Polonia da la sorpresa contra Eslovenia y destrona a Doncic
La vigente campeona pierde en cuartos (87-90) y la estrella de la NBA, lesionada y eliminada por faltas, admite: “He dejado caer a mi equipo y a mi país”
Sin Jokic, sin Antetokounmpo y sin Doncic. Polonia dio este miércoles una tremenda campanada y eliminó en cuartos a los vigentes campeones del Eurobasket (87-90), la Eslovenia de la gran estrella de la NBA. El genio de los Dallas Mavericks vio desde el banquillo, lesionado y cubierto por una toalla, la caí...
Sin Jokic, sin Antetokounmpo y sin Doncic. Polonia dio este miércoles una tremenda campanada y eliminó en cuartos a los vigentes campeones del Eurobasket (87-90), la Eslovenia de la gran estrella de la NBA. El genio de los Dallas Mavericks vio desde el banquillo, lesionado y cubierto por una toalla, la caída de su equipo después de ser eliminado por cinco faltas personales cuando restaban tres minutos para el final. Eslovenia había logrado lo que parecía imposible, remontar 23 puntos de desventaja y mandar en el encuentro, pero la cenicienta siguió creyendo en su sueño y recuperó el aliento en el tramo decisivo. La increíble Polonia jugará el viernes (17.15) las semifinales contra Francia, que rindió a Italia en una prórroga, y luchará por las medallas. Eslovenia cedió ya su corona.
Polonia arrancó valiente y atrevida, espoleada por los triples de Balcerowski, un pívot con unas manos muy finas para el pase, y Ponitka. Doncic había despegado en su versión más terrenal, ajeno al juego y al encuentro, más espectador que protagonista en un Mercedes Benz Arena que no daba crédito a lo que pasaba en la cancha, ni siquiera Nowitzki desde su palco. Bailaba la hinchada roja en Berlín y enmudecía la eslovena. El conjunto polaco no se deshacía como muchos esperaban. Aquello no era un subidón de adrenalina por pisar los cuartos de un Eurobasket, sino un órdago en toda regla a una estrella mundial. Habían pasado más de siete minutos y el extraterrestre Doncic seguía esposado, con solo dos puntos en la cuenta. Forzado cuando tenía que tirar, a menudo daba con sus huesos en el suelo. Caminaba el astro mirando más al parqué que al aro, muy renqueante de un tobillo que se lesionó en un entrenamiento (jugó infiltrado), zarandeado por los animosos muchachos polacos (21-26, 29-44).
El pez pequeño corría y anotaba. Los campeones comenzaban a perder gas y Slaughter firmó un triple de malabarista delante de Doncic, que no paraba de quejarse a los árbitros una y otra vez. No aparecía el protagonista de la película ni los actores de reparto, todos desesperados. Eslovenia encajó la bofetada (3-15 y 5-25 de parciales) tras más de cinco minutos sin anotar. Dragic fallaba hasta los tiros libres y un triple de Tobey ni tocaba el aro. Reventado, Doncic se fue al banquillo y la diferencia se estiraba hasta los 23 puntos (31-54). Solo nueve puntos, con tres aciertos de nueve lanzamientos, en ese primer tiempo de Luka (39-58 en el camino hacia los vestuarios).
La revolución empezó con un triple de Doncic, un acierto de Blazic y una falta en ataque provocada por Dragic. La mecha había prendido pronto y la hinchada de Eslovenia se levantó de sus asientos. Polonia entró en parada cardiaca, bloqueados todos sus jugadores mientras la renta que había acumulado se escurría. El parcial ahora era de 21-3 después de siete minutos y medio en el tercer cuarto, con la defensa eslovena a mil revoluciones y el conjunto polaco nublado desde cada rincón del campo, incluidos los tiros libres. Blazic, Prepelic y Cancar percutían desde el perímetro y al último arreón se llegó con todo en la ruleta: 63-64. Pocas veces un partido podía ser tan diferente de un tiempo a otro, y tan loco.
Ahora era Polonia la que tenía cara de entierro. Y fue justo entonces cuando se sacudieron la presión. Ya no tenían nada que perder (76-80) ni nadie podía recriminarles nada. Slaughter repescó el acierto desde el triple y Doncic se estrelló con las últimas gotas de gasolina que le quedaban en el depósito: dos tiros libres y un triple fallados y la quinta personal cometida. Fuera con tres minutos por delante, dolorido en el cuerpo y el alma (14 puntos, 11 rebotes y siete asistencias como servicio). El gigante era Ponitka, que con 26 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias firmó el tercer triple doble en la historia de la competición, tras los logrados por el croata Kukoc en 1995 y el rumano Mandache en 2017. Polonia volvía a unas semifinales europeas por primera vez desde 1971 mientras Eslovenia lloraba y Doncic admitía: “He dejado caer a mi equipo y a un país que nos apoyaba”. Los tres grandes astros de la NBA que arrancaron el torneo han sido eliminados. Los partidos no se ganan jugando uno contra cinco.
Eslovenia (26+13+24+24): Doncic (14), Dragic (17), Blazic (13), Cancar (21), Tobey (8) -cinco inicial-, Samar (-), Nikolic (-), Prepelic (9) y Muric (5).
Polonia (29+29+6+26): Slaughter (16), Sokolowski (16), Ponitka (26), Cel (4), Balcerowski (11) -cinco inicial-, Zyskowski (14), Dziewa (3), Olejniczak (-), Michalak (-) y Garbacz (-).
Árbitros: Antonio Conde (España), Martin Horozov (Bulgaria) y Kerem Baki (Turquía). Eliminados: Balzerowski (min.33), Doncic (min.37).
Mercedes-Benz Arena: 7.852 espectadores.
Cruces de la fase final del Eurobasket.
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