ha puesto en marcha y se ha detenido. Relanzada la cita, ‘Mad Max’ desapareció, directo hacia su 12º triunfo de la temporada y sin atender a la gresca que se produjo a su espalda. Especialmente la que mantuvieron Leclerc y Pérez. El monegasco terminó con las gomas de su bólido en las lonas y eso le dejó a merced del mexicano, que fue cocinándoselo a fuego lento. La estocada final llegó en la última variante de la última vuelta, que obligó a Leclerc a cortar la curva, con la consiguiente ventaja que ello supone. Nada más bajarse del coche, los comisarios le impusieron los pertinentes cinco segundos de sanción, que le recolocaron en el tercer peldaño del podio y que, de forma automática, convirtieron a Verstappen en bicampeón del mundo, por más que ni él se lo creyera: “No lo tenía claro porque no sabíamos cuántos puntos se iban a dar”. La última versión del reglamento estipula que se otorgarán la totalidad de los puntos siempre que una carrera se dispute bajo la premisa del máximo de las tres horas y se retome después de haber sido interrumpida.

Los 26 segundos que separaron al ganador del segundo clasificado, en una prueba de menos de 30 vueltas, son el ejemplo más ilustrativo de la superioridad del Niño Maravilla de Red Bull, que se llevó el premio más gordo cuatro grandes premios antes del final. Que lo hiciera, además, en Suzuka, todavía le añade más épica al asunto por tratarse de un trazado de esos con duende, que gusta a todo el mundo, y donde se han resuelto 13 de los 32 mundiales que han pasado por allí. De allí salieron campeones Ayrton Senna (1991), (Michael Schumacher (2000) y Sebastian Vettel (2011), de quien Verstappen parece haber cogido sus mismas hechuras. No solo por pasearse defendiendo los mismos colores que él (Red Bull), sino por los paralelismos que dibujan las historias de uno y el otro. Al igual que su heredero, Vettel también celebró su primer entorchado en Abu Dabi, y en una última parada del calendario explosiva, en la que jugó al despiste para hacerles el lío a Fernando Alonso y a Mark Webber. En esta ocasión, eso sí, sin la anuencia de la FIA, que el curso pasado dejó sin opción a Lewis Hamilton, dominador absoluto de la carrera que definió el Mundial.

Tras la agonía de ese primer título, tanto Vettel como Verstappen se dejaron ir, impulsados por el prototipo más afilado de la parrilla, aunque beneficiado también, en el caso del segundo, por el mal tino de Ferrari, fuera de foco muchos domingos, especialmente en lo referente a la estrategia.

“Ha sido un año increíble, algo que no podía haber imaginado después de la experiencia de 2021. El primer título es un poco más emotivo. Pero el segundo es más bonito por la velocidad que hemos exhibido, y por los dobletes que hemos conseguido (cinco)”, resumió Verstappen.

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