Ander Okamika, el rey de las fugas en la Vuelta a España

El ciclista del Burgos-BH, que hace dos años era triatleta, suma en cabeza más kilómetros que ningún otro en la carrera

Ander Okamika, del equipo Burgos-BH, durante la escapa en la etapa de Sanlúcar de Barrameda a Tomares.Javier Lizón (EFE)

En febrero de 2020, Ander Okamika (Lekeitio, Bizkaia; 29 años) era un triatleta reputado, campeón de Euskadi y 17º en el Campeonato Mundial del curso anterior. En julio de 2020 se convirtió en ciclista, fichado por el Netllar Telecom-Alé. Y en enero de 2021, casi con 28 años, firmó por el Burgos-BH para convertirse en profesional. Una carrera diferente y fulgurante para este ciclista que pelea por el premio a la combatividad en la Vuelta, pues con...

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En febrero de 2020, Ander Okamika (Lekeitio, Bizkaia; 29 años) era un triatleta reputado, campeón de Euskadi y 17º en el Campeonato Mundial del curso anterior. En julio de 2020 se convirtió en ciclista, fichado por el Netllar Telecom-Alé. Y en enero de 2021, casi con 28 años, firmó por el Burgos-BH para convertirse en profesional. Una carrera diferente y fulgurante para este ciclista que pelea por el premio a la combatividad en la Vuelta, pues con la etapa de Sanlúcar de Barrameda a Tomares ya son cuatro las jornadas en las que se ha metido en la fuga, más kilómetros en cabeza que nadie.

Okamika no pensó en dedicarse a la bici hasta que explotó la pandemia, cuando se cancelaron todas las pruebas y decidió ir en ruta, potenciar lo que mejor se le daba. Y eso que en 2018 tuvo un buen susto, atropellado por un coche cuando se entrenaba con unos amigos por la carretera de Lekeitio a Ondarroa. “Es una zona en la que hay muchas curvas seguidas, me confié en una, entré al otro carril y me fui directamente contra el coche”, revelaba; “el conductor no tuvo ninguna culpa y siento muchísimo el momento que le hice pasar”. Le salvó, en cualquier caso, el casco, pues con el topetazo perdió varios dientes, sufrió una fractura en la nariz y cortes en lengua y los labios para pasar unos días en el hospital. Insuficiente, sin embargo, para que pusiera el freno, pues apenas dos meses y medio después se coronó como campeón de Euskadi en triatlón de distancia media.

Pero se tiró a la bici con el equipo amateur. “Lo hizo de maravilla”, cuentan desde el Burgos-BH; “porque destacó en las pocas carreras que disputó”. Aunque ninguna como en el campeonato de España Élite (de más de 23 años que no son profesionales) en el que ganó la contrarreloj. Y, de repente, ya era profesional. ”Nunca pensé que llegaría a esto. Si me lo dicen hace un año no me creería lo que me está pasando, así que mi objetivo es aprender y adaptarme al profesionalismo lo mejor posible”, resolvió cuando lo presentaron. Por condición física no sería, por hacer entrenamientos tampoco. “Pero sí que le faltaba mucho en cuanto a saber rodar con el pelotón. Y eso que este año ha estado cerca el maillot de montaña en la Vuelta Andalucía, donde casi gana una etapa como en la Vuelta a Valencia (fue segundo)”, explican en el Burgos-BH. “Le enseñamos entre todos, sobre todo los compañeros. Pero también aprende con cada carrera porque cuando ve que se queda cortado o sufre, examina si se ha abierto demasiado, si la trazada no era buena, si la posición no era correcta…”, añaden desde el equipo; “por lo que al principio apostaba mucho por meterse en las escapadas para no sufrir”. Cosa que también hace en esta Vuelta, con cuatro fugas en su haber, ya el corredor con más kilómetros en cabeza (572), seguido por Battistella (del Astana con 449 km).

Okamika, nada más salir de Sanlúcar de Barrameda, apretó el acelerador junto a Luis Ángel Maté (Euskaltel) -solidario en esta Vuelta porque ya advirtió que donaría un árbol por cada kilómetro que rodara fugado para repoblar Sierra Bermeja, cerca de su Marbella, tras el incendio que sufrió el año anterior- y la fuga fraguó hasta que a falta de 15 kilómetros para el final les absorbió el pelotón. “Maté necesitaba ayuda para plantar árboles y yo como soy de liarme fácil, me he sumado”, resolvió Okamika con gracia. Aunque añadió: “Sabíamos que era un día muy difícil para las escapadas. Me ha tocado a mí, viendo las etapas que vienen era lo mejor y como equipo peleón nos hemos dejado ver. Opciones, pocas. Pero si juegas a la lotería igual algún día toca”. Le quedan cinco etapas a la Vuelta para comprobarlo.

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