Verstappen suma en Monza su undécimo triunfo de la temporada

El piloto de Red Bull remonta desde la séptima plaza en un Gran Premio de Italia en el que Sainz logró escalar hasta el cuarto lugar y Alonso abandonó

Max Verstappen, de la escudería Red Bull, durante el Gran Premio de Italia este sábado.MASSIMO PINCA (REUTERS)

Ha habido domingos esta temporada en los que Ferrari se ha cubierto de gloria estratégicamente hablando, y le ha hecho el paseíllo a Max Verstappen, que al ritmo al que circula revalidará su corona de campeón más pronto que tarde. Sin embargo, la ‘Scuderia’ no hizo nada deliberadamente mal este domingo en Monza, en su casa, allí donde los ‘tifosi’ más se hacen escuchar, y a pesar de todo claudicó ante Red Bull y el actual campeón del mundo, en estado de gracia y completamente sobrados. ...

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Ha habido domingos esta temporada en los que Ferrari se ha cubierto de gloria estratégicamente hablando, y le ha hecho el paseíllo a Max Verstappen, que al ritmo al que circula revalidará su corona de campeón más pronto que tarde. Sin embargo, la ‘Scuderia’ no hizo nada deliberadamente mal este domingo en Monza, en su casa, allí donde los ‘tifosi’ más se hacen escuchar, y a pesar de todo claudicó ante Red Bull y el actual campeón del mundo, en estado de gracia y completamente sobrados. Ni la ‘pole position’ lograda por Charles Leclerc, ni los volantazos dados desde el muro por los técnicos de la tropa de Maranello sirvieron para contener a ‘Mad Max’, una auténtica bestia capaz de remontar desde la séptima plaza que ocupó en la arrancada y de ir sorteando coches como si sus rivales fueran marcha atrás. Este triunfo es el undécimo para el muchacho de Hasselt y el quinto consecutivo que encadena, una inercia que le ha llevado a disponer de un margen de (116 puntos), casi cinco grandes premios, cuando quedan seis por disputarse. De hecho, Verstappen tendrá a su favor la primera bola de partido en la próxima cita, en Singapur, dentro de tres semanas.

Las últimas pruebas se han resuelto hacia el mismo lado pero vale la pena destacar que la de Italia tuvo mucha miga, gracias a la sacudida que provocaron las distintas sanciones impuestas, que remezclaron el pelotón, y a la perezosa actuación de los comisarios de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). En Abu Dabi, en aquel explosivo final del último curso, la devoción por el espectáculo forzó una última vuelta que le negó la gloria a Lewis Hamilton, que pasará a la historia y que motivó el despido de su impulsor. Esta vez, la poca agilidad de los operarios en desalojar el monoplaza de Daniel Ricciardo (vuelta 47 de 53) evitó un último ataque de Leclerc, que, eso sí, con casi toda seguridad habría perdido el duelo de todas formas. El monegasco cruzó la meta el segundo y George Russell completó un podio al que aspiraba Carlos Sainz hasta la aparición de ese ‘safety’ que se hizo eterno para todo el mundo menos para el ganador. A pesar de quedarse fuera del cajón, el madrileño protagonizó una remontada estratosférica, desde la 18ª plaza hasta la cuarta, que dejó claro el nivel al que se encuentra el español. Fernando Alonso, por su parte, se vio obligado a abandonar (vuelta 32) por una avería en su Alpine.

El sábado, todos los habitantes del ‘paddock’ se preguntaban cuántas vueltas necesitaría Verstappen para ponerse en condiciones de discutirle el triunfo a Leclerc. Fueron concretamente 13 los giros que tardó el neerlandés en deshacerse de los cinco bólidos que le separaban de su principal oponente, a quien ni siquiera tuvo que adelantar en pista. Seguramente conscientes de la mayor velocidad del Red Bull, los técnicos de Ferrari quisieron aprovechar un temprano coche de seguridad virtual (vuelta 12) para ganar algo de tiempo en la primera visita a los talleres. Una operación comprensible pero infructuosa para el equipo de ‘Il Cavallino Rampante’, que, con el avance del calendario ha ido comprobando como su prototipo perdía pegada al medirse con el energético.

Tras un inicio de campeonato más turbulento de lo deseado, con varios abandonos provocados por averías de juventud, el constructor del búfalo rojo ha dado finalmente con el coche perfecto que se vio en Monza, donde, una vez más, Ferrari no encontró consuelo.

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