Demi Vollering, favorita en el Tour de Francia femenino: “La concentración también se entrena”
Pasadas las primeras etapas, la neerlandesa del SD Worx afronta la segunda mitad de la carrera con grandes expectativas a pesar de la caída de este martes
Favorita en todas las quinielas, Demi Vollering (Pijnacker, Países Bajos; 26 años) es un rara avis en el pelotón del Tour de Francia femenino. Criada en la llanura neerlandesa, muy cerca de La Haya, la corredora del potentísimo SD Worx, tímida y educada, trata de quitarle peso al regreso de la carrera por excelencia: “No quiero hacerlo muy grande en mi cabeza; al final, competimos las mismas de siempre”. Vollering voló pronto del nido y vive desde hace años en Suiza, donde disfruta de la bicicleta y de su autocaravana entre montañas. Allí, presumiendo de paisajes envidiables, la neerlandesa en...
Favorita en todas las quinielas, Demi Vollering (Pijnacker, Países Bajos; 26 años) es un rara avis en el pelotón del Tour de Francia femenino. Criada en la llanura neerlandesa, muy cerca de La Haya, la corredora del potentísimo SD Worx, tímida y educada, trata de quitarle peso al regreso de la carrera por excelencia: “No quiero hacerlo muy grande en mi cabeza; al final, competimos las mismas de siempre”. Vollering voló pronto del nido y vive desde hace años en Suiza, donde disfruta de la bicicleta y de su autocaravana entre montañas. Allí, presumiendo de paisajes envidiables, la neerlandesa entrena feliz, acompañada por su perro Flo, como demuestra en redes sociales. Aficionada a la vida camper, siempre rodeada de naturaleza, se declara adepta del yoga y la meditación. “Me ayuda a concentrarme”, dice. Ahora, séptima en la general del Tour de Francia, a menos de un minuto de Marianne Vos a pesar de la caída que sufrió este martes, atiende por vídeollamada a EL PAÍS para valorar la carrera más especial del calendario ciclista.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra?
Respuesta. Bien, he llegado muy bien preparada al Tour. Siento que he hecho todo lo que tenía que hacer para llegar en buenas condiciones. Estoy con mucha confianza y las sensaciones están siendo buenas.
P. ¿Cómo fue el entrenamiento?
R. Primero hicimos un bloque de altitud en Suiza, cerca de casa. Después, en la última semana de junio, viajé a mi país para disputar los campeonatos nacionales [no corrió el Giro de Italia] y luego, de vuelta a Suiza, fuimos a reconocer las dos últimas etapas del Tour.
P. Las más duras.
R. Sí, serán muy bonitas, pero también muy duras. En ambas hay puertos bastante largos, algo inusual en el ciclismo femenino. Además, son dos etapas muy especiales para mí porque ambos finales están a apenas una hora y media de mi casa.
P. Las conoce bien.
R. Sí, sentía que tenía que sacar alguna ventaja de estar tan cerca, así que fuimos a reconocer el terreno. Quería estar preparada. Al final, siento que corro en casa.
P. Usted creció en un país plano. ¿Por qué subir puertos?
R. No lo sé, la verdad [se ríe]. Es algo que me gusta desde niña. Siempre me han llamado la atención. Veía una subida y pensaba, ¿cómo sería subir ahí en bicicleta? Tiene algo especial. Y lo disfruto muchísimo.
P. Pero también se sufre.
R. Sí, bastante. Cuanto más largo es el puerto, mejor me siento, pero el dolor termina siendo inevitable. Detrás de esa dificultad siempre hay un punto en el que tu cuerpo encuentra el ritmo perfecto. Ese punto de concentración es algo muy especial. Es casi mágico. Sientes todo conectado, el cuerpo responde con fuerza y el dolor desaparece.
P. La parte mental.
R. Exacto. Para competir hace falta fuerza, dedicación, entrenamiento físico y muchísimo trabajo mental.
P. No siempre es fácil mantener la mente fría.
R. No, también hay días malos, claro. Pero hay que tener paciencia y saber esperar. Ese punto de concentración no siempre llega a la primera. A veces tarda y piensas que no llegará nunca. Pero llega. Solo hay que saber gestionarlo. Al final es algo que también se entrena.
P. ¿Le ha ayudado el yoga?
R. El yoga o la meditación son herramientas que te hacen la vida más fácil. Aprendes a lidiar con tus pensamientos, a entenderte mejor. Es una práctica que podría ayudar a cualquier persona, no solo a los deportistas. Si tu cuerpo y tu mente están en forma, todo es más sencillo.
P. ¿Qué pensó cuando vio el recorrido del Tour?
R. Me llevé una gran alegría. Grand Ballon y Super Planche des Belles Filles [los finales en alto de las dos últimas etapas] son puertos muy bonitos. Creo que puedo estar a mi mejor nivel allí, siempre y cuando mantenga la mente fría.
P. Pero el objetivo es ganar la general.
R. Sí, está claro. He venido a ello. Pero creo que si haces un buen papel en las dos últimas etapas, lo harás también en la general. Aun así, intento pensar en el día a día, porque la etapa de hoy [con final en Bar-sur-Aube] también es espectacular. Seguro que puede haber sorpresas.
P. Todos la ven como una de las grandes favoritas. ¿Por qué?
R. Tengo un equipo fortísimo, que me apoya en cada momento de la carrera. Por lo demás, creo que soy una ciclista bastante completa. Quizás no soy tan buena escaladora como Annemiek [Van Vleuten], pero tengo otras virtudes que me permiten guardar fuerzas y llegar con confianza a los tramos decisivos.
P. La mayoría de favoritas superan la treintena. Alguna incluso roza los 40. Usted todavía tiene 26 años.
R. Bueno, más presión para ellas [se ríe]. Al final, yo voy a tener muchas más oportunidades de correr el Tour, no me quita mucho el sueño si no va bien a la primera. Tengo mucho futuro por delante.
P. ¿Qué le pide a la carrera de aquí al final?
R. Solo espero que podamos inspirar a muchas niñas. Que den el paso y se suban a una bicicleta. Eso me haría muy feliz.
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